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Mi casa es un delirio, soy muy emocional y aparte escribo. Sobre ‘Casa Ideal’

Reseña

Mi casa es un delirio, soy muy emocional y aparte escribo. Sobre ‘Casa Ideal’

por Nico Barraza

En Proyectos Multipropósito

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Tiempo de lectura

7 min

Deseo con todas mis fuerzas fundirme con la materia del mundo:
conseguir que me anclen a la vida las coladas y las lilas,
el pan de cada día, los huevos fritos […]

Sylvia Plath¹

Cada "casa" representará un estilo de vida y una ideología diferente

Rem Koolhaas²

Me he acostumbrado a visitar las exposiciones en Proyectos Multipropósito en momentos del día en que sé que el espacio se encuentra vacío. Lo prefiero así, existe algo particular en aquel antiguo call center convertido en galería que acoge y consume; el tiempo se difumina al estar dentro, ya sea mirando el techo, una escultura inflable gigante o, en este caso, una retícula urbana que emerge de las peanas. La propuesta curatorial de Enrique Giner de los Ríos para Casa Ideal reúne la perspectiva de setenta artistas, diseñadores y arquitectos en torno al ideal de la casa propia.

Vista de la exposición ‘Casa Ideal’. Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art
Vista de la exposición ‘Casa Ideal’. Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art

El recorrido, como al visitar una metrópolis, puede iniciar en donde a uno le plazca o le hayan recomendado. Los pasillos, ahora convertidos en calles, nos llevan por múltiples interpretaciones de la ininterrumpida cuestión que padecemos los seres humanos al articular nuestra vida desde una variante apta para sobrellevar el paso del tiempo, la ausencia, el gozo y la pena. La exploración individual y colectiva de afirmarnos en cualquiera que sea el sitio donde nos asentamos, se codea con lo que Dalí habría dicho sobre proyectar con el delirio: materializar nuestros planes y ambición, construir nuestro propio universo al “servicio de los deseos, fantasmas y representaciones inconscientes”³.

Lake Verea, La Casa Propia. Pasa risas. De la Serie: Era Social, 2024. Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art
Lake Verea, La Casa Propia. Pasa risas. De la Serie: Era Social, 2024. Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art

El objeto decora las paredes o estantes de nuestra casa y la vuelve un sitio ideal al instaurarla como algo tangible que se atiborra de sensaciones y memorias. Baudelaire escribió que “todo el universo visible no es más que un almacén de imágenes y signos a los que la imaginación dará un sitio y un valor relativo; es una especie de alimento que la imaginación debe digerir y transformar”⁴. Esto resuena con una de las obras con las que inicié mi ruta, ubicada en la esquina o, para seguir la idea, el callejón de Multipropósito. La Casa Propia. Pasa risas. De la Serie: Era Social (2024) de Lake Verea muestra el retrato de una revista de la década de los treinta en México donde se publicita un nuevo estilo de vida: cinco casas modernas. Esto, aunado a la infinidad de condicionamientos sociales que probablemente se difundieron en dicha publicación, me dejó pensando en la manera en la que los medios se han encargado de proponer (o imponer) el concepto de casa ideal, de espacio justo, digno y habitable, ¿se trataba de unificar o de des-personalizar? Y en comparativa con el presente, ¿cómo se leen los remates y abandonos de las casas del INFONAVIT?, ¿cuál es la diferencia entre aquella vivienda moderna y la producción masiva del presente?, ¿fueron estas o aquellas la casa ideal? Me recuerda a lo que Henri Bergson decía en Materia y Memoria: “nuestro pasado es al contrario lo que ya no actúa, pero podría actuar, […] al insertarse en una sensación presente de la que tomará la vitalidad. Cierto es que en el momento en que el recuerdo se actualiza así […] deja de ser recuerdo, deviene percepción”⁵.

Marek Wolfryd, Piratería Moderna, 2024. Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art
Marek Wolfryd, Piratería Moderna, 2024. Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art

La construcción idílica de nuestro sitio en el mundo desde los ideales modernos me hizo considerar el abundante mobiliario que surgió en dicha época. La casa ideal se proyectaba como un espacio a la vanguardia. En la publicación de 1978, Delirious New York, Rem Koolhaas habló sobre la democratización del objeto a través de la réplica; es en su circulación donde la obra de Marek Wolfryd, Piratería Moderna (2024) capta mi atención. Aquí el artista realiza copias en miniatura de muebles de la autoría de Clara Porset, Pedro Ramírez Vázquez, Michael Van Buren, al igual que un taburete de tule. Las figuritas simulan los juguetes coleccionables bootleg, imitación de personajes de caricaturas japonesas que se comercializaron en México durante los setenta. Surgen en respuesta a la falta de las licencias requeridas, lo cual llevó a comerciantes a producir sus propios moldes y vender a precios más accesibles las figuras de acción. Se puede afirmar entonces que “la copia se entiende como un instrumento didáctico, herramienta de conocimiento y vehículo de transmisión de los modelos”⁶. De gran valor para los coleccionistas, hoy se posicionan junto a la réplica de muebles icónicos que se venden en infinidad de tiendas. Al igual que el diseño vernáculo y su consiguiente apropiación por un sin fin de talleres, la réplica denota la necesidad de adquisición en busca de la certidumbre de lo que somos apelando al archivo y a la memoria colectiva. Vamos del pasado al presente.

Alonso Hernández, En el Reloj de ocho horas, 2024. Foto: Nico Barraza
Alonso Hernández, En el Reloj de ocho horas, 2024. Foto: Nico Barraza

El paseo me encontró con la obra de Alonso Hernández. En el Reloj de ocho horas (2024), el artista propone un tiempo dislocado que surge a partir de la noción de operatividad y reposo: al trabajo, su tiempo y a la casa, otro. Saber separar pero sobre todo estar. El tiempo como la memoria funcionan un tanto igual, de manera estática y errática, pasajera, fragmentada e inmediata. Spinoza, en el Tratado de la Reforma del Entendimiento menciona: “¿Qué es, pues, la memoria? Nada más que la sensación de las impresiones del cerebro, unida a un pensamiento relativo a una duración determinada de esta sensación, como lo muestra la reminiscencia”⁷. Entonces, los objetos que hemos cargado de sensaciones se transforman en memorias, se convierten en una máquina del tiempo. Nuevamente, una proyección delirante de un pensamiento alterado. Sabemos que la otredad nos reconoce de forma distinta a la propia, no obstante, las evidencias de nuestra huella coexisten en lo que llamamos hogar: un mundo contenido en otro.

Carlos Martínez González, Mindkeeper, 2023 (detalle). Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art
Carlos Martínez González, Mindkeeper, 2023 (detalle). Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art

No dejemos atrás la idea de funcionalidad en cuanto al trabajo, el cual también es participe de nuestras dinámicas dentro de la casa; no hay resultados sin quehacer, no hay forma sin esfuerzo. Mindkeeper (2023), obra del artista Carlos Martínez González se concreta al finalizar una ardua labor de limpieza en su estudio. La analogía entre el desempolvar y desenmarañar las telarañas en relación con la memoria y el tiempo es inevitable de cavilar. ¿Se trata de una conexión fortuita que nos permite movimiento o se trata de polvo y mugre que hay que (re)mover? La acción ante la pasividad. No es cuestión de simplemente estar, sino también de reconocer al movimiento como algo obligado. ¿Quiénes somos si no un entramado de recuerdos y sensaciones interpoladas entre sí? ¿Qué somos si no mas que tiempo, instantes encapsulados en un espacio o en un objeto?

Vista de la exposición ‘Casa Ideal’. Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art
Vista de la exposición ‘Casa Ideal’. Cortesía de Proyectos Multipropósito. Foto: Contessina Art

La acción de acicalarse me recordó a lo sucedido durante la inauguración del proyecto, en donde la obra de Alex Romero, Iglú (2024), se derritió. Alterando la logística del evento, de la venta y de la muestra en sí. Entonces, ¿qué sucede cuando no hay objeto?, ¿cuándo nos olvidamos?, ¿qué pasa cuando no existe una forma tangible de representar lo ideal o lo vivido? Una vez más aparece el movimiento, inevitable e ineludible. El concepto de casa es variable y maleable. La concepción de lo idóneo se derrite y transforma en algo distinto todo el tiempo. La casa ideal, entonces, se manifiesta desde los objetos, pero también desde el cuerpo; a través de momentos y recuerdos, se enuncia con los amigos y la familia, pero sobre todo se establece a partir de nuestras sensaciones. Lo ideal está en uno mismo.

Agradezco el tiempo de Marek, Alonso, Carla, Francisca, Alex, y Carlos, quienes espolearon la serie de reflexiones que pueden ser leídas aquí. En la casa ideal también habitan las palabras.

Nico Barraza

¹ Sylvia Plath, "Diarios Completos", Ed Alba.

² Rem Koolhaas, "Delirius New York," Monacelli Press.

³ Salvador Dali, “The conquest of the Irrational”- Conversations with Dalí, Dutton.

⁴ Charles Baudelaire, "Le Peintre de la Vie Moderne", La Palatine.

⁵ Henri Bergson, "Materia y Memoria", Editorial Cactus.

⁶ Juan Miguel Hernández León, "Autenticidad y Monumento", Abada Editores.

⁷ Baruch Spinoza, "Tratado de la Reforma del Entendimiento", Alianza Editorial.

Publicado el 6 abr 2024