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Gustavo Villegas

Gustavo Villegas

Impermanencia

A partir del 3 de septiembre, Heart Ego presentará simultáneamente las siguientes exposiciones de tres importantes talentos:

Impermanencia, del artista Gustavo Villegas en la Sala Norte de la galería; (Un)extinct, del artista colombiano Mateo Pizarro en la Sala Oriente; Whole Picture: An NFT Project, de Héctor Falcón en colaboración con Strata Gallery.

Para visitar las exposiciones, se debe agendar una visita a través de esta liga.

Villegas presentará múltiples composiciones en acuarela, tinta, y pinturas cuyos pigmentos manipula químicamente para acelerar procesos de desgaste, una instalación escultórica en concreto y una más en muro.

Este proyecto pictórico aborda el concepto de LA IMPERMANENCIA a través del estudio y la representación del deterioro y la destrucción en espacios arquitectónicos.

El eje central de esta serie y de mi trabajo en los últimos años es la impermanencia. El cambio es continuo, inevitable y evidente en todo ser vivo e inerte. El ser humano por varios milenios y en diferentes culturas se ha esforzado por entender esta mutabilidad que percibimos y experimentamos día a día y que está fuera de nuestro control. Sin embargo, pareciera que seguimos sin comprender y aceptar la impermanencia del todo. Vivimos con el anhelo de posteridad, como si los objetos que poseemos y la relación que tenemos con ellos pudiera mantenerse a través del tiempo. Sólo aceptamos gustosos aquel cambio que interpretamos como agradable y rechazamos cualquier cambio que tienen una connotación o una estética identificada como desagradable.

Los espacios arquitectónicos son un ejemplo emblemático de la compleja relación que los seres humanos tienen con el cambio. Las ciudades en la que vivimos y cada uno de los edificios que habitamos o visitamos se planearon con un anhelo de durabilidad y firmeza. Se construyeron para trascender el tiempo, para permanecer estables y ser capaces de proteger a quienes nos alojamos en ellos. Sin embargo, nada es permanente, los espacios que nos acogen tienen su propia historia y cambian incesantemente. Muchas veces el cambio es tan lento y tenue que no lo notamos hasta que su aspecto es lo suficientemente visible para que lo consideremos deterioro. Ejemplo de ello son las manchas de humedad en la pared, el sarro en la tarja del baño, el desgaste en los muebles, y también el descarapelamiento de la pintura de las paredes. La estética de estos cambios se hace presente frente a nosotros sin que podamos evitarlo. Representar estas evidencias de la impermanencia a través del arte pictórico tiene la enorme fuerza de hacer notoria la contundencia de la mutabilidad de la materia y de ponernos al encuentro de la nostalgia y de una desconcertante belleza. Justamente esta serie enfatiza y usa como elemento discursivo la estética del deterioro de las capas de pintura en muros para generar una reflexión acerca de la impermanencia en espacios cotidianos, y cuestionar la supuesta inmutabilidad de una obra pictórica y de la canónica división entre el realismo y la abstracción.

— Heart Ego