Travesía Cuatro presenta una exposición de la obra de Goro Kakei, la primera individual del artista japonés en México desde que expusiera en el Museo de Arte de la Universidad de Veracruz en 1969, donde enseñó durante 2 años. Goro Kakei nació en 1930 en la ciudad de Shizuoka, en la costa de Japón y falleció en 2021 en Tokio. Kakei es conocido por ser un escultor prolífico, que produjo desde los años 50 esculturas, óleos, dibujos, grabados y litografías utilizando una amplia gama de medios y técnicas.
En esta exposición individual se exhibirán esculturas realizadas entre los años 1990 y 2000, seleccionadas entre la vasta producción artística de Kakei. En 1949, durante la caótica época de posguerra, Kakei se trasladó de Shizuoka a Tokio, donde conoció la escultura de Yoshi Kinouchi. Más tarde recordaría que “fue el principio de mi vida”, y este encuentro marcó el inicio de su carrera escultórica. Al año siguiente, Kakei se matriculó en el Departamento de Escultura de la Universidad de las Artes de Tokio, donde empezó a dedicarse seriamente a la escultura. No contento con las técnicas académicas, empezó a explorar su propia expresión de la figura humana, introduciendo atrevidas deformaciones mediante la aplicación directa de yeso.
En 1957 presentó “La Anunciación” a la 21a Exposición de la Sociedad de Arte Shinseisaku y recibió el Premio al Artista Revelación, y posteriormente produjo muchas obras basadas en su fe cristiana, como “La Virgen María” (1958), “Job” (1961) y “Apóstol” (1962). Para Kakei, que se bautizó a los 18 años, crear arte derivado de la Biblia no era sólo un medio de interpretar el texto sagrado, sino también una práctica para llevar a cabo sus propias especulaciones sobre la naturaleza de la existencia humana. En la década de 1960, al llegar la diversificación de los materiales y modos de expresión sin obstáculos de artistas de generaciones más jóvenes, Kakei no siguió la evolución del arte contemporáneo, sino que continuó con su propio estilo figurativo centrándose en el motivo clásico de la figura humana.
— Travesía Cuatro