Ríe ahora, llora después, de Pía Camil | Autobiografía del reflejo
por Fabiola Eunice Camacho
En Galería OMR
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El trabajo de Pía Camil (Ciudad de México, 1980) conduce por un entramado de relaciones entre la identidad, el cuerpo femenino, la historia del arte y los objetos de consumo. A lo largo de su trayectoria, la artista ha podido sostener una mirada crítica hacía fenómenos y problemas sociales como la migración, los roles de género y la precarización de la vida urbana.
Sus instalaciones, performances, esculturas e intervenciones textiles muestran el valor del trabajo manual y la prevalencia de la técnica: Camil es una artista que desarrolla su producción en una lógica de taller, apostando por el trabajo artístico de cara al trabajo semi industrial, como en telones y cortinas producto del ensamblaje de telas provenientes de contextos específicos.
Actualmente, la artista nos enfrenta al desbordamiento de su espacio interior en la exposición Ríe ahora, llora después, en la Galería OMR. La propuesta se encuentra repartida en veinte dibujos de formato medio. Las piezas fueron trabajadas en técnicas mixtas, acuarela, barra de aceite y carbón. La paleta tiene tonalidades frías y cálidas por igual, aunque resalta el uso constante de pigmentos oscuros. La composición resulta sumamente cuidada. Si bien algunas piezas fueron trabajadas con ayuda de sus hijos pequeños, los aspectos técnicos y materiales funcionan como rasgos de un trabajo orgánico.
Pía Camil, Falsa Coralillo, 2020, acuarela líquida, tinta acrílica y barra de aceite sobre papel, 154.5 x 120 cm. Cortesía de la artista y de OMR
En esta ocasión Camil aborda su intimidad desde la maternidad, desplegando una exposición de carácter autobiográfico. Las piezas realizan elaboraciones sobre lo corporal y exponen el valor del trabajo de su red de apoyo, al ser madre y artista. La enunciación política es evidente, ya que sitúa a la maternidad más allá del trabajo privado. El despliegue de imágenes nos llama a suspendernos entre el color y la presencia de los cuerpos: escenas y rostros que sin el mayor esfuerzo capturan nuestra mirada.
Temas como el cuerpo, el deseo y la muerte se encuentran presentes de maneras diversas, incluso de modo onírico. La artista nos enfrenta a observarla de cuerpo entero, así produce la idea de una madre nutricia. Los detalles de las imágenes hacen que queramos verlas una y otra vez. Las piezas se transforman poco a poco en espejos que nos regresan nuestro propio reflejo. Esta operación nos invita a salir de nosotras mismas y a sostener nuestras verdades, por más duras y aterradoras que sean.
Pía Camil, Mi jardín privado, 2020, acuarela líquida, tinta acrílica y barra de aceite sobre papel, 154.5 x 120 cm. Cortesía de la artista y de OMR
Dicha experiencia logra ser absoluta en Mi jardín privado. En la pieza se observa un lugar paradisíaco en cuyo centro se encuentra una mujer de color en pleno extásis. Abajo, otra mujer con máscara se encuentra semidesnuda con un martini, hay dos personajes junto a ella, uno de cada lado. El más visible fuma con desenfado. En este caso, la dialéctica de la historia del arte queda transformada gracias a la apropiación de los cuerpos. Tanto en la composición como en la paleta, la artista plantea una tensión sobre la manera en que se representa el cuerpo femenino en relación con el trabajo de Paul Gauguin (París, 1848- Islas Marquesas, 1903), específicamente con las obras producto de su viaje a Tahití. Mi jardín privado no sólo logra hacer un comentario sobre la representación de los cuerpos, también devela los deseos producto de la historia heteropatriarcal del arte.
La muestra realiza otras elaboraciones en torno al cuerpo, como en Ríe ahora, llora después, que presenta el rostro de un payaso cuya sonrisa satisfactoria es ominosa a pesar del uso de colores rosas y azules. Por otro lado, en Sadness brimmed, el cuerpo femenino es expuesto como sostén del erotismo y la muerte.
Pía Camil, Sadness brimmed, 2020, acuarela líquida, tinta acrílica y barra de aceite sobre papel, 154.5 x 120 cm. Cortesía de la artista y de OMR
En la escena contemporánea resulta extraño que nos encontremos ante piezas cuya carga simbólica nos permita transitar de manera directa a nuestra biografía, en resonancia con el relieve político y social. El trabajo de Pía Camil lo logra: a partir de lo íntimo nos lleva a lo común… el nacimiento, el duelo, lo abyecto, la luz y la absoluta calma.