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El trecho entre el pasado y el presente | Sobre Emisarios de cosas abandonadas por los dioses

Ensayo

El trecho entre el pasado y el presente | Sobre Emisarios de cosas abandonadas por los dioses

por Fabiola Talavera

En Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán

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Tiempo de lectura

6 min

Casa Barragán alberga un fantasma que permea en todos los rincones: como en un santuario, el lugar permanece inmaculado al tener extremo cuidado en no afectar la disposición predilecta en la que el arquitecto Luis Barragán dejó sus pertenencias. Solamente por breves periodos expositivos, la casa alberga una permitida transgresión, cuando diversos curadores y artistas invitados la utilizan como marco de exhibición. La labor curatorial, que alguna vez refirió al sujeto encargado de preservar una colección, en la casa toma la función de su aparente contrario, al remover objetos que se han vuelto sinónimos de la residencia para aportar una lectura contemporánea a aquello que coleccionó el arquitecto. Cuando se aminora la responsabilidad del curador en relación con la conservación de la obra, otras preguntan vienen a flote, ¿por qué el ejercicio de actualización es pertinente?, ¿qué supone una lectura contemporánea?

La exposición Emisarios de cosas abandonadas por los dioses, curada por Elena Filipovic, propone la sustracción de elementos de Casa Barragán (objetos tradicionalmente considerados obras de arte, pero también reproducciones y otros artefactos) para ser sustituidos por piezas de arte contemporáneo que guardan, en cierta medida, similitudes formales o conceptuales con los objetos originales.

Apenas identificables en el ambiente doméstico, más de cincuenta objetos han sido cambiados por creaciones de artistas de diferentes latitudes como Michael E. Smith, Lutz Bacher, ektor garcia, Gabriel Kuri, Deana Lawson, Jill Mulleady, Roberto Cuoghi, Danai Anesiadou, Pamela Rosenkranz, Heinz-Peter Knes, Seth Price, entre otros. A primera vista, nada parece fuera de lugar, es solo cuando uno recuerda que está en una casa de mediados del siglo pasado, con una decoración que no ha sido cambiada desde la década de los 80, que algunas cosas resaltan por parecer demasiado nuevas. A partir de la pregunta, “¿cómo sería el interior de Casa Barragán si hubiera vivido en nuestro tiempo y la hubiera redecorado con arte del presente?”, la exposición especula sobre la actualización de las pertenencias de la casa. Los objetos originales se vuelven catalizadores para hacernos preguntas sobre el presente.

Si indagamos en el concepto de lo contemporáneo, Giorgio Agamben lo describe como una relación singular en el tiempo, donde se está en el presente, pero al mismo tiempo se mantiene una distancia respecto a él: “el contemporáneo es aquel que mantiene una firme mirada a su propio tiempo para percibir no su luz, sino su oscuridad”.* El contemporáneo también es capaz de retomar el pasado y ponerlo en relación con el presente, Agamben ahonda: “es como si esa invisible luz que es la oscuridad del presente proyectara su sombra sobre el pasado y éste, tocado por este haz de sombra, adquiriera la capacidad de responder a las tinieblas del presente.”** Discretos correlatos se vislumbran entre las obras contemporáneas y los objetos suplantados, los emisarios muestran una nueva interpretación de los valores que subyacen en la Casa Barragán.

La distancia crítica del tiempo permite ver las complejidades y contradicciones de la personalidad del arquitecto que se reflejan en la casa: una rica gama cromática y abundancia material se ven flageladas por motivos que evidencian un fanatismo religioso que añoraba una vida ascética. Una constante represión de los deseos se vuelve palpable.

Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera
Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera

En Emisarios de cosas abandonadas por los dioses, el secreto erotismo que aguarda en la casa se explicita con una serie de contraposiciones. La frialdad racional de los cuadros monocromáticos de Josef Albers es confrontada con la sinuosa sensualidad de una mano que se acerca a una ostra abierta pintada por Jill Mulleady. Una imagen de Heinz-Peter Knes muestra la espalda tensa de un hombre, la cual revela una perspectiva carnal del cristo en la cruz que solía yacer sobre una mesa. Desafiando los viriles motivos ecuestres que se encuentran por toda la casa, una espuela de vaquero reposa junto a un guante tejido en crochet de la autoría de ektor garcia, rompiendo la barrera entre las técnicas y prácticas encasilladas en la visión de lo masculino como lo vigoroso, brusco y energético, frente a lo femenino como lo frágil, delicado y artesanal.

Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera
Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera

Los objetos decorativos que Barragán alguna vez concibió como fuentes de luz y color, son retomados desde sus elementos formales para elucidar acontecimientos contemporáneos. En el descanso de la escalera principal, reemplazando al conocido cuadro dorado de Mathias Goeritz, encontramos una manta isotérmica utilizada en situaciones de emergencia, que usualmente resplandece a la luz del sol; las manos de la artista, Pamela Rosenkranz, han atenuado el brillo por medio de rastros color carne que manifiestan un cuerpo ausente. De nuevo suplantando a Goeritz, Gabriel Kuri crea una superposición de cobertores en diferentes tonos de azul y verde, tomados de vuelos en diferentes aerolíneas. Estos tienen adheridas pegatinas extraídas de frutas que informan sobre diversas procedencias. Tanto los cobertores como las pegatinas evidencian dos vías de tránsito global radicalmente distintas.

Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera
Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera

Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera
Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera

Remitiendo a la sociedad del consumo, Danai Anesiadou tensa la antiquísima técnica del retrato en pintura al tomar de sus pertenencias objetos como cargadores de computadoras, bolsas de marca, tapetes de baño y reproductores de música e inmortalizarlos dentro de bolsas de plástico selladas al vacío. En su extremo opuesto, Michael E. Smith ejemplifica los principios de humildad que profesa la figura de San Francisco de Asís, admirada por Barragán, mediante una misteriosa instalación austera hecha con un zapato y una pequeña jaula de metal, la cual toma las mismas dimensiones del santo que remplaza.

Llegando a la parte final, como si fuesen parte de un monumento mortuorio, los objetos originales se alzan sobre un altar piramidal en el estudio del artista. Elementos, que de otra manera pasan desapercibidos, son más visibles que nunca por medio de su descontextualización. Trabajando dentro del acotado escenario de la Casa Barragán, el ejercicio curatorial se desenvuelve dentro de un sitio específico, realizado a partir de las posibilidades que brinda el espacio y los objetos que ahí habitan. Pero, así mismo, la curaduría se vuelve un sitio específico en otro sentido: al ser un retrato del espacio-tiempo de nuestro presente, con obras que tratan sobre valores y problemáticas actuales. El conjunto de obras contemporáneas que se presencian en Emisarios de cosas abandonadas por los dioses no pudo haber sido concebido más que teniendo como primer impulso los objetos de la casa, los cuales se extraen de su inminente fosilización al encontrar su potencial contemporáneo de dialogar con nosotros. Las sombras del conocimiento se encuentran en el trecho entre el pasado y el presente.

Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera
Emisarios de Cosas Abandonadas por los Dioses, imagen de la instalación en Estancia FEMSA - Casa Luis Barragán, Ciudad de México, 2019. Foto: Fabiola Talavera

* Giorgio Agamben, ‘What Is the Contemporary?’ en What Is an Apparatus? and Other Essays, (Stanford, CA: Stanford University Press, 2009), p. 44.

** Idem, p. 53.

Publicado el 17 noviembre 2019