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Natalia Sosa Molina

Galería Hilario Galguera presenta Arquitecturas biológicas de la artista argentina Natalia Sosa Molina en su sede de la Condesa, a un costado de la fuente en el patio central de los hoteles Mondrian y Andaz, y en las paredes del primer piso del complejo hotelero. El día de la inauguración habrá un performance a las 6pm.

La galería se envuelve de obras estáticas, en ellas pareciera estar retratado el susurro ancestral de la tierra. A través de esculturas, fotografías, piezas textiles y performances, Sosa Molina desarticula territorios y propone nuevas formas de habitar el espacio, sugiriendo lecturas temporales fragmentarias que invitan a reescribir el presente.

La obra utiliza materiales moldeables como telas translúcidas, plástico, látex, arcilla, grabados en cobre y fotografías intervenidas para crear sensaciones de movimiento, ruptura y fragilidad. Estas arquitecturas fracturadas y porosas emergen como ruinas, que permiten pensar en un renacer, en nuevas posibilidades de entender el tiempo y las políticas del habitar, la tierra, la arquitectura y el cuerpo.

Algunas de las piezas hacen referencia a los viajes que la artista ha tenido desde la pandemia, empezando por la imposibilidad de regresar a su país por las fronteras cerradas, obligándola a deambular y enfrentarse con cuestionamientos extensos. El cobre, un material que se repite en diferentes piezas de la exposición, hace referencia a las minas en el desierto de Atacama, Chile y la explotación de recursos naturales por el ser humano. Sosa Molina crea analogías entre la tierra herida y el cuerpo femenino, ambos vistos como entes eternamente abundantes, fuertes e infinitos.

La muestra es una crítica a cómo las ideas de poder se reflejan en el espacio arquitectónico y en la conciencia colectiva. Desde las arquitecturas coloniales impuestas en territorios ajenos, hasta los fenómenos que la artista llama objeto accidentes, un intercambio de miradas con el material encontrado que resulta en un performance sin cuerpo. Elementos como el látex, sugieren un cambio de piel, reforzando su reflexión sobre nuevas formas de habitar.

Lejos de ofrecer respuestas claras, Arquitecturas biológicas busca provocar en el espectador una sensación de extrañeza, invitándolo a cuestionar las dinámicas que definen nuestro entorno y a imaginar otras posibilidades.

–Icka Gallego