↓
 ↓
Jou Morales en Residencia 797

Ensayo

Jou Morales en Residencia 797

por Luis Muñoz

Una estancia agradable, es garantía de regreso*

->

Tiempo de lectura

6 min

A lo largo de las dos décadas pasadas, algunos dieron por muerta a la pintura y los lenguajes conceptuales “dominaron” (o predominaron en) el panorama artístico de Guadalajara. A pesar de esto, se pueden nombrar algunos artistas en cuya producción la pintura, ya fuera de forma protagónica o complementaria, no dejó de estar presente. Durante ese periodo –que me permitiré llamar con dramatismo y exageración, de “supremacía minimalista”–, artistas como Rubén Méndez, Juan Bastardo, Luis Alfonso Villalobos, Edgar Cobián, Enrique Hernández y Cristian Franco siguieron pintando. En la actualidad, el interés por la pintura se ha reforzado en la ciudad, lo cual se puede ver en la obra de artistas de nuevas generaciones como Daniela Ramírez, Temoc Camacho, Leonardo Ascencio o Andrea Márquez. A este dinamismo contribuye el Museo Cabañas, un importante impulsor de la pintura en la ciudad, pues ha mostrado entre sus más recientes exposiciones la obra de artistas cuyo eje central es el ejercicio pictórico, tales como María Izquierdo o Aníbal Delgado. De igual manera, galerías privadas como Gamma y Tiro al Blanco han promovido la pintura en los últimos años a través de la exposición de artistas nacionales e internacionales: Rafa Esparza (EEUU), Alfonso González Jr. (EEUU), Jorge de León (Guatemala) y Thiago Martins de Melo (Brasil), en el caso de Gamma; y Lesia Khomenko (Ucrania), Andrew Jilka (EEUU) y Roberto Turnbull (MX), en el caso de Tiro al Blanco.

Jou Morales, Residencia 797, Guadalajara, noviembre 2022. Foto: Omar Elizararrás.
Jou Morales, Residencia 797, Guadalajara, noviembre 2022. Foto: Omar Elizararrás.

Es en este clima de entusiasmo renovado por la pintura que Jou Morales –importante referente de la pintura nacional contemporánea y miembro de uno de los proyectos jóvenes de arte contemporáneo de mayor resonancia en el país: Yope Projects–, visita Guadalajara para una residencia artística llevada a cabo gracias a la colaboración entre la colección Zarur y la Residencia 797, proyecto creado por el artista Enrique Hernández para la difusión y promoción de pintura.

En sus años de existencia, el proyecto de Hernández ha recibido a artistas como Luis Aduna, Guillermo Estrada, Lucía Vidales, Edgar Cobián, Alejandro García Contreras, Endy Hupperich y Leo Marz. Además de la residencia, los artistas llevan a cabo charlas abiertas al público. Para la estancia de Jou, Interior 2.1, espacio de proyectos local, gestionó en colaboración con la colección Zarur una edición de su “miércoles de dibujo y música romántica”.

Unas semanas antes de su llegada a Guadalajara, Jou y yo nos encontramos en su ciudad natal, Oaxaca de Juárez, donde por fin me platicó de voz propia sobre su obra. Antes de este encuentro, mis acercamientos habían sido indirectos y en los contextos más variados, desde espacios de proyectos con presupuesto muy limitado hasta cierta galería gigante de ficha azul en la capital del país. Fue a través del artista tapatío Leonardo Ascencio, por ahí del 2019, que escuché por primera vez en este lado del país sobre las labores que la iniciativa Yope Projects realizaba desde la capital del estado de Oaxaca, la cual para aquel entonces ya llevaba tres años de operación. A través del espacio expositivo Neotortillería, de los artistas Roberto Moreno y Emilio Morales, en Guanajuato, Gto., tuve un contacto más directo con las producciones de los artistas Andy Medina, David Zafra, Gibran Mendoza, Kasser Sánchez, Jou Morales, Julio García Aguilar y Vidal Martínez, miembros fundadores de Yope.

Jou Morales (detalle). Foto: Omar Elizararrás.
Jou Morales (detalle). Foto: Omar Elizararrás.

En una primera impresión, la obra de Jou me recordó paisajes surrealistas, elementos orgánicos presentes en sus composiciones me hicieron pensar en la pintura de Max Ernst o en los espacios arquitectónicos proyectados en una pieza de Giorgio de Chirico. Para variar, referencias europeas propias de un estudiante de Historia del Arte (pues uno no puede negar la cruz de su parroquia). Pero, al mismo tiempo, no podía evitar pensar en otras, mucho más personales y anteriores a mi formación profesional. Al ver el trabajo de Morales venían a mi cabeza las piezas de muro completo hechas con aerosol en los tiempos en que el intrincado wildstyle era el estilo más popular de grafiti, dominando los muros y revistas de la Ciudad de México.

Después de una caminata por “el llano”, lugar frecuentado por skaters en el centro de Oaxaca, se me ocurrió preguntarle a Jou si leía la revista Gorila, publicada en los años dos mil, enfocada en la cultura del skate en México en la que venían stickers de regalo y dentro de su contenido incluía tanto ilustración nacional como historietas hechas en México. Sin querer, su respuesta positiva a esta pregunta me dio la clave de lectura para entender la cercanía formal de su obra con el surrealismo: más que hacer un esfuerzo académico de estudio de tendencias europeas, hay que remontarse al dibujo automático que realiza un estudiante en su blackbook**, ansioso de que se terminen las clases para salir a pintar. Jou me menciona que previo a entrar a la escuela de Bellas Artes en Oaxaca, como muchos jóvenes del país que crecimos en la década de los dos mil, las revistas de grafiti como la Virus, Ilegal Squad, Rayarte y Blackbook, fueron una influencia fundamental para el sistema pictórico que después desarrolló a través de la pintura al óleo.

Jou Morales, Residencia 797, Guadalajara, noviembre 2022. Foto: Omar Elizararrás.
Jou Morales, Residencia 797, Guadalajara, noviembre 2022. Foto: Omar Elizararrás.

Un rasgo interesante y característico en la obra de Jou y en la de artistas de su generación es la llegada a valores universales a partir del desarrollo de valores particulares, es decir, de lo cercano, lo cual es una inversión a la lógica recurrente en generaciones anteriores de perseguir primero cualidades cosmopolitas o lenguajes internacionales para trascender el panorama nacional. El puesto de revistas de la esquina más cercana, las paredes de la ciudad y los CD y stickers que venían amontonados en una bolsa de celofán en las revistas son el punto “A” que antecede al museo, a la galería y al artículo de prensa artística, que resultan en este caso el punto “B”. Este factor me parece importante para entablar un diálogo con las generaciones más jóvenes de Guadalajara y para fomentar búsquedas complementarias desde el entorno inmediato.

Luis Muñoz

Los resultados de la residencia están expuestos en el marco de la feria Estación Material, los jueves 10 de noviembre de 7 a 10 pm , el viernes 11 de 5 a 10pm, y sábado 12 de 11am a 2pm. A partir del lunes 14 las visitas se pueden realizar con previa cita a través del perfil de Instagram de la residencia.

Bibliografía:

Ashida, C. (2006). Asimétrica, afinidades y discrepancias: acciones artísticas colectivas / guadalajara 1949 - 2006. EMA Ediciones.

VV. AA. (2018). Guadalajara: Una geografía particular. Ediciones MP.

*: Leyenda encontrada en los arcos de Guadalajara, en avenida Vallarta, monumento construído en 1938, que marcaba los límites de la ciudad en aquel tiempo.

**: Dentro de la jerga internacional del graffiti: cuaderno de bocetos.

Publicado el 11 noviembre 2022