Salón ACME y su nuevo patio escultórico: “Tan inútil como una flor”
por Ricardo Quiroga
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Hay mucho de laberíntico en Salón ACME. Los edificios interconectados de General Prim 30 y 32, en la colonia Juárez, se han convertido en un distintivo de la feria. Este año, para la octava edición, nos encontramos con nuevos diseños del espacio. El patio central ha dejado de ser una estancia lúdica; ahí, donde los asistentes solían reunirse para conversar, comer y tomar un trago, hay un Patio Escultórico. En él se dará cabida a instalaciones de gran formato.
En el año de su debut, el lugar aloja una colosal instalación parecida a un dinamo que magnetiza las miradas. Pablo Dávila la fabricó ex profeso para el salón: una columna de diez aros de tres metros de diámetro apilados en posición horizontal, uno tras otro, hasta lo más alto de la construcción. En cada uno, el artista replicó con letras blancas iluminadas con gas neón frases que Oscar Wilde escribió en 1890. La narrativa refiere a una carta que el irlandés dirigió a un joven lector, en ella explica con más detalle el sentido de la frase "all art is quite useless", presente en el prefacio de su novela El retrato de Dorian Gray.
Wilde escribe:
“A work of art is useless as a flower is useless. A flower blossoms for its own joy (…) Of course man may sell the flower, and so make it useful to him, but this has nothing to do with the flower. It is not part of its essence. It is accidental. It is a misuse. All this is I fear very obscure”.
[Una obra de arte es tan inútil como una flor. Una flor florece para su propio gozo (...) Por supuesto, el hombre puede vender la flor y obtener una ganancia de ella, pero eso nada tiene que ver con la flor. No es parte de su esencia. Es accidental. Es una arbitrariedad. Todo esto es, me temo, muy obscuro]
Pablo Dávila, But the subject is a long one, Instalación, Salón ACME 2020. Foto: Ricardo Quiroga
Dávila transcribió toda la carta en inglés, desde sus puntos y comas, hasta la despedida y la firma, en una secuencia ascendente de oraciones. Letra tras letra, nuestra mirada termina en la planta alta de General Prim 30. Para descifrar el mensaje, hay que caminar en contra del sentido horario, una y otra vez, de la planta baja a la plata alta, hasta llegar a la décima línea. La pieza ilumina cada rincón con una fuerza de luz tan irrenunciable que la experiencia excede el sentido y resulta hipnótica.
Otros espacios
En las habitaciones alrededor del Patio Escultórico encontramos las piezas de los 58 artistas seleccionados a partir de la Convocatoria Abierta y las obras que integran Bodega ACME, una exposición curada por BASE Proyectos, con trabajos de artistas que han participado en las ediciones anteriores de la feria.
Julieta Gil, Después de la orgía - mano, 2019, Salón ACME 2020. Foto: Ricardo Quiroga
Al otro lado del pasillo que divide ambos edificios, en el espacio para Proyectos Invitados, la Galería del Paseo presenta las obras de la peruana Sylvia Fernández: oscuros óleos sobre tela de pequeños y medianos formatos que parece que flotan en el otrora cuarto de baño de la casona porfiriana. Patricia Conde Galería ha hecho lo propio con las fotografías del dominicano de nacimiento con residencia en Monterrey, Alejandro Cartagena. En la planta alta, el equipo de MAIA Contemporary incorpora un acrílico blanco sobre los costados del marco de una puerta. Así, detalle a detalle, va quedando listo cada montaje que habrá que descubrir dentro del laberinto. ¡Un agasajo!
Andrea Ferrero, Ciudades Invisibles, vista de instalación, Salón ACME, 2020. Foto: Ricardo Quiroga