↓
 ↓
Jorge Rosano Gamboa

Jorge Rosano Gamboa

Ahí donde quiebra el camino

Los volcanes nos preceden y nos sucederán; son presencias que compartimos con otras edades de la tierra y con quienes la habitaron. El paisaje del Valle de México y sus alrededores — enmarcado por el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl— es el punto de partida conceptual y afectivo de Ahí donde quiebra el camino.

En esta exposición, Jorge Rosano Gamboa profundiza su exploración sobre la imagen y la materia, derivada de su interés en el pensamiento fotográfico como una forma de pensar con la imagen y de operar visualmente a través de la lógica de la luz, el tiempo, la huella, la revelación y la memoria sin restringirse al medio de la fotografía.

Sus pinturas dialogan con la tradición del paisaje en México desde una dimensión atmosférica. En ellas, el color actúa como un fenómeno relacional: aplicado directamente sobre el lienzo sin mezclar, traza una geografía sensible que evoca la cualidad efímera de fumarolas, nubes, lluvia y viento. Influenciado por el lenguaje visual prehispánico, Rosano Gamboa diseña composiciones que enlazan la abstracción con formas de la naturaleza, estableciendo un equilibrio entre lo que aparece y lo que vibra debajo de la superficie.

El conjunto de obras que aquí se despliega revela el vínculo profundo entre su práctica artística y el trabajo artesanal, una relación que lo acompaña desde la infancia y que hoy se manifiesta en una experimentación de técnicas y materiales que da por resultado unas serie de esculturas, obras en papel picado y gobelinos. De esta exploración surge un vocabulario propio que activa un desplazamiento de lo visible a lo perceptible y del símbolo a la presencia.

Está por un lado el paisaje lejano de las montañas, de los volcanes siempre presentes; y por otro, el paisaje a pie de camino, de carretera, el camino que narra historias y que vemos alejarse velozmente de nuestro campo de visión, dejando improntas de escenas que muchas veces apenas alcanzamos a reconocer. Este espacio liminal, entre la distancia y el tránsito, entre la mirada enfocada y fugaz, es el territorio que las obras de Jorge Rosano Gamboa habitan y evocan: un lugar donde mirar se convierte en un gesto ritual, en una manera de sostener el paisaje.

— Paola Santos Coy