Premio de difusión Onda MX + Trámite Buró de Coleccionistas: Prisciliano
por Sandra Sánchez & Josephine Dorr
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Del 10 al 20 de octubre 2024 se llevó a cabo en la Ciudad de Querétaro la 008 edición de Trámite Buró de Coleccionistas, bajo el tema Deseo. Movimientos Afectivos. Onda MX se alió con la plataforma para elegir un artista y difundir su trabajo mediante una entrevista. Josephine Dorr (fundadora y directora) y Sandra Sánchez (editora de la revista) se declinaron por el trabajo de Prisciliano, quien presentó LA SUERTE ESTÁ ECHADA, una superficie de cemento y grafito con el dibujo de un mosquito y la frase perdóname. Ambas coincidieron que la obra sostiene un enigma –acentuado por la presencia del mosquito– desde una palabra muy directa que conecta de distintas maneras con cada espectadorx. Esta doble relación, de literalidad e indeterminación, fue lo que hizo de Prisciliano el ganador del premio de difusión.
Prisciliano Valencia nació en el 2000, en Jacona, Michoacán. Concluyó sus estudios en la licenciatura de Artes Plásticas de la UMSNH. Es cofundador del proyecto artístico Sangre Caliente, en el que ha gestionado y curado diversas exposiciones en Michoacán. Dentro de su producción artística trabaja la recuperación afectiva, violencia lúdica e identidad. Obtuvo el premio de adquisición en el Salón Estatal de Acuarela. Participó con Mark Bradford en su solo show para el Museo de Arte de Zapopan y con Patricia Belli para la Bienal Femsa en Michoacán. Recientemente mostró su trabajo en La XIII Bienal “Alfredo Zalce” (0100), Tomo 006, 007 y 008 de Trámite Buró Coleccionistas, Espacio Cabeza, Studio Croma y Tlaxcala 3.
¿Qué papel juega el archivo en tu proceso de creación y cómo usas tu archivo personal para reinterpretar la historia de tu comunidad?
Es muy importante para mí el archivo. Procuro siempre tenerlo a la mano, a veces el físico –que está compuesto de materiales y objetos recolectados como piedras, plumas, animales, tierra, dibujos–, pero otras el digital –con las miles de imágenes que guardo–. En todo momento me apoyo en él para mi proceso de creación. Utilizo elementos que custodio para construir piezas que me ayudan a componer un diálogo con mi identidad, así como con el contexto en el que vivo. A principios de año, utilicé unos petroglifos encontrados en el cerro del Curutarán, que está enfrente de mi casa, en Jacona, para realizar unas piezas. Una consistió en soportes de cemento en forma de animales con dibujos en bajo relieve, la otra fueron dibujos en gis de figuras antropomorfas directamente a la pared del espacio donde se expusieron. Por el momento, no es posible acceder al Curutarán para ver el arte rupestre por problemas con el narcotráfico, así que pensé en traer estas escenas y volverlas visibles de nuevo hasta que los conflictos cesen.
En tu obra, mencionas el uso de materiales como el archivo fotográfico, pero también el cemento, la arena, el concreto... ¿Podrías profundizar en cómo estos, la excavación y los sedimentos reflejan tus experiencias personales y la relación entre construcción y memoria en tus piezas?
La función que le doy a estos elementos es como archivo vivo. Recupero objetos que reflejen esta cercanía con mi entorno ayudándome mucho de lo que encuentro a mi alrededor o en mi hogar mismo. En algunos casos son materiales muy concretos. Por ejemplo, tuve hace poco un solo show en Tlaxcala 3 llamado Transuente, ahí presenté una pieza instalativa que llevaba por título Lugar seguro ll, compuesta de 7 flechas que corté del barandal en la casa de mis padres y dos nidos de golondrina que teníamos en la cochera. Me parecía fascinante poner a conversar estos recursos, pensar cómo la protección de la casa se convertía en arma para agregar otra forma dentro de ella.
El lenguaje atraviesa tu cuerpo de obra, ¿cuál crees que sea su función o performática en ella?
Recurro al lenguaje en ocasiones como juego de palabras en los títulos de algunas piezas, los cuales me ayudan a completar una lectura en ellas. Otras veces, se convierte en escritura asémica y se presenta con golpes, rayones y trazos en los soportes que estoy trabajando como cemento, madera y tela.
¿Cómo es tu relación con Jacona, el lugar donde habitas? ¿Podrías explicar cuál es el impacto que tiene la violencia cotidiana en Michoacán sobre tu práctica y de qué manera la abordas en tus piezas y proyectos?
Tuve ya en Jacona salidas expositivas y procesuales para mis desquites creativos, ahora me gusta pensarla como una suerte de territorio ficticio al que puedo recurrir con seguridad para el resguardo de mis pensamientos. Un lugar para excavar y recuperar afectos, pero también para depositar otros que reciben o no salida. Mantenerlos en Jacona me da la posibilidad de observar mis procesos desde la lejanía y discernir mis inquietudes para comenzar a trabajarlos. Jacona es el principio para construir mi producción material.
Ramona, Prisciliano, XVII Bienal Alfredo Zalce / MAZ, 2022.
Sobre lo otro, nadie en Michoacán ni en otros estados es ajeno a la violencia cotidiana que permea nuestro paso diario por los caminos en los que transcurrimos. Al ser tan cercana al cotidiano es impensable que no esté implícita de alguna manera en los procesos para la creación de una pieza. Trabajo la violencia nunca como el resultado final, sino como motivo arraigado a la memoria retentiva que me ayuda a entenderme y me permite estar en el presente para poder crear. Por ejemplo, en 2022, pinté una especie de postal sobre un fondo blanco con dos gotas rojas, la pieza se llama Ramona, quien fue el primer referente que tuve de la comunidad LGBT+ dentro de Jacona, y que mataron ese mismo año. La postal era el paisaje donde podía encontrarla.
¿Qué entiendes y cómo influye la idea de “violencia lúdica” en iniciativas como el espacio autogestivo Sangre Caliente que creaste en 2022 en colaboración con Osvaldo Maldonado y la exposición Armarse que organizaron en Espacio Sin Nombre, en Guanajuato? ¿Qué significa para ti colaborar con otrxs artistas en proyectos autogestivos que exploran esta relación entre violencia y afecto?
En las primeras interacciones que tuvo el proyecto de Sangre Caliente buscamos conjuntar los intereses que teníamos en mi generación y poder hablar de estos, al principio no estábamos seguros con qué concepto nos gustaría trabajar, pero hablando con las amistades en la escena siempre surgía como motivo recurrente la violencia, no pensada con la finalidad de ser agresiva, sino como una inquietud cotidiana con la cual jugábamos.
Lo que más me interesa de estas colaboraciones es poder compartir las maneras en las que nuestras experiencias comunes convergen, encontrarnos compuestos y pensarnos en protección, intimidad, juego y memoria. Les entiendo como aliados para resistir no violentar. Bajamos de estas mociones piezas como vestigios de los impulsos lúdicos que nos orillan a permanecer en un ciclo de búsqueda para asimilar las vivencias en las que coincidimos. Entre lo colectivo y lo privado encontramos las uniones que permiten expresar la construcción de nuestra identidad.
'Tres petroglifos falsos o porque los animales me persiguen', Prisciliano en 'Tres pases terrenales' en Sangre caliente, 2024.
Fotografía: Omar Robles
En la pieza Lugar seguro que presentaste en la Bienal FEMSA de 2022 se ven unos alacranes y en la que presentaste en Trámite el octubre pasado, aparece un mosquito. ¿Nos puedes platicar más acerca de los significados que tienen estos motivos para ti?
Desde que recuerdo siempre he estado medio obsesionado con los animalitos. Mi primera interacción real fue cuando de pequeño me picó un alacrán. Estaba escondido en el sofá esperando asustar a mi mamá, sólo sentí el punzón y le corrimos al hospital. A partir de ahí empecé a recurrir a ellos en dibujos, juguetes y de todo, quería ya no verles con miedo, sino como algo cercano. Intentando adaptar este ritual a mi producción, volví a tenerles presentes y a utilizarlos como protecciones a mis lenguajes. Están resguardando la pieza, acompañándola, cuidándola.
'Nuevos rupestres', Prisciliano en 'Tres pases terrenales' en Sangre caliente, 2024.
Fotografía: Thomas Bourgat
Cuéntanos sobre tus proyectos en curso.
En este momento estoy trabajando en la continuación de algunos proyectos que realicé este año. Por ejemplo, la última presentación de Tres pases terrenales, exposiciones efímeras que hago junto a mis amigos Thomas [Bourgat] y John Mark en los territorios de donde venimos. También sigo ahondando en la recuperación afectiva de Transuente, un despliegue de archivo ficticio que creé junto a Alí Cotero. Y a la par prosigo las intenciones de gestión para Sangre Caliente con la colaboración de proyectos independientes en Michoacán y otros estados.