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Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción

Reseña

Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción

por Mariana Lagunes

En el Museo Nacional de Antropología

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Tiempo de lectura

6 min

El Chthuluceno, todavía inacabado, debe recolectar la basura del Antropoceno, el exterminismo del Capitaloceno; trocear, triturar y apilar como un jardinero loco, hacer una pila de compost mucho más caliente para pasados, presentes y futuros aún posibles.

— Donna Haraway

Pensar en el fin parte de lo común. Frente a la sexta extinción, la condición humana —más allá de la discusión histórica que no terminó en la modernidad— tiene que ver con lo que rodea a nuestra experiencia sensible e inteligible: nuestro ser-en-el-mundo. La exposición Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción invita a recorrer los relatos que se desbordan del propio discurso historicista y reclama una reflexión genealógica de manera enérgica y dinámica entre lo que entendemos como el origen y el fin de la humanidad. Lo común ante el desastre y extinción desenfrenados es algo que se encuentra latente dentro de nuestro ‘orden’ político, cultural, epistemológico y antropológico; está en aquello que nos une, nos significa, nos da sentido. Nos llama a cuestionarnos: ¿Cómo hemos llegado aquí? ¿Qué otros mundos quedan por-venir?

La muestra se presenta en el Museo Nacional de Antropología, en colaboración con el Käte Hamburger Center for Apocalyptic and Post-Apocalyptic Studies (CAPAS) de la Heidelberg Universität, en Alemania. El espacio incluye obras de artistas, colectividades y comunidades que trabajan narrativas sobre momentos que desestabilizan profundamente al mundo en su porvenir, haciendo uso de estéticas con un imaginario paradigmático. A través de objetos arqueológicos, modernos y contemporáneos se plasma una mirada de la decadencia humana; objetos que se concentran en visibilizar mundos que fueron ocultados o negados desde las narrativas occidentales y eurocentristas.

Vista de la exposición ‘Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción’. Museo Nacional de Antropología (MNA). Cortesía del Käte Hamburger Center for Apocalyptic and Post-Apocalyptic Studies (CAPAS)
Vista de la exposición ‘Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción’. Museo Nacional de Antropología (MNA). Cortesía del Käte Hamburger Center for Apocalyptic and Post-Apocalyptic Studies (CAPAS)

El despliegue de obras exhibe una formalización de etapas construidas desde una geografía local, de proyectos ficcionales y especulativos que abren la conversación sobre el engranaje de la Gran Aceleración (que problematiza visiones apocalípticas y narrativas modernas derivadas de nociones judeocristianas que fungieron como un aparato modular en las poblaciones mesoamericanas y que aún se anclan en el contexto mexicano) y de la Quinta extinción. La muestra hace una revisión de sucesos y escenarios sobre la disolución del mundo prehispánico, así como de la temporalidad, conciencia e imaginarios poscoloniales. Me permito nombrar a parte de los involucrados: el Capitaloceno, el Antropoceno, o bien, el Chthuluceno, propuesto por Donna Haraway, que nos pregunta: ¿Cómo seguir con nuestro problema?

Me detuve a mirar la Escena del periodo cuaternario paleolítico superior o bien un Estudio geológico de José María Velasco que también puede referir a la Evolución de la vida continental en el globo terrestre; qué manera tan fantástica de ser de nuevo atraída por el fuego —elemento de creación y descubrimiento— para recordar a mis semejantes de una época anterior, quienes se maravillaron por el mismo fenómeno. Así como la Escena del cuaternario paleolítico inferior, la cual, más allá de su datación, revive un ecosistema interespecie vibrante en óleo sobre cartón.

Cada obra dentro de esta museografía señala una sensibilidad que va más allá de la profunda crisis sobre lo humano. Los objetos y las cosmogonías poéticas demandan, dentro de los diversos lenguajes artísticos, un momento de posibilidad que reivindica el error y la falla humana, en sentido amplio.

Vista de la exposición ‘Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción’. Museo Nacional de Antropología (MNA). Cortesía del Käte Hamburger Center for Apocalyptic and Post-Apocalyptic Studies (CAPAS)
Vista de la exposición ‘Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción’. Museo Nacional de Antropología (MNA). Cortesía del Käte Hamburger Center for Apocalyptic and Post-Apocalyptic Studies (CAPAS)

En la muestra, la estetización del fin de los tiempos parte de una visión menos historicista y se ajusta a signos que resignifican cuasi de manera cíclica el devenir en el mundo, para ello, acude a hechos provenientes de los residuos de la historia, así como a un entendimiento sobre los objetos que posibilita pensar cómo han surgido y cuál es su función. Por ejemplo, en Hidrocarburos (2007) y War chief (2021) de Minerva Cuevas se establece un rango temporal, contrapuesto a restos fósiles, que permite ubicar la idea de la Gran Aceleración. Al mismo tiempo, es posible rastrear, por la materialidad (el chapopote, petróleo, aceite, ramas y pavimento) un desgaste exorbitado de recursos naturales.

Juan O'Gorman, La Humanidad – Cáncer del Mundo Orgánico (1979), detalle. Foto: Mariana Lagunes
Juan O'Gorman, La Humanidad – Cáncer del Mundo Orgánico (1979), detalle. Foto: Mariana Lagunes

Juan O’Gorman en su obra La humanidad, cáncer del mundo orgánico (1979) logró una representación del aniquilamiento de las fuerzas que operan diversos agentes antropocentristas. Como bien menciona Adolfo Mantilla, curador de la muestra: “el escenario pictórico parece tener la intención de visualizar un espacio inspirado en las figuraciones sobre la extinción creadas y alojadas en los imaginarios modernos que O’Gorman retomó para expresar una dimensión cosmológica.” Ahí el ser humano pone en riesgo toda la ecología del mundo; relato que precede, incluso, a los acontecimientos del antropoceno. Vemos también en la obra de David Alfaro Siqueiros, Visión terrorífica de la contaminación (1968), una serie de relaciones ético-eco-estético-políticas centradas en el pensamiento de lo humano y en sus posibilidades de emancipación.

En el recorrido, encontramos un desdoblamiento de los Códices Florentinos hacia escenas teatrales que aluden a narrativas poscoloniales, mismas que sirvieron como presagios que anunciaron la aniquilación y catástrofe que acabó con el mundo precolombino. Estas historias permiten reconocer un mundo creado y formado desde occidente, pero también visibiliza aquellos otros mundos que quedaron fuera de ese relato.

Vista de la exposición ‘Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción’. Museo Nacional de Antropología (MNA). Cortesía del MNA
Vista de la exposición ‘Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción’. Museo Nacional de Antropología (MNA). Cortesía del MNA

Por su parte, llamó mi atención la pieza de Mariana Castillo y Eduardo Abaroa, la cual parte de una investigación del Lienzo de Tlaxcala; una narración cosmopolítica que afirma un nuevo ‘mundo’ y un nuevo ‘orden’. Dentro de la misma sala y de frente podemos ver obras de José Clemente Orozco que abonan a la idea de destrucción de la civilización antigua y que conciernen a la aniquilación epistemológica de la visión de un mundo entero.

Con más de 150 objetos en exhibición, en un desbordamiento de alusiones al fin de los tiempos, vemos que no podemos pensar a la Gran Aceleración fuera del colonialismo. A través de esta revisión se hace evidente que la Historia no ha podido subsanar y explicar otras narrativas que tomen en cuenta los relatos cosmogónicos sobre el mundo. Ante ello, se sugiere un relato transdisciplinar, apelando a la subjetivación humana desde las condiciones de posibilidad de nuestra experiencia sensible.

Me gusta pensar en común, al borde de la aniquilación; desde el desastre ambiental, el mundo ecológico y el cambio climático analizar qué implica generar formas de vida fosilizadas, residuos que abarcan diversas dimensiones estéticas y políticas donde subyace una resignificación material y sensible para comprender a una naturaleza que no está separada de nosotros. Somos parte de este problema.

La exposición termina el 12 de mayo.

Mariana Lagunes

Publicado el 17 abril 2024