La obra de Ariel Orozco surge en momentos contemplativos de la vida cotidiana. La creatividad, en su experiencia, no aflora cuando existe una intención explícita de producir, sino que se hace más poderosa cuando el artista adopta un estado mental de atención y apertura. Un estado similar al que busca provocar en los espectadores. No existe un material ni un conjunto de ideas privilegiados por el artista: los procesos que lo llevan a la producción de sus piezas se expresan a través de fotografías, objetos intervenidos, dibujos o instalaciones.
— Galería Enrique Guerrero