Estética del contrato flexible: Sobre la obra de Colectivo Estética Unisex en ‘Nuevo León: El futuro no está escrito’
por Christian Camacho
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Colectivo Estética Unisex
Compendio y amplio recuento a la vez, Nuevo León: el Futuro no está escrito es la más reciente muestra del museo MARCO, en Monterrey. Curada por Ariadna Ramonetti y Mauricio Maillé (añadiendo el trabajo que ha realizado César González-Aguirre, específicamente, sobre Aristeo Jiménez), la exposición prepara un diálogo, desde núcleos individuales, entre las prácticas fotográficas de artistas que han trabajado en Nuevo León durante las últimas décadas: Alejandro Cartagena, Aristeo Jiménez, Colectivo Estética Unisex, Juan Rodrigo Llaguno, Loreto Villarreal, Oswaldo Ruiz, Ruth Rodríguez, Salomé Fuentes, Sofía Ayarzagoitia, Stefan Ruiz e Yvonne Venegas. Compleja y de alguna manera urgente (presenta más de 600 obras), esta muestra podría ser la fuente de tensas y extensas discusiones, no sólo sobre la fotografía, también acerca de múltiples advenimientos culturales e históricos recientes en la ciudad. Entre sus participantes hay artistas cuya obra seguirá siendo un motor de iniciativas para los años por venir.
Sin la intención de dar por sentada la articulación de lo que esta exposición implica como un todo, mi forma de rendir cuentas a esta gran estructura es no dejar pasar la oportunidad de sentir inquietud por sus fragmentos. Bajo esa luz, me encontré con la obra de Colectivo Estética Unisex y con el plano de intranquilidades, algunas muy cercanas, que para mí convocan.
Colectivo Estética Unisex, conformado por Lorena Estrada y Futuro Moncada, ha construido, desde al menos 2019, una mirada centrada en el cuestionamiento de lo que trabajo significa cuando llamamos a Monterrey La Ciudad del Trabajo.
Entrar a la sala del museo que les alberga nos lleva al encuentro con un texto de Pilar Villela¹ que sin mucho preámbulo dice:
Estética Unisex se pregunta por la manera en la que esta cultura del esfuerzo proveniente de un modelo fordista, se adaptó a los cambios de las condiciones laborales que trajeron consigo las cadenas de producción integradas a la globalización. En México, como en muchas partes del mundo, estos cambios se dieron por una parte, en la legislación y en los términos de contratación de las empresas y, por otra, en la cantidad de “mano de obra” que necesitaba cada sector productivo en determinada región.
Para Estética Unisex, esta idea de cultura se traduce en una membrana de signos que veremos en las obras en sala: personas en su mayoría jóvenes, ataviadas con su uniforme de trabajo, persiguiendo distintos equilibrios, desequilibrios y pausas en lo que no es claramente un momento de descanso, esparcimiento, simulacro o labor. Durante nuestra conversación, Lorena y Futuro mencionaron que varias de las personas retratadas han sido sus estudiantes y que los empleos a los que aluden fueron en efecto experiencias personales. Aunque esta información no es evidente, no cuesta trabajo hacer la relación entre el retrato de una persona joven y los saturados campos de color o envolventes (como se les conoce en los manuales de marca) de los logotipos corporativos de sus empleadoras. Nuestras visitas a cada Oxxo, Office Depot o Little Caesars nos ponen en contacto con esta visualidad saturada y fría.
Estética Unisex. Foto: Christian Camacho, cortesía de lxs artistas.
Para la muestra, esto conduce a una decisión museográfica que hace que la experiencia en sala deliberadamente parpadee en la intermitencia Museo/Cinépolis dulcería; un código de color en el muro que entra y sale de cada pieza, haciendo sus bordes difusos y sirviéndose de otros soportes para afirmar dicha operación, como la caja de luz y los monitores. Son estos saltos entre algo saturado y algo gris, entre los laminados mate y los filos de luz, los que nos arrojan fuera del museo: en el recordatorio de las rutinas de consumo cotidianas y los misterios de los lugares más prefabricados; en el relámpago fluorescente del Seven Eleven; en la noche avanzada detectando a alguien haciendo algo más allá del mostrador o a adolescentes que parecería que tomaron una tienda desierta y ahora escuchan su propia música con uniformes-disfraces.
Estética Unisex. Foto: Christian Camacho, cortesía de lxs artistas.
Mis propias experiencias financiando mi práctica artística, la cual de alguna manera siempre se ha acompañado de la docencia, me hacen recordar las labores antiguas de enseñar inglés en bancos a primerísimas horas, todavía a oscuras. Corporativos cuyo punto de reunión más brillante en esos momentos era el logotipo de la recepción. Estética Unisex y las personas que han retratado parecieran tener algo que ver con esa luz. Esa intuición de saber qué clase de expectativas, cumplidas e incumplidas, están implícitas en dar la cara a una cámara, lo que en mi opinión anima algo más amplio que una sátira al retrato, identidad de carnet o de gafete. Un recuerdo de que la romantización de la experiencia laboral, así como sus múltiples formas de deuda, ha devenido pesadilla al volverse obligatoria para el precariat. Luces que más que iluminar, prolongan el laberinto que lleva al balance entre una carrera integral y el deseo de vivir dignamente.
‘Nuevo León: El futuro no está escrito’, vista de la exposición. Foto: Michelle Lartigue, cortesía del Museo MARCO
Hay una obra en la muestra, un fotomural titulado Diurno (2020-2022, de la serie Flexibilidad) que a mi parecer concentra estas operaciones. Se trata de una fotografía impresa en gran formato y adherida directamente al muro. En ella, una trabajadora de la Yogoteka se dobla en un arco hacia su propia espalda, flexionando su tórax por debajo de lo que sería un tipo de horizonte, el cual divide un plano rojo de otro verde limón y del mosaico azul del piso. Este plano saturado y multicolor se vuelve el campo en el que es posible concentrarnos en otros detalles y objetos: el uso del tapabocas, el mandil, los tenis, atavíos casi deportivos neutralizados en una postura que, al sumar el movimiento del cabello, se cierra en una suerte de candado. Esta imagen se enrarece en la prolongación de la mirada, pero extrañamente mantiene abierto el riesgo de rotar y normalizarse. Pronto accederemos a más información. Dispensadores de toppings para helados de yogurt se vuelven pequeñas formas del zoom-in –Trix, Oreo, Froot Loops–, y más abajo, una pequeña placa en barras de colores que nos apela:
Estimado Cliente
Favor de consumir sus alimentos después de realizar su pago. Agradecemos su honestidad.
Estética Unisex. Foto: Christian Camacho, cortesía de lxs artistas.
Considero que en esta imagen existe, más allá de las resonancias que hemos mencionado, una pregunta tecnológica, pero no para el arte de la imagen fotográfica –aún en movimiento–, sino de otra manera. Sabemos que Estética Unisex se aproxima a través del cuerpo (y quizá desde cierta parodia), al concepto de flexibilidad, el cual, en mayor o menor medida, apunta a la reestructuración laboral durante el neoliberalismo en México: contratos temporales, salario mínimo (exento de la capacidad de ahorro), capacitaciones no pagadas, horarios discontinuos y un terrible etcétera. Sin embargo, para mí, ocurre algo más. Esta cuestión tecnológica emana de un aparente absurdo, desde el diseño gráfico de las tarjetas de cada dispensador de cereal –el dispensador mismo– hasta el seductor dinamismo que ha popularizado al calzado deportivo para casi cualquier estilo de vida. Circulamos por animaciones del logotipo de Netflix, por la interfaz de Didi. Una conquista del tiempo atomizado cuya estética plana, micro y macro, se ha infiltrado en cada recoveco de nuestras actividades sin diferencia entre pulso y descanso: actividades para la punta de los dedos, para nuestras bocas, espaldas, manos y pies. Un circuito que parece evidente, pero que en realidad es como el concepto de sistema cuando en un Oxxo ‘no hay sistema’. Téchne para la indiferencia al sesgo entre actividad e inactividad. Es posible regresar a la foto después de esto y desactivar todos estos signos mirando nuevamente a alguien que realiza una contorsión sin desear mostrarnos necesariamente una habilidad sobrehumana para ello. ‘Diurno’, iluminado por el día. Otras personas retratadas en la muestra también usan el día (y el uniforme) para descansar.
Estética Unisex. Foto: Christian Camacho, cortesía de lxs artistas.
Habría un aire ominoso en todo esto. Entre los distintos módulos de la exposición, este de alguna manera parece demandar algo muy específico del título de la muestra, sobre la escritura de un futuro. Me gusta pensar que la obra de Estética Unisex es capaz de alertarnos, en el contexto de Monterrey, sobre el tipo de formas que posibilitan la vorágine trabajo-consumo del día a día. ¿Qué hacer con ellas en términos de la producción artística? El economista británico Guy Standing menciona en una entrevista con la revista catalana Directa² que el precariat, esta nueva clase trabajadora que a grandes rasgos describe a quienes laboran flexiblemente y sin seguridades bajo las demandas neoliberales, lo que desea en realidad es avanzar sus circunstancias para abolirse a sí misma. La ansiedad e incertidumbre como método para la abolición de la ansiedad e incertidumbre. Farmacológica o alquímicamente, me parece acertado decir que una buena parte del arte practicado por artistas jóvenes, que observo en mi esfera inmediata, desea esto a toda costa.
2: Guy Standing entrevistdo por Julia Bacardit - 02/12/2015 - originalmente en https://directa.cat/precariat-es-una-classe-social-molt-radical-lunica-que-vol-ser-prou-forta-abolir-se-si-mateixa el link se ha roto desde entonces y puede leerse una versión en español en sinpermiso.info https://www.sinpermiso.info/textos/el-precariado-es-una-clase-social-muy-radical-la-unica-que-quiere-ser-lo-suficientemente-fuerte-para