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Iván Trueta |  Pablo Rasgado | Javier Peláez

Iván Trueta | Pablo Rasgado | Javier Peláez

Derrumbe

Visita guiada

-> 19 jul

Como parte de los circuitos de ZsONAMACO, Saenger Galería presenta una visita guiada de Derrumbe (con obra de Iván Trueta, Pablo Rasgado y Javier Peláez) en Casa Limantour, a cargo de Benjamín Torres.

El nombre de la exposición es también el terreno discursivo sobre el cual se asientan dos nociones distintas sobre “derrumbe”: uno como ruina o colapso, y el otro como posibilidad estructural. Al conjugarlo, “derrumbar” deviene no solo en la acción directa que incide en el espacio físico, alterándolo, sino igualmente implica descomponer y derribar la jerarquía tradicional entre el estado final de una obra y el proceso que condujo a esa condición. “Derrumbe” ensaya así un sistema entre lo concreto que queda expuesto (tanto las obras como la casa que las acoge) y lo latente que las intervenciones y la trama de relaciones entre los artistas y públicos propician con el entorno y el contexto del evento.

En este sentido, las obras expuestas adoptan distintos estatus: desde fragmentos y estudios, hasta residuos y objetos formalmente concluidos. Al mismo tiempo, cada obra o gesto funcionan como calas arquitectónicas; es decir, como breves aperturas en la superficie de un discurso que permiten observar lo que hay debajo, a la manera de una arqueología activa del ejercicio artístico que favorece recuperar prácticas olvidadas, visibilizar búsquedas que estaban en reposo y resonar el eco de obras efímeras. En este mismo proceso, un material común a los tres artistas es el polvo: polvo de carbón o polvo de grafito, polvo cotidiano y doméstico, polvo debido al transcurrir del tiempo y tiempo transfigurado en polvo; en cualquier circunstancia, este elemento actúa en “Derrumbe” como agente simbólico y físico. Es lo mismo un material de creación, como sucede en el dibujo, que un vestigio por erosión, como ocurre en la escultura. Y aunque su presencia es difusa, también es capaz de atravesar el espacio expositivo y esparcir su fina materia en derredor. El polvo ensucia, pero asimismo vincula, es polución, y su impronta traza un plano donde es posible apreciar los distintos cruces, empalmes, trayectos y desvíos que las obras y artistas congregan.

En última instancia, “Derrumbe” propone un territorio abierto donde se ensayan formas de colaboración y reflexión en reciprocidad alrededor de un principio esencial, el espacio. En específico, el espacio habitado; aquel que surgió con el dolmen y que contempla desde su edificación, hasta su propia caída. En sincronía, el programa Saenger-Limantour es, en sí mismo, una estructura curatorial porosa, en constante reconfiguración.

–Eduardo Luque y Christian Barragán