Un reclamo por lo oculto. Ana Paula Santana en Proyecto Arte

Pensé que teníamos que demostrar el otro lado en nosotras. De lo contrario, nos hubiéramos convertido en algo unidimensional y eso debía evitarse a toda costa.
Lou Reed

En el ensayo La poesía no es un proyecto, Dorothea Lasky comenta: “Hoy en día, los críticos de arte y los académicos se refieren al cuerpo de obra de una artista como un ‘proyecto’ pero yo no creo que el arte funcione así (…) Probablemente lo que la mayoría de las artistas hacen no es un ‘proyecto’ sino un acto de intuición (…) El término ‘proyecto’ parece sugerir que una artista puede transitar su vida sabiendo todo el tiempo qué es lo que hace y hacia dónde se dirige (…) Quiero que este siglo esté lleno de personas que hagan arte, no lleno de artistas que realicen proyectos y no hagan nada más”.

Ana Paula Santana explora desde la intuición y la investigación artística. No da explicaciones tiesas o híper academizadas sobre su obra, pero tiene un recorrido incesante. Hace más de diez años que indaga sobre fenómenos acústicos en espacios específicos, realiza conciertos para imprentas, maquina piezas sonoras y gráficas que incitan a reflexionar sobre el acto perceptivo, traslada pulsaciones sonoras de lecturas de poemas a materiales que las traducen en nuevos sonidos y ha colaborado con mujeres que realizan denuncias sobre violación sexual. De vez en cuando, su voz se quiebra y habla sobre la impresión sensible que le provoca jugar con agua, barro y aire. La voz que tiembla es hermosa porque no tiene certezas.

“Para mí, todo en el mundo es voz y resonancia”, me dice. Su taller tiene una atmósfera oriental, visual y auditivamente. Los grabados presentados en disposición vertical remiten a pinturas japonesas, en sus palabras: “sus figuras revelan el origen arbóreo del mismo papel”.

Ana Paula tiene una fascinación por los instrumentos acústicos que dialogan con elementos naturales como los dispositivos sonoros que formaban parte de la arquitectura en las antiguas ciudades japonesas, activados por el paso del viento y del agua. Stockhausen, Brian Eno y diversos krautrockers han comentado que no fue sólo la música electrónica lo que los liberó, también estuvieron inspirados por músicas orientales con escalas alternativas, como la japonesa, la india y la balinesa.

Para Respirar es oír adentro, exposición que actualmente presenta en Proyecto Arte, moldea cavidades resonantes, explora sobre el comportamiento del sonido y el papel, instala un ensamblaje que funciona a partir de la oscilación de un péndulo y crea algunas máquinas con bocinas, micrófonos, imprentas y una compresora de aire. Elige hacer formas abiertas y receptivas: jarrones de cuellos largos y pulmones anchos, cavidades aglobadas, similares a duraznos con tiernos orificios. La muestra presenta piezas creadas en los últimos dos años y durante ella se realizarán activaciones sonoras junto a otras artistas.

Hace unas semanas Ana Paula presentó un concierto cuya base fueron pulsaciones lentas, de corazón calmado o tambor ritual y agua en movimiento, muchísima agua. El concierto fue una inmersión. Una sesión nadadora con micro sonidos de hojas temblando en el viento y de insectos. Cerca del final, cantó en volumen bajo y sentí una conexión inmediata con el suave timbre de su voz.

Una voz suave es el tipo de sonido que emite Ana Paula y me provoca pensar que quizá voces así sean lo que necesitamos. Las narrativas humanas se crean a través de resonancia y feedback, los relatos que contamos y nos contamos a nosotras mismas se comportan de la misma manera que el aire dentro de sus piezas, donde el sonido se vicia, se cicla y se amplifica.

La música y las sesiones sonoras en vivo tienen la capacidad de hacernos escuchar dentro de nosotras mismas y nadar en clave de profundidad, hacia el fondo originario. La inmersión al pozo primitivo no es una experiencia fácil porque implica sumergirse y confrontar al inconsciente desafiante: el mismo fondo donde se renuevan la imaginación y los sueños. Por eso, las artistas sonoras son naturalmente vehículos o médiums.

Ana Paula decide detenerse ante acontecimientos sonoros pequeños, decide girar los oídos hacia las voces que emiten cavidades sonoras frágiles. Si hoy en día las del fascismo tecno capitalista nos aturden hasta el cansancio y zombis gritonas transmiten slogans estridentes 24/7, la búsqueda por la voz oculta es una necesidad vital.

— Alejandra Arreola

La exposición de Ana Paula Santana, Respirar es oír adentro, curada por Sandra Sánchez se puede visitar hasta el 1 de abril, 2023 en Proyecto Arte.