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Archipiélago

Travesía Cuatro presenta Archipiélago, su Summer Group Show en el que participan Sofía Bassi, Donna Huanca, John Isaacs, Eleonore Koch, Gonzalo Lebrija, Mateo López, Jorge Méndez Blake, Milena Muzquiz, Sara Ramo, Elena del Rivero, Mariela Scafati y Teresa Solar Abboud.

Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenía: la extrañeza de lo que no eres o no posees más, te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos.

— Italo Calvino, Ciudades invisibles

A penas llegar a un territorio inexplorado, la mente se inunda de curiosidad y traza con palabras e imágenes los paisajes y artefactos que se aparecen frente a la mirada. Sin importar el destino, surge una necesidad emotiva de guardar los momentos en fotografías o en pequeños objetos que servarán de pretexto para narrar las fantasías de un verano que ya pasó. Esos meses cálidos se llenarán de nostalgia por haberlos vivido y de añoranza por revivirlos en el año por venir.

Archipiélago es una recolección de obras que muestran como cada cosa se convierte en un símbolo de los descubrimientos que se hacen sobre los recuerdos en tiempos apacibles. Una tras otra, las piezas se presentan como islas de significado, tanto para los artistas como para los espectadores, quienes confrontan imágenes que posiblemente no hacían parte de su acervo visual, pero resultan profundamente familiares y resuenan en el imaginario colectivo alrededor del verano. Archipelago es también el título de la pieza de John Isaacs (2018), un par de grifos de bronce que se encuentran inmensidad del muro y se oxidan instantánemente, resumiendo el paso de una vida entera en un romance de verano. Como aquellos amores fugaces, el disfrute y la búsqueda incansable de volver a esos momentos en donde se puede re-encontrar algo que no se sabía perdido, se vuelve un motivo a través del espacio: se encara la curiosidad de encontrar lugares idílicos en el caos terrenal del mundo contemporáneo, como lo hace Méndez Blake en Utopía (2024) y se permite re-imaginar lugares que fueron propios por un solo instante, como hacía Eleonore Koch en sus contemplaciones del horizonte (Sem titulo [Caderno de desenho n ̊8], 1973) o Gonzalo Lebrija en su análisis del tiempo.

De cada lugar se crea un recuerdo que termina por materializarse en fotograƒías, gouche, óleos o acrílicos; pero hay ocasiones en las que se necesita más que solo el recuerdo de un espacio tangible y se crean historias posibles en la calidez de los meses veraniegos. A través de grandes mares de nostalgia, se construyen paisajes imposibles, pero arquetípicos como lo logra Sofía Bassi en Argonautas, (1969). Así, memorias de algo no vivido se hacen presentes y permiten encontrar una sensualidad cercana, muchas veces en la sobriedad los trazos de tinta negra y azul (Teresa Solar Abboud, Intraterrene, 2022) y otras en lo complejo de las capas de pigmentos, fotografías de pieles y tonos variopintos de océano que se convierten en ventanas a tiempos de tonos cobalto, como sugiere Donna Huanca en POLYESTYRENE AGUAS (OO,23) #1 (2022).

Esferas de agua – como las de Huanca –, de aire y de tiempo – como las de Elena del Rivero – se siguen a través del espacio sugiriendo que el verano es parte de un ciclo que inicia y acaba. En la idea de esa limitación, aguarda el deseo de que existan más ocasiones para llenar lo mirada de colores y sentir en la piel la gracia de la desconexión. Para Milena Muzquiz y Mateo López esa gracia muchas veces tiene se concreta en miradas puntuales, de amigos y personas que han sido muestra de animismo (Mateo López, Rómulo A, 2023), mientras que Mariela Scafati encuentra en materia vivida el recuerdo que quiere hacer permanecer.

Al término del verano, el animismo se apodera de los objetos que pueden recrear conexiones con los espacios que se dejan atrás. El plástico negro se convierte en una cortina de memoria que nos permite ver el atardecer (Sara Ramo, Portal ll: paisagem para horizontes, 2022) y en un parpadeo, es claro que el tiempo pasa y los días, como los veranos acaban. En el ocaso está el recordatorio de que se necesitará de un año para hacer perdurar, repensar y revivir los paisajes de archipiélagos, utopías y profundos océanos.

— Travesía Cuatro

Imagen: John Isaacs, Archipelago (2018). Bronze, dimensiones variables. Cortesía del artista y Travesía Cuatro