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Lewis Hammond

Lewis Hammond

Still life

Exposición

-> 2 may 2020 – 27 jun 2020

Lulu

Lulu presenta una exposición individual del pintor británico, radicado en Londres, Lewis Hammond. 

Es francamente imposible saber cómo responder a las necesidades emocionales, intelectuales y culturales de este momento. Es muy fácil parecer sordo, desafinado, o simplemente, irrelevante. La extensión de la catástrofe desenvolviéndose, la cual incrementa diariamente, está todavía mucho más allá de nuestra comprensión. Cualquier respuesta potencial es continuamente confrontada con esta implacable escala cambiante, y como tal, siempre estamos perdiendo cualquier suelo estable en el cual podamos congregarnos y abordarlo. No obstante, el trabajo de Lewis Hammond parece materializar, si no el macro aspecto del momento, entonces el micro aspecto, la experiencia personal y privada que muchos de nosotros podemos estar experimentando actualmente. En efecto, si las imágenes tenebrosas de Hammond se sentían relevantes en un mundo pre-pandémico, su retrato de estados mentales extremos, tal como el miedo, ansiedad, deseo y claustrofobia, se siente más pertinente que nunca.

La obra de esta exposición, la cual se inició en la pre-incipiente crisis en México y después se terminó en plena crisis en Londres, es propensa a traer a la mente muchas cosas. La paleta oscura y taciturna del artista, sin mencionar el fantasmagórico sujeto en cuestión, deliberadamente evoca una multitud de antiguos maestros, particularmente Goya y las pinturas negras, así como otros ejemplos del barroco español, como Ribera. Puede parecer curioso y significante que el joven artista de ascendencia afro-caribeña deba vincularse, y por lo tanto ratificar, el canon occidental europeo, mientras mucho de nuestro discurso contemporáneo está en el proceso de repensarse e inclusive enajenarse de ese mismo canon. Pero esto, uno sospecha, tiene mucho menos que ver con una destitución deliberada de estos asuntos que con un interés fundamental en la experiencia humana, la cual contiene ese mismo canon, como el terror, malevolencia, fragilidad y ternura. La cualidad gótica de este trabajo es innegable, y es propensa a reunirse con aquello que es predilecto para el drama humano, así como una violencia casual y discreto erotismo, el gótico sureño de William Faulkner, aunque la atmósfera cruda, penumbrosa y a menudo fría puede ser más apropiada para la geografía de una sombría y penumbrosa obra de teatro de Samuel Beckett. Dicho esto, la intención de Hammond con este particular cuerpo de trabajo, con sus espacios atiborrados y recortados, es crear un sentimiento de estar confinado, agravado por la escala compacta del espacio arquitectónico en el que se encuentra, Lulu. Probablemente la cualidad más destacada y unificadora de su cuerpo de trabajo es una adherencia general a la naturaleza muerta. Hay una cualidad de quietud aquí, una inmovilidad observante y callada, la cual es particularmente llamativa y desgarradora. Desde una pareja durmiente abrazándose, a una pared de cuchillos de aspecto primitivo (aptamente titulada Talismán), a un díptico de unas ramas espinosas enmarcadas, el trabajo parece habitar en un sin-lugar interior de su propia creación. No observa el mundo tanto como se retrocede hacia su privado, por decir atormentado, espacio de sobrevivencia.

— Lulu

La exposición se puede consultar en línea, o visitar con cita previa únicamente con cubreboca, no más de dos personas a la vez.