Today: ensamble de tiempos y espacios en la nueva sede de Nordenhake

La modernidad definió al tiempo como una experiencia interna, frente al espacio que se relacionó a una exterioridad*1. Y es verdad que si estoy muy aburrida la experiencia resulta eterna, mientras que en medio de una infatuación el tiempo simplemente vuela. Sin embargo, la diferencia tajante entre tiempo y espacio es imposible de sostener; su relación es necesaria, aunque haya un relevo continuo del protagónico. Pienso en casos extremos, por ejemplo, el tiempo de la experiencia mística, incluso ahí también hay espacio físico e imaginario, uno además habitado por deseos, fantasmas y expectativas que abren paso a la iluminación. Es decir, toda experiencia interna sucede necesariamente en un espacio particular con características materiales concretas.

La sede local de la Galería Nordenhake —que busca generar y detonar diálogos entre las producciones artísticas de Europa y América Latina— inauguró a principios de diciembre un espacio de exhibición permanente, después de dos años de haber llegado a la Ciudad de México sin tener un lugar establecido. El diseño y remodelado estuvo a cargo de la arquitecta Frida Escobedo, quien trabajó una antigua bodega en la calle de Monterrey, en la colonia Roma: "La propuesta parte de crear un espacio que albergue a la obra y dar un propósito nuevo a la estructura existente. La nave principal queda enmarcada por dos pequeños patios: el primero se abre a la calle e invita a encontrar un espacio de pausa y silencio en contraste con la transitada avenida; y el segundo ilumina los espacios de oficinas y el showroom."*2

Today es el título de la muestra inaugural. La referencia directa es a la serie homónima de On Kawara que inició el 4 de enero de 1966 y cesó en 2013. Ella consiste en pinturas realizadas con Liquitex sobre lienzo, cada una sostiene la fecha en que fue realizada, colocada al centro. El fondo siempre es de un solo color, al principio se usaron tonos llamativos, después oscuros. El artista preparó una caja a la medida para cada pintura, la cual forró con un recorte de un periódico que da una pista clara sobre el lugar en donde se realizó.

La tentación inmediata es relacionar cada pintura con la noticia del día. Aunque se cumple cuando se exhiben juntas, la abstracción de la fecha deja espacio para todas las historias, experiencias, alegrías y traumas imposibles de recolectar en un periódico. Las actualizaciones del tiempo en espacios concretos son imposibles de archivar, reseñar, calcular e historiar por completo. De ahí la ilusión que el tiempo sea más grande que el espacio. En Nordenhake vemos con letras y números blancos sobre un fondo azul, “July 9, 1981”. Aún no había nacido, ¿tú?

Bajo la misma premisa se exhiben otras dos piezas. Sunpath (1999) de Francis Alÿs consiste en 24 fotografías*3 —cada una se conforma con la imagen más un mapa con coordenadas espaciales y temporales del sitio— tomadas en el Zócalo de la Ciudad de México. En ellas se observa a una línea de personas aglomeradas en los confines de la sombra larga que proyecta el hasta y la bandera nacional. En conjunto traen a la mente las manecillas de un reloj. En la galería vemos dos, una con la plancha semi vacía y otra con la misma llena de casas de campaña: un espacio nunca es fijo, cuando se le mira resulta en un evento con una serie de fuerzas humanas, animales, meteorológicas que transcurren y chocan, a veces sin tocarse y otras produciendo cambios importantes; el espacio transcurre tanto como lo hace el tiempo.

La triada se completa con El Otro (2018) de Frida Escobedo: "Una instalación compuesta por 21 vidrios extraídos de las ventanas de un ruinoso edificio de la década de los 70 en la colonia Juárez, cuya materialidad revela las huellas de las múltiples historias de las que fueron testigos. Así, los restos de pintura, calcomanías o la suciedad sobre las superficies vidriosas que han dejado de ser transparentes, funcionan para la arquitecta como un material casi arqueológico que da cuenta del transcurso de la modernidad arquitectónica en México."*4

La pieza de Escobedo permite una reflexión sobre el archivo, específicamente sobre cómo los espacios están hechos de objetos que van acumulando, en su transcurso temporal, estratos e informaciones que generalmente se desechan a favor de lo nuevo y del cambio mismo, pero que en casos como El Otro, dejan de ser basura para convertirse en documento, uno con fines estéticos más que epistemológicos. Mirar los vidrios es detenerse ante el tiempo, no en forma de manecilla —como en Alÿs— sino en los efectos de desgaste que produce, inevitablemente.

La relevancia de las tres obras radica en el distanciamiento de lo temporal como concepto o como metafísica que envuelve una totalidad sin matices. Aquí cada tiempo corresponde a un espacio y cada espacio a una serie de objetos y relaciones históricas y sociales. Lo maravilloso es que pese a su especificidad, las piezas no dictan cátedra o diagnóstico, están ahí para que el espectador vea lo que quiera, incluso su reflejo.

Hasta el 20 de enero. Agenda previamente tu cita aquí.

Sandra Sánchez

*1: Ver la “Estética Trascendental” en La crítica de la razón pura de Immanuel Kant.

*2: Comunicado de prensa de la exposición Today en la Galeria Nordenhake.

*3: Consultado en https://www.artsy.net/artist/francis-alys

*4: Comunicado de prensa de la exposición Today en la Galeria Nordenhake.