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Mauricio Limón de León

Mauricio Limón de León

Géneros arcanos

Performance

-> 11 oct

En el marco de Géneros arcanos de Mauricio Limón de León, Pequod Co. presenta un performance en Naranjo 141. Presentan Clarissa Rollo y Seda Tesch, con música por Raúl Vizzi y Alejandro Contreras "Pascual" y vestuario por Isabel Manhes.

Todo comienza con un vitral Art Déco en Ámsterdam. El brillo de los colores y la geometría de las formas, que cobran tridimensionalidad con el paso de la luz natural, son la primera fuente de inspiración de un núcleo de obras creadas por Mauricio Limón en 2022 y expuestas en Ellen de Brujine Projects, en la misma ciudad de los Países Bajos. El motivo principal de esta producción es la síntesis entre una rígida cuadrícula de la composición inicial y la fluidez de las formas corporales: Limón, en colaboración con Adriana Gonzalez Hulshof y el Atelier Caraco de París, crea vestidos, esculturas textiles en ediciones únicas que promueven una posible reinterpretación de los diseños que los inspiraron. Junto a las prendas, una colección de vitrales «inmoviliza» esas mismas formas: el tiempo retrocede hasta los antiguos vitrales medievales, concebidos como la materialización de una narrativa pictórica extendida al espacio y la arquitectura. Una serie de pinturas realizadas con potasio blanco completa la misma idea conceptual que, pasando de un medio a otro, pone en escena una idea de traspaso entre épocas, formas y lenguajes.

Demos un paso atrás: cuando el Art Déco irrumpió en toda Europa, consagrado por la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas de París de 1925, el objetivo era celebrar una nueva idea de modernidad que fuera una síntesis de todas las artes. La arquitectura, las artes visuales y decorativas, la moda y el diseño dialogan incesantemente, remodelando el imaginario estético de la vida cotidiana. En Holanda, el Art Déco francés se integra con el legado del Art Nouveau y la racionalidad del De Stijl, buscando un equilibrio entre la decoración y el funcionalismo. Sin embargo, las formas estilizadas, las composiciones simétricas y los colores primarios ocultan influencias lejanas que miran hacia África y Asia, en línea con el orientalismo entonces en boga, pero también hacia las civilizaciones precolombinas. En un juego de posibles «vasos comunicantes», la historia se entrelaza como una trama, uniendo de forma ideal el simbolismo maya y azteca con la elegancia formal de los vitrales de los años veinte. Un bello ejemplo de esta conexión espacio-temporal es la influencia de la cultura visual mexicana en la obra de uno de los protagonistas más significativos de la Bauhaus: Josef Albers. Las visitas de Josef y Annie Albers a México entre los años treinta y sesenta, que fueron objeto de una exposición en el Museo Guggenheim de Nueva York en 2018, fueron sin duda una fuente de inspiración para las pinturas geométricas de Josef, pero también para las obras textiles de Annie, lo que confirma el poder del arte precolombino en la configuración de un enfoque europeo del abstraccionismo.

Mauricio Limón se sitúa en medio de este entrelazamiento de hilos, absorbiendo tanto de la matriz europea como de las raíces mexicanas. Por ello, el título Géneros Arcanos evoca una idea de fluidez histórica, incluso anterior a la interdisciplinariedad: una forma de esoterismo capaz de evocar tiempos remotos y mezclarlos, al igual que la rigidez geométrica se disuelve en la sinuosidad de los cuerpos. Yves Saint Laurent ya había intentado poner a prueba esta combinación con su famoso vestido Mondrian de 1965, un homenaje al padre del movimiento De Stijl, que reinterpretó sus famosas composiciones como un producto de moda. Sin embargo, el proceso de Limón es aún más complejo, ya que no es una sola cita la que entra en juego, sino un conjunto de referencias superpuestas. Este sustrato incluye también a Samuel Beckett, a quien el artista recurre para diseñar las coreografías sobre las que se mueven los cuerpos disfrazados con sus vestidos-escultura. Para el festival Rooms de Maastricht en 2024, cuatro intérpretes se mueven en una secuencia de gestos inspirados en Quad, una obra breve para televisión escrita por el escritor irlandés y emitida por primera vez en 1981. Sus movimientos parecen regulados por una estructura de relojería dibujada en el suelo que actúa como escenario y cuadrícula. Sus poses sugieren una movilidad que es casi un escape de una idea de estructura, esencial pero aún remodelable, que recuerda una forma de ritual en el que el procedimiento podría ser reescrito por lo impredecible. Sus cuerpos se convierten finalmente en arquitectura. Una vez desechados por los intérpretes, los trajes vuelven a habitar perchas que son también esculturas, cuyas líneas siguen recordando a las modernistas.

Esto nos lleva a la exposición en Pequod, en la que se añaden nuevos elementos a esta narrativa ya de por sí compleja. Los espacios expositivos de la galería dialogan de forma natural con las formas de los vitrales y los vestidos, enfatizando la relación entre el cuerpo y la arquitectura a través de la exposición de siete biombos que enmarcan vitrales derivados de los diseños originales.

Como por arte de magia, estas obras parecen perder su referencia original al Art Déco y abrazar la tradición figurativa de las antiguas civilizaciones mesoamericanas, redescubriendo el componente indígena como patrimonio involuntario. La relación con la naturaleza, que emerge en los diseños de las técnicas tradicionales de tejido de ciertas zonas de Chiapas y de la cultura Wixárica, parece sustituir a la racionalidad formal holandesa. A este escenario se suma una serie de pinturas que evocando la piel, con sus venas abstractas, sellan un diálogo entre la presencia y la ausencia. Al igual que los vestidos descansan sobre percheros cuidadosamente diseñados, esperando que un cuerpo los ocupe y los mueva, estas superficies son caparazones, espacios liminales entre un interior y un exterior, que devuelven las huellas de una experiencia vivida (no en vano se dice «vivir en la piel»).

A la luz de la evolución de este ciclo de obras, que parte de la frialdad de los vitrales y llega a la sensualidad de la carne humana, queda claro que lo que Mauricio Limón extrae del Art Déco no es tanto una referencia estética, sino más bien una metodología de contaminación entre diferentes artes y técnicas para narrar un proceso de transformación.

Los «géneros arcanos» del título son, por tanto, una invitación a explorar las interconexiones entre arquitectura y naturaleza, diseño y materialidad, mitos y rituales, mente y cuerpo, en busca de una clave de acceso que permita interceptar esas tramas subterráneas en las que se basa el aliento original del mundo.

–Alessandra Troncone