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Annie Flores

Galería Enrique Guerrero presenta la exposición Lo que debe ser… deseo de Annie Flores.

En esencia el cuerpo busca su cuerpo, su otro yo, para renacer en la casa del ayer y el ahora, esa memoria del que siente y mira en la curvatura del tiempo, donde se detiene para arder y dejar cenizas de la caricia de lo que debe ser el deseo, así cada amanecer y noche crepuscular, la duda es una luz de colores infinitos, pasión desmedida por sí mismo y por el otro, mixtura de la carne y sus fluidos corporales, desnudos los cuerpos, el alma se fuga y muere en un orgasmo perenne, ensueños que excitan en laberinto sin salida, el no lugar de la fogosidad dibujada, del trazo que acaricia sutilmente el papel y desea lo propio, en fluidos que se sobreponen al movimiento de la transparencia, depresiones de humedad, sus manos descargan la intimidad mutuamente, penetrando la realidad del ser.

¿Cuál debe ser el deseo? Se pregunta Annie Flores, la imagen contundente nos lleva como voyeur del cotidiano, recuadros íntimos, fragmentos de instantes intensos, sin rostro, solo cuerpos que se entrelazan a la provocación de existir, de cohabitar en el otro, el espectador, espectáculo de la imagen, deseo de ser el impetuoso, pensamientos precipitados, que dejan huella en el apetito sensual. Somos leña que arde por sentir, que necesidad de la ironía de ver y estar ahí, contemplando lo deseado, el placer de Annie, la proyección y extensión de la realidad, el sublime cotidiano, cada tarde y noche, la luz de la calle que fragua sus intenciones, bajo la penumbra, su única luz es la humedad del agua que fluye en incesantes colores, superpuestos en cada pincelada, catarsis del amor inconcluso, memorias contraídas de experiencias ajenas y propias, así transcurre la línea, la mancha, transparencias que acumulan los deseos. Cada imagen es un éxtasis, la estimulación visual no se limita a la escena, el ménage à trois, es un artilugio para disfrutar en el espejo de la autora.

¿Cómo fundamentar la imagen desnuda, erótica, sexual, pornográfica?   Annie define la respuesta desde su propia filosofía de vida, no puede existir más textualidad que la que ve en ella misma, vivir el arte desde lo que sientes, un acto de fe de creer en el otro su espectador, la imagen es una consecuencia transformadora y reflexiva, sobre la naturaleza del cuerpo y el deseo, ¿Que es la imagen?  Un motivo, y razón honesta de lo coexistente, anecdótico, matiz de la penumbra mental y su acción corporal, experiencias que mutan en el dibujo y pintura, mostrando la ansiada caricia de cuerpos, que gemin con dolor y sufrimiento pleno dejando cicatrices pasionales, así lo único visible en cada imagen, es un reflejo del pensamiento de su espectador que lo define, estimulando su instinto, y deseo carnal. Las imágenes contextuales de Annie son creadoras de imaginarios inciertos, de catálogos razonados de la impronta sexual, sentires pintados con sensibilidad y habilidad magistral, imágenes que interrogan, y suponen respuestas de placer, lo candente del arte actual, decir lo que se es y debe ser, pasado, presente y futuro se complacen en un acto de amor que trasciende en el vértigo de la fogosidad impuesta por su gusto de pintar, artista joven colmada de creatividad evocativa y audaz, enhorabuena por tu singular y libre creatividad.

El momento real, es donde se siente la verdad, el abrazo inalcanzable de lo etéreo que se disuelve en una constante entre la química y materia, no hay más verdad que esa que oye el corazón acelerado y la piel se sonroja, por los fluidos vitales, se recuerda el origen, el nacer nuevamente, ¿cuánto dura la vida? Sino un momento, el coito entre la existencia y la muerte, el amor propio, el yo del cuerpo y su depresión húmeda, así lo anhelado, suspira su último aliento de placer recíproco, queda solo a la vista y en la reminiscencia de ser un total, el instinto de Eros…

— Alejandro Pérez Cruz