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Our Eyes Adjust to the Dark

Our Eyes Adjust to the Dark

Heart Ego presenta Our Eyes Adjust to the Dark, exposición colectiva que reúne el trabajo de Sebastián Beltrán, Federico Cartas, Mariana Con, Roberto Cortázar, Pedro Magaña, Daniel Mullen, Fabián Ugalde y Ernesto Walker.

La observación de galaxias lejanas y el desdoblamiento de las partículas más fundamentales han abierto una distancia impenetrable entre el universo tal como lo conocemos y nuestra experiencia subjetiva de él. La vida humana, frágil, breve, saturada de sentimientos, entra en conflicto con el ruidoso e infinito silencio del universo que el método científico nos ha desvelado. La yuxtaposición categórica de la experiencia subjetiva y la realidad objetiva, al parecer, nunca ha sido tan acentuada. ¿Cómo integrar la comprensión de nuestra finitud con el conocimiento de la infinitud de la existencia? En el universo, cada punto del cual puede medirse con precisión, ¿dónde situamos nuestras experiencias inefables como el amor, el miedo, el asombro y lo sublime? ¿Dónde dirigimos nuestras experiencias místicas, esperanzas y preguntas en el mundo que, en palabras de Joseph Campbell, «simplemente es», silencioso ante nuestra búsqueda de sentido?

Our Eyes Adjust to the Dark ofrece al público la oportunidad de enfrentarse a las preguntas sobre nuestro lugar en un mundo en constante expansión, afinando nuestra visión a nuevos conceptos hechos tangibles a través de prácticas artísticas y filosofías muy diferentes representadas en la muestra. Es una mirada a nuestro anhelo de integrarnos en el mundo como parte fundamental de la condición humana. 

La exposición toma su título del verso del poema My God, It's Full of Stars (Dios mío, está lleno de estrellas) de la poetisa laureada estadounidense Tracy K. Smith. El poema, una elegía a su padre, un ingeniero que trabajó en el telescopio Hubble, dibuja una imagen de los seres humanos que se esfuerzan por ver a través de la oscuridad del universo, aumentando su visión con la ciencia y sus mentes con asombro ante la escala del cosmos. «Vimos hasta el borde de todo lo que hay - / Tan brutal y vivo que parecía comprendernos de vuelta». Hablar de ciencia en poesía, al igual que operar con sus conceptos en el espacio pictórico ha sido tan poco frecuente para el arte occidental, llevó a C.P. Snow a acuñar el término «dos culturas» en su seminal conferencia de Cambridge de 1956, que subrayaba la polarización del arte y la ciencia en dos campos opuestos. Como muestra la exposición, esta separación está desapareciendo lentamente. 

Cada uno de los artistas seleccionados tiende un puente entre nuestro conocimiento y nuestra experiencia subjetiva desde un punto de vista diferente. Las obras de Daniel Mullen nos enfrentan a fenómenos previamente vistos en ilustraciones científicas de documentos académicos, como en su Event Horizon. Rítmicas y conmovedoras, las obras de Mullen, sin embargo, no ofrecen una visión pictórica sino experiencial de estos conceptos, transmitiendo una sensación de asombro y la grandeza hacia un mundo oculto que nos envuelve. Esta cualidad relacional es también característica de las obras de Roberto Cortázar, aunque en ellas el centro de atención se desplaza hacia el cuerpo humano, como el instrumento que mejor podemos leer, aunque aparezca viciado e imperfecto, como en su Cabeza Masculina en 3/4. En su otra obra, Teoria Oscillatoria, Cortázar nos ofrece una mirada a la cosmología cíclica conforme de Penrose, una idea según la cual el universo oscila de la expansión a la contracción y viceversa en ciclos. Pedro Magaña invita al espectador a crear mitologías y rituales personales enraizándolos en nuestros conocimientos sobre el universo.  Para Federico Cartas, la abrumadora escala de datos que tenemos sobre el mundo crea un terreno para celebrar nuestra ubicación única en el espacio y el tiempo, por incomprensible que parezca el continuo que nos rodea. Mariana Con pronuncia también esta singularidad, proyectándola sobre fenómenos de escala global. Sus planchas de acero, que representan fotografías químicamente corroídas de ríos y cielos, contienen 12 elementos que constituyen la atmósfera, como si alabaran el ADN único de nuestro planeta natal y nuestra familiaridad fenomenológica con él. 

Mientras que la mayoría de los artistas abordan el conocimiento como una herramienta en su proceso creativo, algunos artistas de la muestra se centran en el conocimiento como materia. Las esculturas de Ernesto Walker aparecen como declaraciones poéticas a nuestra hambre de descubrimiento. Con una investigación basada en el progreso cartográfico de los siglos pasados, Walker ahonda en nuestra pasión por registrar el mundo y preservar nuestra comprensión del mismo, apelando a nuestra diversión casi infantil con los barcos, los faros y los viajes a nuevos horizontes. Una dirección similar de conectar la exploración del planeta en el siglo XIX con nuestra actual aceleración hacia las estrellas la representan las esculturas de Sebastián Beltrán, que reflexionan sobre la tendencia humana a establecer conexiones a partir de la experiencia, dando así sentido al mundo. Punch! y Horizontal Time de Beltrán representan ese momento exacto en el que esas conexiones nos llevan por mal camino, desafiando nuestra lógica y nuestra intuición cotidiana. Concluyendo la muestra, la instalación de Fabián Ugalde titulada Molecular Disorder constituye la naturaleza evasiva de nuestra cognición. Apareciendo como una toma fija de un movimiento browniano, la instalación revela su patrón, o la ausencia del mismo, dependiendo de la distancia del espectador y su punto focal.

Iluminada por las obras de arte que brillan en las salas de la galería, la exposición Our Eyes Adjust to the Dark (Nuestros ojos se adaptan a la oscuridad) ofrece una plétora de enfoques, o más bien puentes, para conectar la inmensidad exterior a nosotros con la inmensidad interior. Tal vez no seamos meros testigos de los acontecimientos que se desarrollan a nuestro alrededor, sino «el universo experimentándose a sí mismo». En ese caso, ningún paso que demos hacia sus grandes misterios nos satisfará, ya que, en palabras de Annaka Harris ¨there's no traveling forward when you are the river¨. Pero dejando a un lado el pesimismo sobre los límites de la cognición humana, debemos abrir nuestras mentes mientras nuestros ojos se adaptan a la oscuridad.

— Anton Meshkov