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Gabriel Pérez

Sala:GAM presenta Peso Propio de Gabriel Pérez.

Peso Propio

Un poema de Borges:

Yo, de niño, temía que el espejo

me mostrara otra cara o una ciega

máscara impersonal que ocultaría

algo sin duda atroz. Temí asimismo

que el silencioso tiempo del espejo

se desviara del curso cotidiano

de las horas del hombre y hospedara

en su vago confín imaginario

seres y formas y colores nuevos.

(A nadie se lo dije; el niño es tímido.)

Yo temo ahora que el espejo encierre

el verdadero rostro de mi alma,

lastimada de sombras y de culpas,

el que Dios ve y acaso ven los hombres.

La obra de Gabriel Pérez teje lo simbólico con lo narrativo, justo como sucede con las imágenes del cómic o el santoral. Es decor: las escenas que retrata siempre están abrigadas por un entramado de metáforas y señales que solo adquieren sentido si uno las imagina animadas.

Son, en ese sentido, como el Gran Vidrio de Duchamp, donde la obra revela su realidad solamente si el espectador logra imaginar o descrifrar el movimiento sugerido; sin embargo, a diferencia de aquella pieza, en el caso de Gabriel lo que se activa no es un movimiento mecánico (digamos: “alegórico”) sino espiritual y psíquico (digamos: “simbólico”).

En ese sentido, estas escenas nos hacen testigos de revelaciones personalísimas - máscaras que ocultan el rostro de nuestras almas, miradas por Dios y algunos hombres - pero que entendemos como universales y propias de nuestra naturaleza humana, oh, tan humana. Así, el peso propio es el de todes.

Remato con una oración: Protégenos, Señor, de nuestros sueños. Protégenos de nuestras imágenes. Protégenos de Tus imágenes. Protégenos de lo que nos hemos atrevido a hacer. Protégenos.

— Galería de Arte Mexicano