Campeche presenta Paderón, la primera exhibición individual de Abraham González Pacheco en la galería.
Para esta exhibición el artista trabajó en una serie de piezas a partir de la yuxtaposición de materiales encontrados como el concreto y estructuras de metal, las cuales colecciona durante sus paseos en caminos cerca de su casa o vertederos de desechos industriales en Tepoztlán, Morelos, donde el artista actualmente reside.
La observación de su entorno y la experimentación de procesos pictóricos convencionales le ha llevado a subvertir estos mismos, generando una obra que cuestiona los cánones convencionales y que propicia nuevas conversaciones en el marco de la pintura actual. El artista propone una serie de obras que se construyen mediante la injerencia del azar y el proceso natural de las cosas, en donde los fragmentos y las grietas son una cualidad en las piezas, gestos de aquello que no se puede controlar, como el libre flujo de la vida o del universo.
Paderón es un gesto, una captura de pantalla, un fragmento de mural de un futuro posible o distópico, el cual se nutre con una serie de anécdotas y cuestionamientos, entre ellos, los orígenes de su comunidad y su familia, la veracidad de la historia oficial impuesta por el Estado. Ya que, por ejemplo, no existen registros históricos de su pueblo natal¹. Abraham aborda esta ausencia o sesgo social, lo extiende y lo usa como una herramienta de inmersión para indagar sobre su propia identidad mediante obras que se desgastan al instante, que mutan con el tiempo. Obras vivas que visibilizan su existencia al fragmentarse, que viven en una segunda piel que se desmonta, restos de murales que puede ser una escultura, o una ventana a lo que no se puede ver.
¹Como lo menciona Itzel Vargas en su ensayo Crónicas De un Proyecto Expositivo: Arte Actual y Pueblos Originarios: https://muac.unam.mx/constelaciones/assets/docs/ensayo-itzelvargas.pdf
— Campeche