Al ser un referente de la fotografía en México, Patricia Conde Galería presenta una muestra colectiva de fotógrafos mexicanos en dónde se explora el uso del Blanco y Negro con obras que tomadas desde la mitad del siglo XX hasta hoy.
Yolanda Andrade (MEX) Cannon Bernáldez (MEX) Laura Cohen (MEX) Juan Rafael Coronel Rivera (MEX) Paola Dávila (MEX) Héctor García (MEX) Flor Garduño (MEX) Graciela Iturbide (MEX) Cristina Kahlo (MEX) José Antonio Martínez (MEX) Nadja Massün (MEX) Francisco Mata Rosas (MEX) José Ángel Rodríguez (MEX) Adam Wiseman (MEX)
Conformada por fotografías realizadas durante la segunda mitad del s. xx y los primeros veinte años del s. xxi; en esta exposición podemos observar obras de: Yolanda Andrade, Cannon Bernáldez, Laura Cohen, Juan Rafael Coronel Rivera, Paola Dávila, Héctor García, Flor Garduño, Graciela Iturbide, Cristina Kahlo, José Antonio Martínez, Nadja Massün, Francisco Mata Rosas, José Ángel Rodríguez, Adam Wiseman.
Lo que vemos resulta diverso: ámbitos rurales, urbanos, personas, huellas de su paso (arquitectura, objetos, paisaje modificado). Conviven realidades hipotéticas con algunas cotidianas y con aquellas a las que sólo echamos un vistazo pues nos son ajenas. A través de estas imágenes nos enfrentamos a lo natural: al agua, la tierra. Pero también a la condición humana: el trabajo, la niñez, el goce, los ciclos, la vida.
En esta exposición podemos ver que la fotografía sigue, como decía Susan Sontag, procurando pruebas visuales de algo que existe en el mundo. Sabemos hoy que no son testimonios de la verdad, que también pueden ser ficción. Pero en ellas radica una naturaleza innegable, la de su técnica. Elegir fotografías en blanco y negro es pensar en ella: repasar el camino de la luz rebotando en un objeto, cruzando por la lente, tocando la película, para posteriormente llegar al papel gracias a la presencia de una emulsión que fija la imagen. La técnica es fundamental para la consolidación de nuestra sensibilidad a través del tiempo; Jean-Louis Déotte lo aseguró mientras llamaba a la fotografía “aparato estético”, uno que nos ayuda a “volver a nombrar” no porque sea documento fiel, sino un testigo con versión propia, con la capacidad de fragmentar lo pasado y capturar el movimiento de los ciclos y los días. Las fotografías reunidas en esta exposición nos recuerdan historias comunes, otras lejanas, pero la técnica las unifica ante nuestra sensibilidad; al parecernos familiares, les podemos hacer más preguntas.
La imagen fotográfica tiene otra cualidad relacionada con su condición técnica, la de entablar lecturas de lo pasado. Por ello, los relatos en estas obras nos hablan más allá de la vista; se extienden y dialogan con política, arte, sociedad. Los discursos y la memoria nos llevan desde Piranesi hasta la persistencia de la crisis en México, pasando por los tejidos más complejos de nuestra sociedad y hasta nuestra psique.
Finalmente, Susan Sontag decía que las fotografías son una gramática y una ética de la visión. Pensando en estas palabras, podemos reconocer que estas imágenes, abiertas a la memoria, componen en conjunto una ética y estética de la mirada; ofreciendo un almanaque de fragmentos de nuestra historia reciente y cotidiana.
— Susana Trejo Santoyo