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Retorno a la Luz

Galería Alfredo Ginocchio presenta la exposición colectiva Retorno a la Luz, con obra de Camilo Barboza Soto, Fernanda Barreto, Fernanda Caballero, Fray Gabriel Chávez de la Mora, Ingrid Culebro Brown, José Luis Cuevas, Renata del Riego, Steven Jacobi, Julio Le Parc, Raquel Olmos, Jazael Olguín Zapata, Irma Palacios, Kara Rooney, Federico Schott, Matías Solar, Munir Toral, Eric Valencia y Álvaro Verduzco.

Retorno a la luz es una exposición colectiva que reúne a 18 artistas de diferentes países. Han presentado por casi cuatro décadas las obras de importantes artistas de México y toda latinoamérica. Bajo la curaduría de Juan Pablo Ramos, reconocido narrador y ensayista, esta muestra destaca el compromiso de la galería con el arte contemporáneo. La muestra presenta un amplio espectro de disciplinas que incluyen pintura, grabado, litografía, monotipo, cerámica, acuarela, técnica mixta y diseño, trazando un recorrido desde grandes exponentes del arte moderno, como Julio Le Parc (Argentina) y José Luis Cuevas (México), hasta voces actuales notables como Matías Solar (Chile) y Fernanda Barreto (Brasil). Así, la exposición rompe las barreras temporales y geográficas, creando un diálogo enriquecedor entre diversas generaciones y contextos.

Retorno a la luz invita a la ensoñación y la hospitalidad. El vínculo se refuerza a través de la intersección entre arte y diseño, como ocurre en la lámpara de autor diseñada para la muestra por Ingrid Culebro Brown, así como en la labor artesanal de Fray Gabriel Chávez de la Mora, cuya cruz de metal —exhibida por primera vez— se remonta a los primeros diseños que ejecutó en el taller Emaús. En otros casos, la imagen nace de la imaginación activa y la visión interior: Munir Toral exhibe una escena inspirada en el Apocalípsis de Juan de Patmos. Reforzando el carácter contemplativo de la muestra, una monocromía en hoja de oro, autoría de Federico Schott, se inserta irónicamente en un contexto de especulación financiera de la obra artística como lingote. A medio camino entre lo espiritual y lo publicitario, lo sagrado y lo mercantil, Schott ocupa el aparador con una pieza de su corporativo espurio Del Nazas. Quienes han tenido experiencias cercanas a la muerte aseguran haber visto una luz, pero también quienes experimentan una revelación o consiguen salvarse del naufragio emocional, aquella oscuridad visible: la misma que describió el novelista William Styron antes de suicidarse. Quizás la luz nunca logre desprenderse de sus connotaciones místicas. Con el rigor que caracteriza a la producción en dibujo de Álvaro Verduzco, descubrimos un inusual ejercicio de caligrafía árabe: Al·lahu-àkbar (“Dios es el más grande”). En tiempos de barbarie y oscurantismo, la luz lucha por aferrarse a la divinidad.

— Juan Pablo Ramos