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Miguel Ezquerro

Porque la naturaleza quedó afuera, así lo quisimos, protegridos, entre barricadas de plático y fibra óptica, olvidades de los libros de botanica en lo más alto de la bibliotecas. Él lo sabe y antes de que sean ramas partidas, retrata un mezquite como el trueno de un seuño comienza a olvidarse. Y ya sea primavera o cuando todo parece morir, Miguel explora y deja rastro solemne con las heridas lavadas, sin reproche ni culpa. respira agradecido como un árbol recién lovido deja caer la mordaza del vocabulario, siente el número áureo elevado a una infinita potencia... Pero todo parece indicar que este es sólo un alto en el camino. Porque sea donde sea, Miguel promete seguir Nepantla. Justo en medio de todos, más allá de todo azul, meditanto con su alma nómada e inquieta. Priete comunción y la ofrenda de un retrato humilde y agradecido; sencillamente, las primeras preguntas, los ecos de esa intransferible soledad nuestra ante la inensidad.

— Óscar Carrasco