Este artículo es un acercamiento a lo que sucede en la escena del arte en el Noroeste de México. Nace de una voluntad de conocer y visibilizar propuestas oriundas de una zona fuera del territorio en el cual nos hemos estado enfocando (las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey), además de favorecer relaciones entre diferentes agentes del ecosistema del arte a nivel nacional. No se trata de un mapeo de espacios y exposiciones, mucho menos de un ranking, lo que buscamos es abrir nuestro horizonte sensible.
Para ello, hemos invitado a dos curadores a que seleccionen y escriban sobre exposiciones y proyectos respectivamente ubicados en Tijuana, Mazatlán, Culiacán, y Hermosillo: Daril Fortis y Abraham Palafox.
Dos islas y una suite
Por Daril Fortis
Estuve de viaje. Me hospedé en la Motero Suite y visité dos islas, una vacante y otra que no es una ballena. Tanto la suite como las islas resultaron ser universos complejos, conectados por corporalidades en desaparición. Una posible incertidumbre los une: ¿qué es un rastro, una ruina, una huella?
Una isla vacante de Mónica Arreola es su primer open studio en 206 arte contemporáneo, espacio que codirige con su hermana Melisa Arreola y que este año celebró su décimo primer aniversario. La exposición parte de la serie fotográfica Valle San Pedro (2018-2020), la cual documenta el abandono del fraccionamiento del mismo nombre, ubicado en Tijuana, como consecuencia de la crisis económica de 2008. En esta ocasión, Arreola explora otros medios como la escritura, el video y la escultura. La serie Línea de ruptura (2023) me parece la más destacada. Son tres esculturas en herrería, diseñadas a partir de la apropiación de los signos utilizados en los planos para acortar la representación de una pieza larga o que se repite. El material alude a la cancelería usada como protección en las viviendas y los tonos de las esculturas recuperan los colores con los que se pintaron las casas del fraccionamiento Valle San Pedro. Otra de las piezas que cautivó mi atención fue su libro de artista Una isla vacante: Valle San Pedro, el cual reúne una serie de signos y representaciones arquitectónicas, fragmentos de documentos oficiales y textos que hacen aparecer cierta corporalidad que no puedo ver, pero que indudablemente está presente.
Ninguna ballena es una isla de Angélica Escoto es un bestiario compuesto por una selección de fotografías de algunas de las series autobiográficas que la artista ha desarrollado durante los últimos quince años. Un bestiario es un libro medieval que recoge imágenes y textos que describen animales fantásticos. La exposición de Escoto, presentada en Ángulo Galería —un espacio con dos años de existencia, dirigido por Leobardo García Córdova—, retrata apariciones de cuerpos en el paisaje de Baja California. Su cuerpo —y el de otras mujeres que la acompañan— aparece fragmentado por la sumersión en el agua: una cabeza, unas piernas, la salpicadura de un cuerpo que ya no veo, pero sé que ha atravesado la superficie del mar. Algunas imágenes están acompañadas por textos que hablan de las ballenas y de su cruel caza. Tal parece que el bestiario trata en realidad del horror humano, monstruo de miles de cuerpos, con arpones como uñas, sediento de grasa y semen cetáceos. Igual que un bestiario que describe avistamientos y anécdotas, la exposición de Escoto es un cúmulo de tiempos que incluyen desde la época de su infancia, con fotografía de archivo, hasta momentos más cercanos en los que explora su cuerpo en relación con el paisaje.
Angélica Escoto, Ninguna ballena es una isla, 2015. Cortesía de la artista y Ángulo Galería
Motero Suite de Andrea Narváez es el resultado de su residencia en Sala de espera/SDE, un peculiar espacio, dirigido por Luis Alonso Sánchez y Talia Pérez Gilbert, inaugurado en el 2021 en un hospital de los años cincuenta en desuso. La habitación de Narváez devino instalación. Veo su cama que es un colchón sobre el suelo, una silla rosa, dibujos y otras piezas en los muros; su omeprazol, los poppers y la camiseta-souvenir de su fiesta Poppers & bachata. Motero Tranquilo es el alter ego de Narváez, un personaje “indecente, vulgar y encabroná” que aparece en la pieza de video Motero x Vanebon. Sé que hubo cuerpos, el de Andrea y el de Motero, que comparten carne, pero se distinguen por su configuración performática. La Motero Suite parece extraída de los “mundos bisagra”, entre realidad y ficción, que Narváez crea en su producción audiovisual. La habitación-obra convive con una habitación-archivo dentro de SDE, la cual resguarda documentos en formatos diversos (hojas de sala, obra, libros, artículos museográficos, etc.) de las exposiciones y actividades realizadas en el espacio. Ambas son habitaciones-memoria que me vinculan con una variedad de cuerpos y tiempos aparentemente ausentes.
Vista de 'Motero Suite' de Andrea Narváez. Cortesía de Sala de espera
Me encontré con objetos ordenados de formas particulares, cosas que pueden ser una ruina o un rastro, pero que prefiero percibir como portales hacia otros tiempos, espejos con otros rostros.
Sonora y Sinaloa, dos estados que en el pasado fueron uno mismo, ofrecen una variedad de proyectos que, a pesar de las adversidades climatológicas y las altas facturas de electricidad, deslumbran en el panorama artístico de la región.
Comenzando por la zona sur, Mazatlán presenta el círculo de divagación colaborativo Martes de Surrapas, un proyecto de los artistas Cy Rendón yJuan Tun Naal, gestionado por Museo Mampara en Mind Your Head Gallery. El singular formato de grupo de autoayuda con el que opera lo convierte en la plataforma ideal para realizar divagaciones aleatorias sobre temas que (ellos mismos admiten) a nadie le interesan.
Entre sus sesiones resalta un acalorado debate en torno al desorden socioambiental causado por la acapulquización de Mazatlán y el efecto Palazuelos que empieza a surgir con los actores de la gentrificación inminente. Además, un conmovedor repaso de la vida y legado de Anna Nicole Smith (Q.E.P.D) como presagio de una blanquitud decadente. Su plan de trabajo incluye la conformación del culto al Aguapomo, una criatura local que habita los manglares de la ciudad, acompañado de sesiones espiritistas para invocar a los artistas olvidados por el sistema y un ambicioso encuentro regional de Güeros de Rancho. Esta amalgama de intenciones ha dado lugar a la formación de programas paralelos como el Club de Cine y de Cinismos y el Taller de Haikus Marismeños.
Agentes de cambio Cooltural, Meme correspondiente a la sesión no. 11 de 2023 de Martes de Surrapas
Martes de Surrapas se posiciona como un cruce de intereses donde abunda la mofa a vicios culturales (producto de la añejada visión regionalista) y la construcción jocosa de memes que puede resultar incómoda y hasta inapropiada, pero que aspira a generar, aunque sea incipiente, un espíritu colectivo y autocrítico, disolviendo nociones donde el artista debe de ser una suerte de entertainer o el gurú convencedor de audiencias.
Concluyen que su capacidad de divagación y regodeo es proporcional a su incapacidad para resolver cualquier tópico. En una ciudad conocida por su turismo avasallante, este grupo de artistas (y no artistas) ha encontrado su propio rincón de caos creativo que vale la pena visitar.
Al centro de la región, en la polémica ciudad de Culiacán (reconocida por ser un epicentro de tratamientos estéticos y otras cosas…) se encuentra la exposición Piel Ajena de la artista Ana Merino. Sofía Castillo LM curó y produjo la muestra, la cual se presenta en los Derma Happenings, dentro de las instalaciones del consultorio dermatológico de las hermanas Castrejón.
Ana Merino, Desnudando mi mente del cuerpo
Acrílico sobre tela barnizada, 32x37 cm, 2022. Cortesía de la artista
La exposición muestra un grupo de pinturas y composiciones textiles que relatan una búsqueda emancipatoria frente a las representaciones estereotipadas del cuerpo femenino que la sociedad de consumo impone. En esta serie, Merino cuestiona dichos moldes y los desmonta por medio de un viaje visual donde sus personajes van despojándose de posturas rígidas, mitos y de la piel de ideas corpóreas ajenas, fusionándose en un entorno de paisajes naturales bajo la sombra de un árbol de mango, el árbol de su infancia que la vio crecer.
Este acto íntimo se materializa en composiciones serenas y meditativas, tejidas con diversos textiles. Una acción con la que honra la memoria y la herencia de sus abuelas que con la enseñanza del oficio le abrieron la puerta a un lenguaje (que también es un refugio) de pureza y ternura. Este espacio es seguro e íntimo y la artista lo recrea para tomar control, reafirmar su cuerpo, su espacio y su identidad.
Los Derma Happenings proporcionan escapes a subjetividades artísticas que contrastan con la posibilidad de poder realizarse un lifting facial o un ligero retoque de botox… un acontecimiento particular que sólo sucede en la bella y controversial ciudad de Culiacán. Misma que se posiciona como un nuevo punto de encuentro para creadores del noroeste del país gracias a la feria de arte anual Todos Ponen Feria, un espacio que facilita la conexión entre artistas y el público en general, fortaleciendo la interacción entre prácticas contemporáneas y el mercado de arte de la región.
En la ciudad de Hermosillo, El Museo MUSAS hospeda la retrospectiva de la artista Ale Librada (La Piedad, Michoacán 1985 - Mexicali, Baja California 2020), una muestra que desde su acceso rechaza esencialismos de género, moralismos y cualquier ayuda o consejo religioso.
La muestra establece un espacio donde la palabra se convierte en un medio de contención, protesta y sanación frente a violencias sistémicas como la homofobia, transfobia, xenofobia y sidafobia, reflejando un enérgico posicionamiento político en contra de dichas estructuras discriminatorias. Librada emplea la función subversiva y mágica de la acción poética para crear situaciones de quiebre y reconciliación. En Salvaje Oeste (ya vez panchito) (2010), la artista toma la calle con una serie de mantas para desafiar la homofobia del alcalde en turno de Mexicali, B.C. En Principios Básicos (2016), entrelaza diversos anunciamientos feministas con el título de la famosa canción de Vicky Car, Ni princesa ni esclava. En la serie Ya no vivo sin ti (2017) continua con un grupo de poemas que abrazan y honran las dificultades al reconocer el (auto)estigma de vivir con VIH. Librada nos recuerda que en las resistencias también hay posibilidades de vida.
Ale Librada Torres, Salvaje noroeste (ya ves panchito), 2010, Pintura vinílica en manta
3.00 x 1.20 m
La retrospectiva reúne piezas que se han expuesto en galerías tanto nacionales como internacionales, en el espacio público como zona de denuncia, en la indumentaria como medio para desplazar discursos desde el cuerpo, en sitios web que funcionan como archivos de influencias y reflexiones y en fiestas, espacio performático donde surgen personajes y/o identidades (DJ Perla +) que experimentaron con selecciones musicales generando playlists que evocan sus intereses y que son en sí mismas piezas de arte.
La exposición es un tributo a su vida y obra, un proyecto que se llevó a cabo gracias al incondicional apoyo de su familia y a la labor curatorial de la artista bajacaliforniana Chantal Peñalosa y un servidor.
Cabe mencionar que la exposición también activa el primer cuarto oscuro del museo del estado de Sonora, un controvertido espacio que replica la instalación original expuesta en Todos somos putos (2010) en la ya desaparecida galería Mexicali Rose y se destina como un lugar para aliviar el ocio, liberar tensiones y muchas cosas…
Estas tres manifestaciones son apenas un breviario cultural de lo que sucede en el Ex Estado de Occidente, una región bella, calurosa e intrigante que hoy en día se encuentra ¡muy en su papel!
El curador Daril Fortis investiga el cruce de las prácticas artísticas performáticas, las prácticas archivísticas, los procesos vinculados a la memoria y la formación cultural de los cuerpos. Nació en Tijuana, México, ciudad donde estudió la licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad Autónoma de Baja California (2015, UABC). También estudió una especialidad en Archivística en la Escuela Mexicana de Archivos (2021) y la maestría en Estudios Socioculturales en el Instituto de Investigaciones Culturales-Museo (2023, UABC). En el 2014 co-fundó la organización Periférica, en la cual se desempeñó como coordinador de programas hasta su disolución en el 2019. Durante su coordinación gestionó el archivo Hacer Memoria, diseñó el programa educativo Monitoreo: Programa de Crítica Contemporánea (2017-2019) y co-curó la selección del estado invitado (Baja California) de Salón ACME (2018). En el 2018 fue seleccionado para participar en el Intensivo Curatorial de Independent Curators International. Se ha involucrado en la organización de congresos, encuentros y festivales relacionados con la educación artística, la reflexión crítica en torno al arte contemporáneo y la fotografía. Ha curado exposiciones en espacios diversos, editado libros y escrito sobre arte en diferentes publicaciones. Desde el 2017, investiga el pasado del performance tijuanense.
Abraham Palafox (Hermosillo, 1988) es arquitecto y curador independiente con especialidad en artes visuales por la Universidad Andrés Bello. Ha exhibido en espacios culturales como el Museo Carrillo Gil, Museo Musas y participado en festivales como el New York photo Festival y Todos Ponen Feria en Culiacán Sinaloa. Obtuvo el premio estatal de Fotografía Sonora 2010 y participó en el proyecto de residencia artística Operador de arte en Tijuana Baja California (2012). Cuenta con proyectos curatoriales como la exposición colectiva ¿Podrás? ¡Jamás! realizada en la galería Distrito 60 en Hermosillo, Sonora, la exposición Tengo Luego Existo de las artistas sinaloenses Lucia Oceguera y Melissa Padilla y la exposición Ale Librada: No me arrepiento de nada curada en conjunto con la artista Chantal Peñalosa (ambas exposiciones fueron realizadas en el museo Musas del estado de Sonora). Actualmente vive y trabaja en la ciudad de Culiacán, Sinaloa.
Foto de portada: Ale Librada Torres, Este hogar es intenso, 2014, impresión sobre baldosa