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Una mosca es una mosca es una mosca | Who writes?

Ensayo

Una mosca es una mosca es una mosca | Who writes?

por Vivian Abenshushan

En Galería OMR

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Tiempo de lectura

4 min

1/ Me había reflejado en el espejo de Shilpa Gupta (I Will Die) y pensaba en las palabras y la muerte, cuando encontré una mosca, como siempre. Porque las moscas están en todas partes, como el lenguaje. Estaba la mosca parada en la pared o, más precisamente, sobre el muro de ladrillos donde el artista mexicano Jorge Méndez Blake incrustó una tarjeta con esta frase de Emily Dickinson: “Tomé en la mano mi poder”. Dickinson, que escribió encerrada en su habitación, de espaldas al sistema literario, la sintaxis y el poder masculino, también pensó muchas veces en las moscas y la muerte, como en su poema 465: “Oí zumbar una mosca - al morir / la quietud del cuarto / era como la quietud del aire - / entre los sobresaltos de la tormenta -”. La mosca inesperada no forma parte de la exposición colectiva Who writes?, curada por Jo Ying Peng para la galería OMR, y sin embargo creí encontrar ahí, en esa insubordinación, una clave de la muestra: la duradera presencia de la escritura en el arte contemporáneo, su zumbido incómodo.

Who writes?, OMR, 2019, vista de instalación. Foto: Vivian Abenshushan
Who writes?, OMR, 2019, vista de instalación. Foto: Vivian Abenshushan

Who writes?, OMR, 2019, vista de instalación. Foto: Vivian Abenshushan
Who writes?, OMR, 2019, vista de instalación. Foto: Vivian Abenshushan

2/ “¿Quién escribe?” es una pregunta inquietante. No sólo porque nos devuelve a la pregunta sobre la materialidad de la escritura, sino porque durante varias décadas la crítica llegó a pretender que la vida de quien escribe no era relevante para la comprensión de su escritura. En los años ochenta, Edward W. Said, palestino exiliado en Estados Unidos donde fue catedrático de Literatura Comparada, dedicó un ensayo radical, El mundo, el texto y el crítico, para repensar las relaciones entre escritura y contexto, es decir, las condiciones materiales, históricas y sociales en las que se produce, introduciendo en nuestro horizonte crítico nuevas políticas de la interpretación. No es extraño que Ying Peng, taiwanesa radicada en México, tomara de aquel ensayo la pregunta que reúne obras de seis artistas de distintos lugares del mundo para responder a las circunstancias que la crisis planetaria ha impuesto como contexto.

Who writes?, OMR, 2019, vista de instalación. Foto: Vivian Abenshushan
Who writes?, OMR, 2019, vista de instalación. Foto: Vivian Abenshushan

Who writes?, OMR, 2019, vista de instalación. Foto: Vivian Abenshushan
Who writes?, OMR, 2019, vista de instalación. Foto: Vivian Abenshushan

3/ Es aquí que la escritura adquiere forma política, como la bandera verbal de Shilpa Gupta (There is no border here), cuyo lirismo (“intenté cortar el cielo por la mitad”) desnuda el carácter absurdo de las fronteras, o la escultura Runaways de María Taniguchi: dos inmensas letras “I” “O” realizadas con Java Plum, una madera de la India. Las letras hacen referencia a una interfaz electrónica (input / output), poniendo en tensión las relaciones entre el trabajo manual, la naturaleza y el extractivismo que alimenta desde el sur global a las tecnologías digitales. Además del texto, la exposición explora las posibilidades de las metáforas visuales. En las piezas de Ariel Schlesinger no hay palabras y, acaso tampoco insumisión explícita, y sin embargo, la operación poética sucede: unos lentes se transforman en llamas oculares (Untitled [glasses] 14:56), mientras una vela horizontal es sostenida por dos cuchillos. En medio de la exposición, casi tan diminuta como la mosca, una flama danza sobre el extremo de una rama (At Arm’s Length IV). Schlesinger interroga eso que ocurre cada día, lo trivial, lo cotidiano, lo que no se ve pero regresa: el acto infraordinario que es también una forma de resistir a la espectacularidad noticiosa del hecho artístico o histórico, su carácter grandilocuente.

4/ El mundo, el texto, la mosca. Quizá sea esta sutileza lo más estimulante de la muestra: la idea de que la subversión también sucede por fisura, por pequeños gestos, por desviaciones del lenguaje y no sólo por grandes acontecimientos. De ahí que no todas las piezas sean explícitamente políticas, pero sí decididamente poéticas, como indica en neón otra pieza de Méndez Blake que desde un rincón sobrevuela toda la muestra: Esquina poética. De este modo Who writes? establece diálogos complejos entre territorios y lenguas, singularidad y colectividad, intimidad y vida pública, signos y analogías, revelando los poderosos mensajes que emergen de los cruces entre arte y escritura para desafiar al poder.

Publicado el 17 oct 2019