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Las reglas del juego. Francis Alÿs en el MUAC

Ensayo

Las reglas del juego. Francis Alÿs en el MUAC

por Stefanía Acevedo

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Tiempo de lectura

8 min

Francis Alÿs presenta Juegos de niñxs, una serie de 27 videos filmados entre 1999 y 2022, así como 2 pinturas, bajo la curaduría de Cuauhtémoc Medina y Virginia Roy. La exposición se encuentra abierta hasta el 17 de septiembre. Si la visita en fin de semana, seguramente encontrará muchxs niñxs en la sala, es como estar en un recreo permanente. A veces se mezclan los gritos de lxs niñxs que se presentan en los videos con los de lxs niñxs que juegan en las sillas con rueditas que te permiten ir de una pantalla a otra. Adiós al silencio contemplativo.

Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo
Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo

¿Cuáles son las condiciones necesarias que componen al juego?

En todos los juegos hay una tensión que culmina y vuelve a repetirse. Ella va acompañada de incertidumbre, nunca sabes cuál será el desenlace. No obstante, siempre intervienen las risas que aportan una ligereza cercana a la alegría. Como en el juego #26: Kisolo [Mancala] (R. D. del Congo, 2021) donde lxs espectadores se mantienen en silencio al ver a lxs jugadores muy concentradxs juntando piedritas con su mano; cuando unx gana, todxs festejan, gritan y ríen; sin esta tensión, sólo quedaría el aburrimiento.

Primera regla: Un juego debe mantener la tensión.

Tensión que implica tomarse el juego en serio y al mismo tiempo no. Esto no es un aparentar hipócrita. Contrario a las dinámicas adultas, el juego implica abrazar las dos intensidades al mismo tiempo porque siempre puede volverse a repetir, permitiendo el movimiento entre lo serio y lo no serio. El juego es iterable y puede reproducirse en cualquier contexto porque son citas de juegos heredados, cada vez que se repite algo se modifica al ser realizado por diferentes personas en distintos territorios. Si algo no se puede repetir, entonces no puede entrar en la dinámica del juego.

La tensión entre lo serio y lo no serio no es signo de falta de compromiso. Es la radical aceptación de que un juego puede terminarse hoy, pero reinciarse mañana con las mismas u otras personas. Un juego es una organización finita.

Segunda regla: Un juego debe poder repetirse.

Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo
Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo

El juego también se puede interrumpir, ya sea por la lluvia, porque alguien o varies se deben ir o por disparos. Un juego no se puede controlar del todo. Cuando se juega con caracoles, como en el #31: Slakken [Caracoles] (Bélgica, 2021), se está sujeto a su lento movimiento, lxs niñxs no pueden moverlos. Es cuestión de suerte.

También se puede interrumpir porque alguien ya no quiere jugar. Una puede decidir cuándo terminar. A veces la tensión de los juegos implica un poco de dolor que dura lo que una quiere que dure. Si te duelen mucho las manos puedes pedir tiempo, como en el juego #21: Hand Stack [Manotazo] (Irak, 2018). Hay frases clave: «¡Pidos!».

Si una dinámica no puede interrumpirse, entonces no se trata de un juego. Por eso #5: Revolver (México, 2009) es esencialmente diferente de una escena con armas de fuego.

Tercera regla: Un juego debe poderse interrumpir en cualquier momento.

Hay que saber moverse, como en el #34 Appelsindans [El baile de las naranjas] (Dinamarca, 2022), donde lxs niñxs danzan y crean su propio cálculo a cada momento para que no se caiga la naranja. Improvisar, pero también leer los movimientos de lxs otrxs, como en el #19: Haram Football (Irak, 2017), en el que se juega con una pelota imaginaria porque el fútbol estaba prohibido (haram). Lxs jugadores saben por dónde va la pelota invisible, gracias a los movimientos de los cuerpos.

Cuarta regla: En el juego hay que saber improvisar.

Casi siempre hay un objeto que acompaña el juego que aparenta ser solitario, como en el #10: Papalote (Afganistán, 2011), donde hay compañerxs no humanos como el viento con el que juega el niño hasta encontrar el ritmo que debe hacer con las manos. O como en el #29: La roue [La rueda] (R. D. del Congo, 2021), donde la llanta y la colina en la mina de cobalto son las compañeras de juego.

Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo
Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo

Ya sea solx o acompañadx el juego es algo que se aprende a preparar. En el #26: Kisolo [Mancala] (R. D. del Congo, 2021) lxs niñxs preparan con mucho cuidado su escenario, utilizan cuchillos para hacer hoyos en la dureza de la tierra. Se detienen para contarlos, perfeccionan la técnica de perforación con una cuchara para darles redondez y, finalmente, ponen las piedras.

El cuidado del escenario también implica cuidar de lxs otrxs y, como los juegos deben tomarse en serio, se sabe que la finalidad nunca es lastimar. De ahí los cálculos que se hacen en el juego #21: Hand Stack [Manotazo] (Irak, 2018). Un juego puede imitar el contexto, llevar la violencia y la muerte a una dinámica de repetición e interrupción: matar sin matar [#15: Espejo (México, 2013)], contagiar sin contagiar [#25: Contagio (México, 2021)]. Cada juego requiere de una técnica que permite abrir posibilidades para que algo suceda. El juego es la técnica más cercana a la libertad.

Se puede jugar en los espacios y contextos más hostiles, como en el juego #16: Hopscotch [Avión] (Campo de refugiados de Sharya, Irak, 2016), en el que lxs niñxs se reúnen porque saben que todavía es posible hacerlo. En ciertos territorios, jugar implica peligros: desde volar un papalote hasta rodar dentro de una llanta. Por eso el cuidado y el juego van de la mano.

Quinta regla: En el juego se cuidan las condiciones para que pueda haber juego.

Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo
Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo

Casi siempre alguien te tiene que enseñar la dinámica del juego, a veces aprendes sólo viendo, otras tú inventas el juego. En cualquier caso, necesitas saber las reglas y estar de acuerdo con ellas, incluso si estas implican imaginar colectivamente el movimiento de una pelota, quitarle las patas a los saltamontes [#9: Saltamontes (Venezuela, 2011)] o invocar mosquitos y matarlos [#30: Imbu (R. D. del Congo, 2021)]. Pero lo anterior no implica que las reglas no puedan cambiarse, no sólo porque son citas sin original, también porque una puede elegir su herencia y crear otros juegos.

Sexta regla: Las reglas de un juego siempre deben poder cambiarse.

En algunos juegos hay ganadores y perdedores, pero eso no significa que un juego sea una competencia. Hay que diferenciar entre jugar y competir, sólo en uno hay ligereza. En el juego hay que aprender a perder. ¿Qué se juega cuando unx pierde? Sin duda, una decepción momentánea. Por mucha frustración que provoque perder, siempre puede repetirse y recuperarse lo perdido. Quizás el juego es el primer lugar donde aprendemos a perder, pero también donde podemos reproducir otra canción, como en el juego #12: Musical Chairs [El juego de las sillas] (México, 2012). Si ganadores, perdedores y espectadores no ríen al finalizar, si gana la pesadez, entonces no hubo un juego, sino competencia.

Séptima regla: Hay que aprender a perder.

¿Qué se espera cuando se realizan registros audiovisuales en territorios que fueron colonias, en los que se experimenta y vive la violencia de forma cotidiana para que otros países puedan jugar tranquilamente y sin molestias? Me hace sentir desconfianza la fidelidad que buscan esas imágenes que tienen como efecto, en el peor de los casos, exotizar y prolongar, un gesto propio de la antropología. Al final, ¿quién tiene los pasaportes para poder marcharse de esos juegos y luego entrar a otro tipo de dinámicas de especulación? Algunas veces puede notarse que lxs niñxs saben que están siendo grabadxs, miran a la cámara o contienen alguna injuria porque se saben vistxs. Habría que preguntarse qué implicó para ellxs el ser grabadxs en la reproducción de sus juegos, para luego ser exhibidxs. El riesgo de Juegos de niñxs: mostrar que hasta en las peores condiciones las personas también ríen y pueden divertirse.

Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo
Vista de la exposición de Francis Alÿs ‘Juegos de niñxs, 1999-2022’, MUAC, 2023. Foto: Stefanía Acevedo

¿Dónde está la autoría en estos juegos? ¿Qué significa extraer estas imágenes y llevarlas a públicos diversos? Quizá Francis Alÿs esté advertido de esto y, por ello, en la entrada de la exposición nos recibe con una nota al pie en su texto, la cual indica el tipo de licencias que enmarcan estas piezas. Todas tienen licencias libres, Creative Commons BY-NC-ND, que implican que no tienen valor comercial, pero que deben ser atribuídas a su autor. De hecho, esta es la más restrictiva de las seis licencias que se ofrecen porque sólo permite descargar y compartir las obras sin modificarlas. Parece que el artista quiso cambiar las reglas del juego… pero no tanto.

Stefanía Acevedo

Publicado el 24 agosto 2023