Nos convocaron a platicar el siete de diciembre a las siete de la tarde. Las calles de la Ciudad de México estaban inusualmente detenidas por lo que varixs no pudieron llegar a la cita y otrxs llegamos con un retraso que no anticipábamos. Me resultó reconfortante el contraste de lo intrincado del trayecto con el ambiente apacible y cálido de la reunión de lxs escritores de Onda MX. Arropados por la luz suave de Casa Tomada, el té rooibos con miel, los higos, las nueces y después las cervezas, nos sentamos en círculo a conversar. Como algunxs nos conocemos de años y otrxs no, comenzamos por contarnos el soy, estudié, me gusta, escribo desde… En el grupo de escritorxs reunido*1 hay quienes curan exposiciones, producen obra, imparten clases, organizan galerías, museos y espacios independientes; miran al arte y al mundo que lo sostiene desde esos lugares.
—¿Te dedicas al arte?
—Lastimosamente sí.
—¿Eres artista?
—No tan lastimosamente.
Reímos :)
Sandra y Joséphine*2 eligieron Je me souviens [Me acuerdo] (1978) de Georges Perec, con sus fragmentos de cotidianidad, como el pre-texto para platicar sobre los recuerdos propios y ajenos de las exposiciones de arte que visitamos en 2023. Muy pronto apareció una membrana relevante para este texto: la cortina intermitente que divide el on the record al que accedes parcialmente ahora y el off the record que a petición de cada escritorx dejaré fuera de estos márgenes, aunque puedo decir, eso sí, que fueron cosas muy jugosas.
Vista de la exposición 'Juegos Antiguos', Trilce Zúñiga Loya, Islera. Cortesía de Islera
—En el trabajo uno descubre el backstage de los artistas, su calidez o su trato.
—Hay tanto del arte que se pierde en las galerías.
—También en los museos.
—En Guadalajara la gente se apoya más, en la Ciudad de México parece que todo es competir, demasiado énfasis en ser joven.
—Uno se da cuenta cuando el curador es quien barre la exposición, o no.
—Hay una palpitación ocular que hace los textos.
Barrer el texto, poner el cuerpo. Rodeadxs por los libros y el fresco de la noche nos adentramos en una atmósfera más íntima, de reconocimiento y recuerdo.
El equipo de Onda MX durante el encuentro 'Me acuerdo', Casa Tomada, diciembre 2023. Foto: Mariana Lagunes
Hablamos de ver el arte de Lorena Mal y Pablo Rasgado, Trilce curadora-artista, Mariana Paniagua, Martín Soto, Jorge Rosano Gamboa, Ale de la Puente, Fernanda Barreto, Maseco, Emilio Gómez Ruiz, los estudios de Cobertizo, Alejandro García Contreras, Sofía Táboas, Samuel Nicolle, Rodolfo Díaz Cervantes, Geles Cabrera, Joy Laville, Elizabeth Catlet, Ángela Gurría, Beatriz Zamora, Verónica Gerber, María Jimeno, entre muchxs artistas más cuyos nombres mi mano no alcanzó a anotar mientras seguían las conversaciones paralelas y conjuntas de la velada. Se nos iluminaba el rostro, había emoción, asombro y admiración al hacer memoria sobre el arte que conocimos, así como una que otra sospecha, reservas, diferencias amistosas y distancias.
Vista de la exposición ‘Playlist’, Rodolfo Díaz Cervantes, Saenger Galería. Cortesía de la galería. Foto: Enrique Macías Martínez
— Estar con todos los pies fuera del mundo del arte interfiere con mi sensibilidad y me repele.
— La propuesta de Lydia Hamann y Kaj Osteroth sobre la admiración radical.
—Creo que la revista October nos enseñó que no se trata de destruir y atacar sino de crear marcos escópicos, de diálogo.
— Ella dijo: “Hasta la menopausia no me sentí libre porque ya no era útil para el capital”.
Lydia Hamann & Kaj Osteroth, Staying with the Trouble, 2019, óleo sobre tela, 140 x 240 cm. Fuente: Revista de la Universidad.
Pensando nuestra práctica de escritura sobre arte encontramos bordes interesantes, por ejemplo, la dificultad que tiene una buena parte del sistema artístico para comprender y nombrar a las personas que se desplazan entre sus funciones, es decir, quienes son curadoras-artistas-gestoras-escritoras-etcétera y resultan imposibles de fijar en un marco de especialización moderno; o el potencial de la educación para dar con el punctum que colapsa la lógica de producción artística del siglo XXI.
Quienes escribimos desde, sobre, alrededor del arte miramos el escenario, y también sus alrededores: las sombras, las resonancias, sus ondas expansivas. Un gran lugar para trazar el tiempo.