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Aquí nos hacemos bolas

Aquí nos hacemos bolas

Altar dedicado a Frida Kahlo y Rosa Rolanda

Cada año, el Museo Diego Rivera Anahuacalli honra la vida, la memoria y el arte con una ofrenda que se ha convertido en una de las tradiciones más entrañables de este recinto. En esta temporada de Día de Muertos, el Anahuacalli presenta Aquí nos hacemos bolas, una propuesta que celebra la amistad, la transformación y la resiliencia a través de un altar dual dedicado a Frida Kahlo y Rosa Rolanda, dos mujeres que compartieron un mismo tiempo, una profunda sensibilidad artística y una inagotable fascinación por México.

La ofrenda podrá visitarse a partir del 29 de octubre de 2025 en el Museo Diego Rivera Anahuacalli. Desde hace más de setenta años, el Anahuacalli ha albergado altares dedicados a distintas figuras y temas que rinden homenaje a la memoria, el arte y el legado de Diego Rivera y Frida Kahlo, así como a las tradiciones y raíces mexicanas que ambos valoraron profundamente. Aunque en ciertos periodos esta práctica se suspendió, su espíritu permanece vivo, consolidando el vínculo entre arte, memoria y tradición popular.

En esta edición, el altar esta dedicado a dos artistas mujeres que se miraron mutuamente con afecto y respeto. La elección de Frida Kahlo y Rosa Rolanda responde a múltiples coincidencias simbólicas: ambas exploraron su identidad a través del arte, ambas vivieron intensos procesos de metamorfosis personal y ambas hicieron de la cultura mexicana un espejo de sí mismas.

Este altar dual conmemora también los 100 años del accidente de Frida Kahlo, suceso que redefinió su vida y su obra. A partir de aquel momento, Kahlo inició un proceso de renovación constante que marcó su trayectoria artística y su manera de habitar el mundo.

Por su parte, Rosa Rolanda —nacida Rosemonde Cowan Ruelas en Los Ángeles en 1895— fue una bailarina, coreógrafa, diseñadora, fotógrafa y pintora que llegó a México en 1926 junto a Miguel Covarrubias, su pareja. En su paso por los escenarios de Broadway y los teatros europeos, adoptó distintos nombres artísticos y se reinventó en múltiples disciplinas. Su obra, profundamente influenciada por el entorno mexicano, retrató mujeres, danzas y tradiciones populares con un lenguaje visual propio y una mirada moderna.

Ambas artistas fueron mujeres que desafiaron su tiempo: Frida desde la pintura y la afirmación de su identidad; Rosa desde la danza y la imagen. La ofrenda que las une este año habla de esa metamorfosis compartida, de su capacidad para reinventarse, y de la manera en que ambas integraron la fragilidad y la fuerza en su práctica artística.

Aquí nos hacemos bolas es una expresión popular que alude a la confusión, pero también a la unión, usada por Frida en una de sus cartas. En el contexto de esta ofrenda, se convierte en una metáfora de la mezcla de caminos, disciplinas y emociones que Frida y Rosa compartieron: la vida, el arte, el dolor, el humor y la celebración de lo cotidiano.

Los dos altares, instalados por el equipo del museo Anahuacalli, a cargo de Karla Niño de Rivera, Curadora del Museo y autora de la Ofrenda, dialogan entre sí mediante referencias simbólicas que evocan el proceso creativo de ambas artistas. Entre flores, velas y papel picado, los visitantes encontrarán alusiones a la danza y al color, a la fotografía, la pintura y las transformaciones que marcaron la vida de estas mujeres.

Además, del 30 de octubre al 2 de noviembre de 10 a 19hrs, el Museo Anahuacalli presenta una nueva edición de Cacao Para Todos, un festival que celebra la historia, los saberes y los sabores del cacao mexicano. Este encuentro es una invitación a reflexionar, compartir y mantener viva una tradición que une comunidades y generaciones.

— Museo Anahuacalli