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Wendy Cabrera Rubio: La señorita Eugenesia y otros cuentos en General Expenses

Reseña

Wendy Cabrera Rubio: La señorita Eugenesia y otros cuentos en General Expenses

por Julián Madero Islas

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Tiempo de lectura

7 min

Yo espero que se confundan el ángel y el mono, como dos gotas de rocío que ruedan y se encuentran en el pétalo de una rosa

— Alfonso Luis Herrera, El híbrido del hombre y el mono, 1933

La reciente exposición de Wendy Cabrera Rubio en General Expenses se despliega a manera de índice para profundizar en su trayectoria, como si se tratara de una micro retrospectiva. Más allá de los temas abordados, Wendy convoca artistas, discursos, épocas, técnicas y soportes en la orquestación de un cuerpo de obra colaborativo, intermedial y transdisciplinar. Una primera sensación es la de adentrarse en un pliegue temporal en el que el pasado reciente –y no tan reciente– es diseccionado con aparente ternura.¹

Wendy Cabrera Rubio, Señorita eugenesia y otros cuentos, vista de la exposición. Cortesía de la artista y General Expenses. Foto: Bruno Ruiz
Wendy Cabrera Rubio, Señorita eugenesia y otros cuentos, vista de la exposición. Cortesía de la artista y General Expenses. Foto: Bruno Ruiz

Difícil, ciertamente, separar la obra de la artista. Y es que, como dijo Memo Martínez en la pasada subasta de Terremoto, “Wendy Cabrera Rubio está en todas partes y es más famosa que la Wendy Guevara”. Toda proporción guardada, es cierto que nuestra artista está presente y que su voz se distingue del promedio. Cualquiera que haya escuchado hablar a Wendy sabrá del evocador ensueño al que nos arrojan sus disquisiciones, dibujando y recreando escenarios de los más variados tópicos, que le llevan a une a preguntarse en qué ha ocupado su tiempo y a qué hora aprendió todas esas cosas nuestra querida amiga. Wendy, en efecto, es una mediadora de su propio trabajo, a la vez que una divulgadora (del arte, la ciencia y la Historia de México), directora, nodo, arista.

Pedagogías de la crueldad

Operación conveniente sería la fastidiosa separación entre forma y contenido, que en este caso resulta ejemplar. La producción colaborativa, ejecutada con cuidadosa factura, establece una separación que desplaza la noción de estilo. Hay una estética, desde luego, y un ya reconocible estilo, pero estos se retraen, dejando a los objetos expresar su singularidad. Bastará un paso hacia los contenidos para confrontar su acidez. Las formas, que aparecen suaves, tiernas y didácticas, se revelan, posterior a una lectura informada, como oscuras, contradictorias y mordaces. Su aparente didactismo las acerca, a mi parecer, a la serie ¿Quién es el/la ignorante ahora? de Andy Medina². Ambos cuerpos de obra señalan la violencia encubierta en las prácticas educativas, mediante la apropiación y desplazamiento de los mismos dispositivos de enseñanza.

Andy Medina, '¿Pën te’n kqnekykäjpxp kanekyjaapy?/ ¿Quién es el/ la analfabeta ahora?', intervención en parabuses de la Ciudad de México, 2021. Cortesía del artista
Andy Medina, '¿Pën te’n kqnekykäjpxp kanekyjaapy?/ ¿Quién es el/ la analfabeta ahora?', intervención en parabuses de la Ciudad de México, 2021. Cortesía del artista

A la vez, las piezas de Cabrera Rubio, al detenerse en la reconstrucción –alegórica– de las innovaciones tecnológicas que puntualmente han acompañado los procesos de colonización (constelaciones, velas de navegación, regímenes alimenticios, cine científico en Super-8, fotografía análoga coloreada, patchwork, plasmogenia, educación, patentes…), pone en evidencia sus implicaciones epistémicas, sociales y medioambientales, revelando el horror que subyace a los discursos científicos de épocas remotas –y no tan remotas. Al respecto, resulta significativo que el comunicado zapatista “Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después” del 11 de octubre (el día previo a la inauguración de La señorita Eugenesia y otros cuentos) arroje la pregunta: “¿en qué medida o hasta dónde las tecnologías de la modernidad controlan ya, o no, la creación artística y las investigaciones científicas?”³

Ay, hija, te pido por yerno un francés

Uno de los personajes principales de la exposición es el biólogo y naturalista Alfonso Luis Herrera (1868-1942) pionero en México en el estudio de la evolución de los seres vivos y fundador del Zoológico de Chapultepec, de quién Wendy logra captar sus dramáticos claroscuros. En Resurrecting the Past: Animality and Chemical Ethics in Alfonso L. Herrera, Franz Kafka and Gustave Flaubert⁴, realizada en colaboración con Clemente Castor, Mauricio Guillén y Antonio Ponce, la autora recrea una visita del científico al Zoológico, en el que recita oscuros pasajes en los que Kafka y Flaubert fantasean con un híbrido entre el hombre y el mono. Más desquiciado resulta el texto del mismo Herrera, El híbrido del hombre y el mono, en el que plantea la creación del híbrido, embriagando y violando a una primate hembra. Singular experimento que no puede más que dejarnos boquiabiertos: en la pantalla vemos a un hombre-blanco-con-máscara-de-blanco, ejecutando los movimientos solemnes de la fecundación entre probetas y cajas de petri. Herrera resulta el símbolo del aspiracionismo blanco en los albores del siglo XX, y la mezcla genética se presenta como metáfora del desprecio progresista hacia las culturas indígenas.

Wendy Cabrera Rubio, Señorita eugenesia y otros cuentos, vista de la exposición. Cortesía de la artista y General Expenses. Foto: Bruno Ruiz
Wendy Cabrera Rubio, Señorita eugenesia y otros cuentos, vista de la exposición. Cortesía de la artista y General Expenses. Foto: Bruno Ruiz

Durante el porfiriato abundan los discursos encaminados a la integración de los indígenas al México moderno, se habla de “atraer inmigrantes para mejorar la raza”. Como señala Bonfil Batalla: “En México, civilizar significa siempre desindianizar, imponer occidente”⁵. Ante el fracaso de la anhelada mejora de la raza por vía del cruzamiento con extranjeros, la eugenesia se presenta como nueva alternativa. La educación –eugenesia blanda– aparece como instrumento de control y adoctrinamiento en la cultura dominante. “La desindianización no es resultado del mestizaje biológico, sino de la acción de fuerzas etnocidas que terminan por impedir la continuidad histórica de un pueblo como unidad social y culturalmente diferenciada.”⁶

“La independencia nos convirtió en gachupines de los indios”

Wendy Cabrera Rubio, Señorita eugenesia y otros cuentos, vista de la exposición. Cortesía de la artista y General Expenses. Foto: Bruno Ruiz
Wendy Cabrera Rubio, Señorita eugenesia y otros cuentos, vista de la exposición. Cortesía de la artista y General Expenses. Foto: Bruno Ruiz

Por el carácter histórico de su investigación, la adopción de distintos discursos, la colaboración entre disciplinas y la integración de medios, el trabajo de Wendy Cabrera Rubio resuena con las puestas en escena del colectivo Lagartijas tiradas al sol. Pienso en Centroamérica (2024), donde Luisa Pardo y Lázaro Gabino Rodríguez se representan a sí mismxs, escenifican su recorrido por Centroamérica y las vicisitudes que atravesaron. Pero lo que resulta más revelador, por contradictorio y problemático, es que Luisa y Gabino se presentan, en su inocente –quizá ingenuo– acercamiento a la realidad política y social de la región como un par de gringos visitando México: el espíritu aventurero propio de los colonos y su tendencia a la exotización de lo ajeno. México es, pues, la Norteamérica de Centroamérica. Y cuán incómodo resulta reconocerse en ese espejo. Yo celebro, del (des)afortunado caso de Centroamérica, la incorporación de sus contradicciones inherentes y la exhibición de sus rasgos vergonzosos, no en tono confesional, sino llano y amargo.

Lagartijas tiradas al sol, vista de 'Centroamérica' presentada en el Théâtre Joliette, Marseille, France, Octubre 2024. Foto: Ulises Ávila
Lagartijas tiradas al sol, vista de 'Centroamérica' presentada en el Théâtre Joliette, Marseille, France, Octubre 2024. Foto: Ulises Ávila

Con todo, considero que la potencia del arte, a diferencia de otros saberes, consiste en la negociación formal de sus contradicciones (poéticas, afectivas, políticas, éticas). En esa brecha, la exposición de Wendy Cabrera en General Expenses resulta rica y provocativa, al confrontarnos con nuestra propia blanquitud, con la insoportable tendencia de la clase media –particularmente la que ejerce el arte y la academia– a vivir como gringa, en sus hábitos de consumo –cultural y dietético–, en los papers, en los festivales y circuitos de entretenimiento –galerías incluidas. El trabajo de Wendy rebobina la cinta de la neo-colonización para mostrarnos en cámara lenta el engranaje del que formamos parte.

Julián Madero

1: La curaduría de La señorita Eugenesia y otros cuentos es de Jairo Hoyos Galvis. Ell texto de sala es de Pablo Arredondo Vera. Las colaboraciones se hicieron con Patricia Rubio, Mauricio Guillén, Eugenia Martínez, Silvestre Borgatello, Clemente Castor, Svetlana González, Antonio Ponce, Javier Fresneda y José Luis Cuevas.

2: Esta serie, que el artista ha desarrollado desde 2015, está conformada por la traducción de la frase “¿Quién es el/la ignorante [analfabeta] ahora?” a lenguas de distintos grupos étnicos. En 2021, la serie se desplegó en parabuses de la CDMX. Asimismo, la pieza “LII QUI GANNALU’ / Tú no sabes”, muestra la frase sobre una pizarra, frente a un pupitre “cojo” sostenido por libros.

3: El Capitán, “Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después. Postfacio. Primera Parte. La Hipótesis (¿o era la hipotenusa?)”, publicado el 11/10/2024. https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2024/10/11/sobre-el-tema-la-tormenta-y-el-dia-despues-postfacio-primera-parte-la-hipotesis-o-era-la-hipotenusa/ (23/10/2024)

4: Película S-8mm y archivos I-ph ProRes transferidos a proyección digital HD, 2024.

5: Guillermo Bonfil Batalla, México profundo: Una civilización negada, (México: Editorial Grijalbo: 1990), 154, 158.

6: Ibid, 42.

Publicado el 17 noviembre 2024