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Celestial Brizuela

Sala:GAM presenta Desterrados volveremos al néctar la primera exposición de Celestial Brizuela en la galería, con curaduría a cargo de Chavis Mármol.

El título que da nombre a esta primera exposición individual de la artista argentina Celestial Brizuela fue tomado de un fragmento de un poema de MartaKelly, su madre. Así arranca la muestra: con una carga visceral e íntima que conecta tanto con los afectos de la familia como con el temperamentoemocional del folclore argentino. Esta fuerza se materializa en una diversidad de piezas generosas en medios y técnicas, que van desde fábulas escultóricas en miniatura y paisajes sórdidos en pintura, hasta coreografías florales animadas cuadro por cuadro. Todo ello bajo una estética muyparticular que Celestial ha ido puliendo con constancia y experimentación: un filtro tenebrista que solo puede alcanzarse al trabajar cada detalle con unameticulosidad profundamente artesanal.

La riqueza artística de la muestra nace de la obsesión y la exigencia con las que la artista se entrega a su trabajo, dotándolo de formas, técnicas ytemáticas que revelan una profunda fascinación por los elementos naturales, los cuales funcionan como soporte, lienzo, atmósfera y lenguaje en cada una de sus piezas. Si para el pintor tradicional la tela y el óleo son la superficie donde se manifiesta la imagen, Celestial sustituye el bastidor porramas, piedras, hojas, musgo, hongos: materia orgánica que recompone y transforma para dar forma a paisajes imaginarios que sirven de escenario a relatos breves, protagonizados por insectos y figuras humanas diminutas representadas en la misma escala, lo que coloca a ambas especies en unmismo nivel jerárquico, desafiando así la visión antropocéntrica tradicional.

Bajo la superficie de estas naturalezas habitan modelos escultóricos que revelan una preocupación genuina por la condición humana, eldesarraigo, los deseos, los miedos y las inquietudes. La migración aparece aquí no solo como desplazamiento físico, sino como una pulsión vital compartida por muchas especies: fruto de la curiosidad, la necesidad y el deseo de sobrevivir. En un presente marcado por narrativas maniqueas, el fenómeno migratorio ha sido instrumentalizado para sembrar miedo, señalar culpables y deshumanizar comunidades enteras. A contracorriente de esa retórica, la mirada del migrante en la obra de Celestial encarna una lucha constante: la esperanza de una vida mejor.

Desde formas de representación cargadas de una nostalgia sutil, descubrimos personajes fuera de serie, antagónicos, no canónicos: bichos raros, como ella misma; flores que tienen su propio lenguaje, al que accedemos a través de una serie de proyecciones animadas que disparanrecuerdos, memorias inventadas, microrelatos visuales y poemas. Una exhibición única, deleitable, producto de la combinación brutal entre genialidad y trabajo

constante.

Había una vez una flor que nació fuera de estación.

No encontró campo que la recibiera, así que echó raíces en la grieta de una piedra. Pasaban los insectos y murmuraban:

—Una flor que no sabe su lugar, no florece. Pero ella florecía igual.

Un abejorro, que tampoco tenía tierra fija, encontró en aquella flor su único descanso. Cada día volaba lejos a buscar néctar, y cada noche regresaba.

—No es mucho lo que das —le dijo un escarabajo a la flor—, pero tu sombra sabe a casa. Y entonces, llegaron más. De a poco, la piedra se volvió jardín.

Gracias, Celestial, por compartir tu mundo con nosotros.

–Galería de Arte Mexicano