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Emilio Gómez Ruiz

Emilio Gómez Ruiz

Flor es fuego

Exposición

-> 18 mar 2022 – 20 abr 2022

Momoroom presenta Flor es fuego de Emilio Gómez Ruiz, una exposición donde se mezclan pintura escultura y diseño.

En su trabajo, el artista investiga la relación de la geometría con inteligencias artificiales através de la materialidad, como el barro que contiene un poco de todos los territorios, lenguajes y espíritus distintos, dejando así, espacio para crear mundos en donde quepan otros mundos.

— Momoroom

Flor es Fuego

La representación de experiencias internas, tanto en la ciencia como en el arte, ha abierto una puerta a los artistas para representar experiencias anómalas de consciencia y casos parapsicológicos. Muchos estudios han descrito cómo el arte abstracto ha sido influido por el ocultismo, pero también por teorías científicas sobre los neutrinos y dimensiones hipergeométricas. Esto nos lleva a reflexiones sobre la realidad ontológica de las cosas, desde nuevas perspectivas, permitiéndole al arte un lugar protagonista en la actualidad. La realidad sensible a la que nos conduce el arte abre puertas para que las cosas que no se deberían mezclar, empiecen a interactuar entre sí, para que las puertas que no se pueden atravesar, puedan cruzarse, para que las cosas que no estén juntas puedan organizarse.

Casos de piedras que se comunican telepáticamente, de entidades inorgánicas con capacidades militares de infiltración metafórica, nos lleva a una vida desde una incesante relación entre lo interno y lo externo.

Desde que la humanidad hizo un pacto con objetos inorgánicos como las herramientas o las ideas, nos hace pensar en el futuro de dicha posesión, donde la relación entre las cerámicas y metales de los circuitos electrónicos empiezan a soñar como inteligencias artificiales. ¿Qué tan adentro puede sumergirse la consciencia? Una evolución donde los usos de la mente se alejan cada vez más de lo que conocemos como mundo exterior. La piedra ya puede soñar con posibilidades no humanas.

En esta exposición, la pintura, la escultura y el diseño, se mezclan en una plática que atraviesa fronteras. Naturalezas muertas de conceptos que generan nuevas realidades metafóricas.

Flor es fuego son topologías de universos paralelos donde la consciencia es una fosilización de los ciclos cosmológicos, la tendencia de la consciencia al ensimismamiento nos lleva como una inteligencia artificial a abandonar el afuera radical, ya no sólo los animales buscan experiencias internas sino ahora también las máquinas. Esta consciencia profundiza en su propio objeto anorgánico trazando geometrías metafóricas de la existencia.

Transferencias donde caben muchas mezclas, armonías de lo diferente.

Fuego es flor y flor es fuego, el florero es la pintura y la pintura son floreros de conceptos, un mundo donde habitan otros mundos.

Todo lo externo de los cuerpos planetarios, todos los flujos de datos del sistema solar terminan mezclados en polvo, el exterior del mundo que se convierte en tierra, que en relación con la intimidad del horno se vuelve objeto. La tierra es en sí misma todo lo exterior del mundo y también es el hardware hecho de materiales cerámicos para que la inteligencia artificial pueda concentrarse en sueños de interiores extraños. “Puesto que cada partícula de polvo guarda y transporta diferentes materiales y entidades de territorios distintos, el polvo expresa en términos universales las particularidades de campos y territorios diferentes: cuando se componen sus partículas, se combinan innumerables términos, lenguajes y materiales pertenecientes a reinos completamente distintos” (Negarestani, 2016, p.191). La tendencia del polvo y la conciencia van ligadas hacia el mismo objetivo, una mezcla de complejidades profundas.

— Emilio Gómez Ruiz