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 Silvestre Borgatello

Silvestre Borgatello

La espera de la sed

El concepto del paisaje implica siempre un escenario y un espectador; un punto de vista, una representación y una poética. El paisaje es un relato histórico sobre lo que se mira, experimenta y recuerda: un vínculo material y simbólico, entre un interior propio y un exterior ajeno. Sin embargo, esta separación entre un adentro y un afuera, no resulta una ruptura total, sino que establece una ambigua forma de relación, donde nuestra mirada reconoce su extrañeza radical. En el paisaje recordamos con nostalgia la idea de una supuesta totalidad perdida. Exiliados de la continuidad sin interrupción de la manifestación y desaparición de las cosas. Nos consuela la construcción de un pasado, una memoria y un sentido.

Las series de imágenes de la exposición representan dos escenas del paisaje. La primera escena describe una estructura de acero de distribución de agua en el Bosque de Tlalpan al sur de la Ciudad de México: el paisaje como memoria histórica y natural del Valle de Anáhuac. La segunda escena reproduce una arboleda, un horizonte y un atardecer en la llanura pampeana en Argentina: el paisaje como simulacro de luz y distancia entre las cosas.

Las imágenes explican el deseo del proyecto moderno del paisaje por la expansión y la disolución de sus límites: la imposición y la exuberancia de sus posibilidades. Su contracara trágica, el aplanamiento de las diferencias y las particularidades: medir, proyectar, dominar. Imágenes del ansia y la permanencia del paisaje ante lo demasiado y el anhelo de silencio: la espera de la sed.

— Silvestre Borgatello