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Paderón: Abraham González Pacheco sobre su exposición en Campeche

Entrevista

Paderón: Abraham González Pacheco sobre su exposición en Campeche

por Eric Valencia García

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Tiempo de lectura

7 min

Eric Valencia García. ¿Cómo surge esta exposición?

Abraham González Pacheco. Las piezas surgen de una técnica que parte completamente de la observación. Están llenas de un montón de experiencias y de situaciones personales que he ido acomodando para generar una narrativa. Recientemente, he estado visitando mi pueblo, San Simón el Alto, y volví a ver ciertas cosas que nutrieron mi trabajo desde que comencé, desde antes de entrar a la escuela, como las experiencias con la tierra. Yo soy hijo de campesinos, mi papá ha trabajado en el programa de trabajadores temporales que van a Canadá. Desde que nací, él se iba allá a trabajar. Ese programa es resultado del Tratado de Libre Comercio. Todo este tipo de situaciones que hay en la idea de progreso y que trató de impulsar Salinas de Gortari, me tocó vivirlas. De entre ellas, la idea de que el concreto era el progreso. En mi pueblo eran calles de terracería y, cuando llegaron estos programas, las sustituyeron por pisos de concreto. Mi papá estuvo trabajando mucho tiempo en el club de golf que está en Malinalco, en las construcciones. Cuando no estaba trabajando en Canadá, estaba trabajando en la construcción. De pequeño me llevaba al campo o a trabajar con él.

Se me quedó muy presente observar en la construcción algo que después de la experiencia ya sé que es como una transferencia o que es gráfica. Lo que a mí me llamaba la atención es que en la cimbra, cuando el cemento se fragua, absorbe lo que tenía la madera: tanto la textura como las grafías se pasan al concreto.

Durante mucho tiempo estuve trabajando la pintura desde un aspecto muy personal. Por situaciones que no me gustaban tanto, dejé de pintar durante la carrera y me concentré en hacer gráfica, dibujo, instalación y otras cosas. La pintura la retomé hace como cuatro años. A partir de entonces, he estado experimentando. Me invitaron a otra exposición y comencé a pintar algunas cosas. Tenía algunos pigmentos y tierras, así que comencé a hacer unas mezclas y dibujé sobre unas tablas y luego a eso le eché el concreto y cuando lo quité me llevé una sorpresa: la pintura se transfirió al concreto, aunque de alguna manera inconsciente yo estaba esperándola.

Vista de la exposición de Abraham González Pacheco, Paderón. Cortesía del artista y Campeche. Foto: Ramiro Chaves
Vista de la exposición de Abraham González Pacheco, Paderón. Cortesía del artista y Campeche. Foto: Ramiro Chaves

Me di cuenta que esa técnica es un monotipo. Parece fresco, pero no lo es. Conforme avanzaba en el trabajo de estas piezas noté que había situaciones que me frenaban y que no podía controlar, que tienen que ver con el clima, el fraguado, el tiempo de secado; evitan que la imagen se transfiera como yo la dibujo. Al principio lo vi como un enfrentamiento con la pieza, pero luego lo comencé a ver como una cualidad. Ahí es donde se empieza a desbordar el trabajo en otro discurso sobre el proceso de las cosas, del azar de las cosas y de cómo funcionan.

Me han dicho que mi obra parece una arqueología del futuro. Que son murales que vienen de un bucle temporal. Tú sabes que en mi trabajo, la mayor parte del tiempo, he estado hablando de esto porque mi pueblo no tiene una historia. Es de esos pueblitos que surgieron de la nada y no hay registro; toda su historia se ha nutrido con anécdotas que se han copiado de generación en generación y han sido extraídas de diferentes lugares. Y aunque mi pueblo está muy cerca de Malinalco, en él no hay una pirámide como tal, aunque siempre ha existido el mito de que sí existe. El proyecto que realicé en Biquini Wax se trató de eso, del potencial que tiene el artista para poder crear una historia o alguna mentira de la nada. Como Román Piña Chan y Carlos Hank González cuando hicieron la zona arqueológica de Tenango del Valle.

EVG. ¿Nos puedes contar sobre el título de la exposición?

AGP. La exposición se llama Paderón porque mi abuelo siempre decía que fuéramos al “Paderón” a trabajar, que era un lugar donde se plantaba chícharo, cerca de donde se dice que está la pirámide. Son peñas lisitas, se dice que son paredes, se quedó como “Paderón”. La palabra sí existe y es un tipo de muro que está en los sembradíos para dividir el terreno, es de piedra o de adobe, como una ruina. A mi abuelo le decía: “no se dice así, abuelo, se dice pared”. Pero, ¿cómo puedes hacer cambiar a la gente? Entonces, más bien, abracé esta palabra para usarla como el título de la exposición, para tener una referencia directa a ese lugar, a ese momento específico.

Vista de la exposición de Abraham González Pacheco, Paderón. Cortesía del artista y Campeche. Foto: Ramiro Chaves
Vista de la exposición de Abraham González Pacheco, Paderón. Cortesía del artista y Campeche. Foto: Ramiro Chaves

EVG. Para esta exposición, la estructura de metal de las obras es mucho más evidente que en tus trabajos anteriores. ¿Esto a qué se debe?

AGP. Aunque las piezas son pesadas se pueden mover, son transportables. Un mural no lo puedes mover. Son como los murales que hago que se borran, pero estos se pueden llevar de un lado a otro. En cuanto a las estructuras, es porque no tenía dinero para mandarlas a hacer con un herrero porque son muy específicas, lo que hice fue buscar el material cerca de mi casa, en Tepoztlán. Comencé a encontrar estas que son de desecho industrial y tienen una estructura más fuerte y resistente.

EVG. ¿Crees que podríamos pensar estas obras como murales? Tal vez teniendo en cuenta más sus cualidades materiales que su extensión. Y en este sentido, como pinturas que lidian con problemáticas arquitectónicas…

AGP. Claro, también hasta las podríamos ver como una estructura, como una escultura. Por eso considero que esto es pintura. Tiene otras cualidades, como veladuras, capas, cortinas de color. Podría decir que la misma estructura metálica es una capa, que el concreto es una capa de pintura. Lo que nosotros vemos en la superficie también es, obviamente, pintura, una capa más. Por eso quisimos pintar también los muros de la galería, porque el muro que sostiene la pintura y el muro de atrás también son capas. Además, hay una cuestión que tiene que ver con el palimpsesto: poder ver el paisaje a través de estas capas. El palimpsesto como horizonte, como manera de entender la pintura a través de estas estructuras.

EVG. La teoría más tradicional considera que la pintura está dedicada a generar un espacio ilusorio en un plano…

AGP. Exacto, en la ilusión. Y esto es completamente más matérico, tanto que me duele un chingo la espalda (risas).

EVG. Y es que la materia también se lastima. En el caso del concreto, se rompe…

Vista de la exposición de Abraham González Pacheco, Paderón. Cortesía del artista y Campeche. Foto: Ramiro Chaves
Vista de la exposición de Abraham González Pacheco, Paderón. Cortesía del artista y Campeche. Foto: Ramiro Chaves

AGP. Hay cosas que parecen un error técnico (señala un detalle de una obra donde el concreto parece que se ha “despegado” de la estructura de metal), pero es una cualidad porque es una capa, luego viene la capa de metal y luego, la de concreto. Llevo apuntes de cómo funciona porque quiero entender el proceso, pero a veces no lo voy a entender. Es imposible terminar una pieza y decir: “Yo quería que así fuera”.

EVG. También podríamos pensar que el progreso es un mito que se funda en parte en la idea de dominio sobre el material. O dicho de otro modo, de dominio sobre la naturaleza, a través de procesos técnicos, para hacer que el material se comporte exactamente como uno quiere. Pero hay otrxs pensadorxs que proponen la idea de que el material también se expresa. En estos términos no vemos “errores” técnicos, sino tipos de relaciones diferentes entre los agentes que intervienen en la formulación del “material”.

AGP. Eso es lo que a mí realmente me pasmó. No es exactamente que el material tenga una vida específica, sino más bien que responde a situaciones ajenas a mi control. Y creo que como seres humanos deberíamos de entender que el universo es más amplio que lo que nosotros podemos controlar. Esos “errores” son la prueba tangible de que no podemos controlar el universo.

EVG. Es el engaño del control el que nos ha llevado a…

AGP. ¡A este caos! Y ve, hasta se me eriza la piel, porque el no poder controlar es una parte fundamental de esta exposición.

Paderón, de Abraham González Pacheco, puede visitarse hasta el 21 de marzo en la galería Campeche, en Campeche 130, Roma Sur, en la Ciudad de México.

Eric Valencia García

Publicado el 10 febrero 2024