Los placeres y las penas de la conciencia, una exposición de Andrés Gómez Servín
por Eric Valencia
En Agencia de Arte
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Andrés Gómez Servín ha recolectado desde hace varios años toda clase de imágenes y objetos durante sus recorridos por la Ciudad de México. Los motivos que colecciona tienen en común ser cosas que pasan desapercibidas y que se repiten, en distintos espacios públicos. Por ejemplo, ha producido a través de su editorial Mixed Media Press un libro sobre diseños de puertas locales y, recientemente, uno más sobre distintos acomodos de pequeños mosaicos de colores que decoran las paredes de casas o edificios. A través de la acumulación y presentación en serie de estos objetos, sus obras nos muestran pequeñas diferencias y variaciones de códigos secretos. Por lo general, su proceso incluye una transcripción manual de los registros a medios como el dibujo, la pintura y la escultura.
En su más reciente exposición individual, Los placeres y las penas de la conciencia, curada por Alex Romero y presentada por Agencia de Arte, en un departamento en la colonia Roma, el artista muestra un conjunto que consta de 4 obras, 4 series, un políptico y, como bonus track, una playlist*1. Las series incluyen Mosaicos de la Colonia Roma, una versión de sus registros que consta de 14 dibujos con lápices de color sobre papel; Nubes: 14 cianotipos sobre papel que registran las diferentes formas que fue adquiriendo una almohadilla de algodón al ser manipulada por el artista en diferentes horas durante su cumpleaños más reciente; El Reino de los Cielos, dos registros de un puñado de semillas de chía tirados al azar e Interfonos (1)*2, 7 esculturas colgadas a muro. En esta última serie, Gómez Servin perfora bloques de cemento con patrones que ha encontrado en diferentes zaguanes y que sirven originalmente para dejar pasar el sonido.
Andrés Gómez Servín, Interfonos (1), vista de instalación, Cortesía del artistaAndrés Gómez Servín, Interfonos (2), detalle, fotografía Sandra Sánchez.
Si bien los motivos y procesos presentes son más o menos habituales en su producción, Gómez Servin aprovecha las particularidades del lugar donde se desarrolla la exposición para agregar varios niveles de complejidad a su trabajo. Muestra de ello es la obra realizada ex profeso titulada Escalera, que reproduce en piedra volcánica, sobre una mesa, la escalera que debe subirse para llegar y bajarse para salir. Con ese gesto, el artista nos hace partícipes de un juego de relaciones que nos vinculan directamente con el objeto y con el espacio.
Algo parecido sucede en la instalación de sitio específico I can feel the heat closing in, un vinil autoadherible negro con las letras del título caladas, colocado en el pasillo adjunto a la entrada, sobre un vidrio transparente. La frase es legible gracias a la luz ambiental que la atraviesa y remite a la primera oración de la novela Naked Lunch del escritor William S. Burroughs, en la que ficciona su estancia en la Ciudad de México, así como el asesinato que cometió en contra de su esposa Joan Vollmer en 1951, ocurrido a dos cuadras. La obra nos hace conscientes de la cercanía del lugar del crimen, generando una relación geográfica en la que somos testigos de una de las tantas historias de la ciudad. ¿Podemos sentir el calor acercándose?
Andrés Gómez Servín, I can feel the heat closing in, 2021, Cortesía del artista
En este mismo sentido, Interfonos (2) abre una posibilidad de relación, pero esta vez como provocación. La obra se conforma por una publicidad impresa en serigrafía sobre vinil adherible que el artista recolectó, pegó sobre papel y enmarcó. El anuncio ofrece tres teléfonos de contacto e incluye las frases “INTERFONOS CERCA ELECTRIFICADA” y “Servicio, Venta e Instalaciones”.
Es muy probable que hayamos visto esta publicidad (o alguna parecida) en las puertas de docenas de casas, con variaciones en la calidad de impresión y color. Si pensamos el anuncio en el contexto del arte, podemos aventurar la hipótesis de una intensidad afectiva, no en el sentido del expresionismo abstracto –fuerza emotiva gestual– sino en tanto necesidad de subsistencia. La pieza revela cierta intimidad del sujeto capitalista en la que las fuerzas económicas afectan a las libidinales hasta llevarlas al espacio público en busca de una solución concreta: trabajo.
Los placeres y las penas de la conciencia es un entramado de conexiones, ya sean actuales o en potencia. Las obras que presenta Gómez Servín son vínculos con el tiempo, la memoria, la presencia, el uso y el afecto. Es claro que su trabajo está menos enfocado en las propiedades de los objetos que utiliza que en las relaciones que producen: son el resultado de una correspondencia íntima con las fuerzas minúsculas que recorren la ciudad.
La exposición puede visitarse hasta el 19 de junio, previa cita en la cuenta de Instagram de Agencia de Arte @agenciadearte.mx
*2: Dado que una serie y una obra llevan el mismo título, se agrega para mayor claridad: (I) para Interfonos, escultura mural, cemento perforado, 7 piezas, 20 x 20 x 3 cm. cada una; y (2) para Interfonos, collage sobre papel, marco de banak, 29 x 21 cm.