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Rubén Gutiérrez

Rubén Gutiérrez

Ficciones sobre refugios y comunidades accidentales

En la exposición Ficciones sobre Refugios y Comunidades Accidentales, el artista Rubén Gutiérrez de Monterrey, México, presenta obras pertenecientes a tres series que comparten un tema común de narrativas ficticias sobre formas de sociabilidad. Ya sea en el episodio 6 de "Forzar la puerta del presente" donde la mera existencia de un par de voces posibilita el intercambio de ideas, en los dibujos de la serie Amigos imaginarios o en las fotografías intervenidas de Nueva Ruta de la Amistad, las imágenes de Gutiérrez apuntan hacia una narrativa más amplia que trasciende las obras individuales. En esta narración, uno o más individuos se reúnen a través del diálogo o la acción en un "espacio seguro" especulativo ubicado en la imaginación del artista.

Las esferas negras de Forzar la puerta del presente ruedan por el espacio expositivo entablando un diálogo profundo que prescinde de cualquier "desarrollo de carácter" que las sitúe en un marco social. Estas piezas minimalistas carecen de género, edad, ropa, profesión o incluso una voz distintiva. En consecuencia, no se ajustan a las expectativas de cómo tipos específicos de personas interactuarían entre sí. En cambio, replican una suerte de diálogo interno, donde sólo queda la forma del lenguaje, su capacidad de dirigirse a otro, aunque ese otro no sea uno mismo.

En la serie Amigos imaginarios el artista hace referencia a una experiencia infantil en la que imaginó no solo a un solo amigo, sino a todo un conjunto de diminutas criaturas de barro que habitaban el espacio debajo de su cama, cada una con su propia vida y un conjunto de conexiones, aspiraciones y anhelos manifestados en su universo doméstico.

Por último, las fotografías intervenidas de Nueva Ruta de la Amistad muestran las ubicaciones de esta famosa serie escultórica construida en la Ciudad de México para los XIX Juegos Olímpicos de 1968, así como otros sitios emblemáticos como el Lago Menor en el Bosque de Chapultepec. En las fotografías de Gutiérrez, estos paisajes se subvierten, ya que lo que antes parecían hitos o símbolos de solidez (las esculturas) han sido reemplazados por formas que podrían asemejarse a pequeños montículos de basura. En la narrativa de Gutiérrez, estos montículos relativamente amorfos sirven como refugios, los "espacios seguros" para las hordas de adolescentes nómadas que atraviesan la vasta expansión urbana, habitando temporalmente estos espacios flexibles y móviles que ahora ocupan los lugares que antes ocupaban sólidas esculturas de concreto.

En la exhibición de Gutiérrez, las tres series convergen para crear una narrativa coherente que explora modos ficticios de sociabilidad. A través de la ausencia de caracterización individual, la forma del lenguaje y la transformación de hitos familiares en refugios amorfos, Gutiérrez invita a los espectadores a reflexionar sobre la naturaleza de las conexiones humanas y la construcción de espacios seguros dentro de la imaginación. Sus obras ofrecen una intrincada exploración de la dinámica sociocultural, desafiando las expectativas convencionales y abriendo posibilidades para narrativas especulativas que trascienden las obras.

— Fundación Marso