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el destello de algo más

el destello de algo más

Terremoto La Postal

Exposición

-> 18 nov 2023 – 8 dic 2023

La Postal presenta el destello de algo más, en el espacio de Laguna, la décima edición del programa expositivo La Postal, lanzado por Terremoto en 2018, el cual indaga en los dispositivos curatoriales alrededor de materiales de archivo. Curaduría: Helena Lugo y Ana Gabriela García

Artistas: Seba Calfuqueo (CH), Derzu Campos (MX), Valentina Díaz (ARG), Fibra Colectivo (PE), Alan Hernández (MX), Día Muñoz (EC), Ventura Profana (BRA), Chaveli Sifre (PR.

Tras un par de años de cese del programa, retomamos esta iniciativa como una antesala a los sentipensares estimulados a partir de Simulacros interplanetarios, la primera residencia de investigación lanzada por Terremoto a través de su proyecto transdisciplinario Travesías, y desde la cual se indagarán las posibilidades alrededor de estrategias utópicas para hacer mundo más allá del futuro hegemónico.

Ante el desmoronamiento de esta tierra, ¿cuáles son los presentes que escapan a la luz? Este preludio curatorial toma la forma de una cápsula del tiempo como estrategia para hacer memoria. Una memoria que especula sobre los presentes latentes al acecho del ojo colonial y en cuyos espacios de posibilidad, lo impensable tiene lugar.

Las cápsulas del tiempo son dispositivos que han acompañado tanto nuestros modos de historizar, como nuestras políticas de olvido. Son huellas del devenir de las formas de vida a través de la Historia; fósiles que instauran la nostalgia del porvenir. Vista desde la historia moderna occidental, la cápsula del tiempo ha fungido en gran medida como un Wunderkammer, acaso más hermético, que permite salvaguardar y nutrir una subjetividad específica —tal como lo haría después un archivo institucionalizado— que legitima aún hoy la flexión del arco del tiempo hacia el progreso.

Las historias ahí contenidas no escapan de las narrativas hegemónicas de exclusión. Sin embargo, es en estos procesos de renuncia y resguardo donde también concurre la creación de ficciones. La vitalidad que yace en las potencias imaginativas alrededor de la construcción del tiempo y del lenguaje trae consigo una revisión crítica a los procesos de acumulación del capital, la relación con los espacios que habitamos y nuestros lugares de enunciación. ¿De qué manera podemos jugar a nuestro favor los vínculos dispares entre memoria e historia que dominan los modos de producción, sus sistemas de diseminación y, por consiguiente, la capacidad de concebir futuro?

La cápsula permite reensamblar la ruptura entre los tiempos: en la espiral de la Historia, un cúmulo de narrativas no hegemónicas resplandecen para reclamar la vida en ellas contenida. Se escapa del presente e introduce lo que pudo haber tenido lugar: ahí donde lo posible destella como potencia. Así, en este despliegue (a)temporal se desbordan las voces de artistas cuya práctica hilvana fibras móviles para resistir al olvido y a su vez activar otras maneras de hacer mundo.

Las piezas aquí contenidas nos susurran los conjuros alquímicos que permiten sanar las pulsiones capitales y encarnar saberes ancestrales. Vislumbran las latitudes astrales que resignifican la tierra. Nos hablan de la fuerza del micelio para apropiarse del vestigio moderno y recordarnos que todo se ha pulverizado. Pese a ello, la insubordinación y la potencia transformadora de la espora permea: ante la inminente catástrofe, ¿puede la máquina celebrar la vida? Otras piezas suponen flores insólitas que centellean como poemas en un diálogo con otros trabajos donde el código y su escritura, análoga o digital, anhelan el calor de un cuerpo y la fuerza de una lengua atravesada por el afecto.

Vista desde aquí, el destello de algo más opera, en un tiempo y espacio jamás determinables, como una emisora de mensajes imposibles que nos arrojan a las discontinuidades de un tiempo lineal. En ese breve instante en que el mensaje no tiene receptor ni resonancia, la cápsula se abre como un portal. Lo que encontramos dentro es una memoria que brilla, que se ha escurrido de la mirada colonial. Un tejido del recuerdo se torna visible para comunicar su mensaje desde un tiempo roto. Sólo entonces cerramos los ojos para extraviamos en la seductora naturaleza de sus posibilidades y palpar la textura de esa tierra que imaginamos.

— Terremoto La Postal