Una luz animal ronda la superficie
Exposición
-> 27 abr 2022 – 25 jun 2022
Galería Enrique Guerrero presenta la exposición Una luz animal ronda la superficie de Daniela Ramírez.
Desde que el mundo es mundo contemplamos los jardines. Los paisajes verdes en las sierras y los prados de flores del sur y la siembra de vegetales que aprendimos a cuidar, cultivar y, luego a veces, a ofrendar a aquello insondable que adoramos o a quienes amamos en la tierra.
Desde que el mundo es mundo hacemos camino entre las flores y los árboles, construimos casas, altares, le damos nombres y decimos en consenso que algo tan antiguo tiene significados más que biológicos en nuestro andar. Contamos con ellos historias asombrosas. En ese sentido, la obra de Daniela Ramírez es un cuento hecho de cuentos. Es arqueología de las flores y es acaso, sobre todo, una ofrenda cuando se desdobla: nuestro vivo retrato.
Daniela lo deja de manifiesto a través de esas pinturas de hojas enormes y brillantes que recuerdan el trópico (tal vez África, tal vez Suramérica, un-sitio-en-el-que-alguien-alguna-vez-haestado), de los pétalos que apenas quedaron de nuestra raíz precolonial, de campos y de piedras a las que hoy llamamos “casa”, de esa historia diminuta que cuenta una flor en el camino, de ese territorio para siempre sin conquista.
Su investigación permanente, tanto conceptual como experimental y técnica es como las novelas de detectives donde la única huella es lo verde y lo que hemos dicho durante siglos de lo verde y lo que dicen de nosotrxs nuestros hábitos domésticos en torno a la vida de lo verde.
Y en esta metáfora, entonces, Una luz animal ronda la superficie de Daniela Ramírez nos mira desde lo profundo, desde lo oscuro y lo desconocido. Nos pregunta quién aquí afuera, en el campo desolado del presente, hace las veces de jardinerx, quién corta las flores y las arregla en un florero, quién se cuida de la maleza, quién acecha entre los arbustos, quién arranca, de raíz, las hierbas malas y a dónde van.
Quién deja el jardín intacto, quién lo incendia y quién lo deja por completo en blanco.
— Alejandra Carrillo