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Sobre 'Fe y Alegría' en Galería Agustina Ferreyra o sobre cómo podría caminar descalzo en este lugar

Reseña

Sobre 'Fe y Alegría' en Galería Agustina Ferreyra o sobre cómo podría caminar descalzo en este lugar

por César Esparragoza

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Tiempo de lectura

4 min

Me dijeron, que una imagen
Siempre vale mucho más
Que mil palabras y es verdad
Por eso te voy a dibujar

— Fangoria, Geometría Polisentimental

De repente me doy cuenta de que no estoy en mi habitación. Que he sido engañado por la comodidad y la confianza. Imaginé que dejé mis zapatos en una montaña de la que no resaltaban del resto de pares que ya estaban ahí. Me confundí, y por algún rato también creí estar en una cantina en donde la música no sonaba, las botanas eran duras y los muebles o se derretían, o se quebraban en montones de pedazos ante el más delicado de los tactos y suspiros.

Cuando digo que he sido engañado lo digo con una sonrisa apenas sutil; deliberadamente por la pena de sentirme expuesto aquí también. En conjunto, las piezas que han sido dispuestas en Fe y alegría, curada por Agustina Ferreyra y Octavio Gómez Rivero en la galería Agustina Ferreyra, parecen correr en paralelo con la experiencia de las personas que hemos defraudado a la hegemonía del amor. La exposición se despliega a medida que reconocemos que hemos deseado el mal, que hemos sido clandestinxs. Que deseamos soledad, pero a veces también sentirnos rodeadxs o fundirnos como cera en una masa de pieles aún más calientes. Incluso todo y más (o también menos), al mismo tiempo.

Sin embargo, no mantiene ninguna relación dicotómica o jerárquica entre ninguno de estos conceptos. Funciona más bien como un poliedro de sentires que, por supuesto, no es estático y que constantemente cambia su número de aristas. De este modo, Fe y Alegría no es una calca de nuestras relaciones con algún Otrx, sino más bien una disposición arqueológica sobre nuestros afectos.

Nicole Chaput, Organ roll call, 2024. Cortesía de Galería Agustina Ferreyra. Foto: Ramiro Chaves
Nicole Chaput, Organ roll call, 2024. Cortesía de Galería Agustina Ferreyra. Foto: Ramiro Chaves

La muestra es engañosa, lo digo en el mejor de los sentidos. Este espacio cumple con el ejercicio tan cotidiano de la presencia. O, en mejores palabras, la presencia en compañía. Se trata de una exposición colaborativa en donde lxs artistas que participan nos ofrecen un vistazo a la intimidad a través de pequeños desgarres en la tela que separa al objeto-espacio del espectadorx-acompañante. A veces propiciando que funcione de forma inversa, como en Organ roll call de Nicole Chaput (2024).

Samuel Nicolle, Rompiendo nueces con los codos, 2024. Cortesía de Galería Agustina Ferreyra. Foto: Ramiro Chaves
Samuel Nicolle, Rompiendo nueces con los codos, 2024. Cortesía de Galería Agustina Ferreyra. Foto: Ramiro Chaves

Las piezas que forman parte de la exhibición pueden hacerse presentes en cualquier lugar de nuestra vida, y esto es lo que nos hace sentirlas más cercanas. Puede ser que se materialice el recuerdo de haber pasado horas hablando con alguien en una cantina hasta el punto en que la silla comienza a tomar la forma de nuestro cuerpo como en Rompiendo nueces con los codos de Samuel Nicolle (2024), o la sensación de compartir asiento con otra persona a una distancia en donde las tensiones se vuelven ineludibles, nuestros vellos se erizan con las palabras de quien tenemos de frente y su aliento nos rodea primero por las orejas, roza nuestra columna y se sujeta suavemente de nuestras caderas como en la escultura funcional Los empiernados de Alan Sierra (2024).

Alan Sierra, Los empiernados, 2024. Cortesía de Galería Agustina Ferreyra. Foto: Ramiro Chaves
Alan Sierra, Los empiernados, 2024. Cortesía de Galería Agustina Ferreyra. Foto: Ramiro Chaves

A propósito del aliento, también encontramos Breath Play I, obra de la dupla BABA (2024), que se convierte en uno de los varios puntos climáticos que atravesamos en el recorrido. Esto entendiendo al clímax como confrontación y disputa entre el placer y el release, el estallido de unx mismx y la restricción ante nuestro cuerpo de fragmentarse en cristales pulidos con manos que nos sujetan dejándonos apenas unos segundos para respirar entre besos y rasguños.

BABA, Breath Play I, 2024. Cortesía de Galería Agustina Ferreyra. Foto: Ramiro Chaves
BABA, Breath Play I, 2024. Cortesía de Galería Agustina Ferreyra. Foto: Ramiro Chaves

Las palabras se me acaban lentamente, pero la sensación permanece (al menos hasta el 11 de enero)*. De este mismo modo, Fe y Alegría es evidencia de que incluso en el silencio, en la distancia, en los restos y en la disputa, habitamos nuestros espacios en compañía de nuestros afectos y de nuestro tacto enraizante con todo lo que nos rodea.

César Esparragoza

*La galería permanecerá cerrada del 23 de diciembre al 4 de enero.

Publicado el 21 diciembre 2024