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De lo íntimo a lo social: ilustradoras locales

Artículo

De lo íntimo a lo social: ilustradoras locales

por Sandra Sánchez

Reflexión sobre el trabajo de Sofía Weidner

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6 min

Cuando estás leyendo una carta eres muy consciente de las motivaciones más simples para registrar y comunicar [... La carta] es un mensaje que atraviesa un sistema público y llega a un destinatario. Viaja una distancia para llegar ahí y esa acción, el significado mismo de una carta a distancia del contenido de la misma, consiste en viajar y entregar [...] Las cartas son un deseo de conexión.(*1)

Miro MS Slavic 7 y pienso que la operación de una carta, descrita por Audrey Benac, la protagonista, tiene parecidos de familia con la operación de la ilustración. Una artista ilustradora también registra y comunica, con palabras y/o dibujos; asimismo su mensaje atraviesa un sistema (por lo general, Instagram) y llega a un destinatario. Las ilustraciones viajan y entregan algo en un deseo de conexión.

Hay otro aspecto que creo que comparten tanto la ilustración como la correspondencia: la intimidad.

Vale la pena hacer una puntualización, así como no podemos meter en un mismo saco toda la pintura o cualquier medio artístico, tampoco podemos hacerlo con la ilustración. Por ello, aclaro que estoy pensando en ilustradoras muy específicas, en las que encuentro la intimidad de la carta (su nombre propio, su estilo, su urgencia por comunicar algo) puesta en juego en una aparente paradoja: el espacio público. Digo aparente porque en la modernidad lo íntimo y lo público se constituyeron como espacios separados (*2), la ropa sucia se lava en casa. Sin embargo, esta frontera se ha ido disolviendo desde diversos frentes ante las violencias que se ejercen en lo privado y que es necesario comunicar, así como ante la necesidad de compartir, sin vergüenza, lo que nos sucede en soledad.

Sofía Weidner, Gaslighting, 2020. Cortesía de la artista
Sofía Weidner, Gaslighting, 2020. Cortesía de la artista

Sofía Weidner, Hoovering, 2020. Cortesía de la artista
Sofía Weidner, Hoovering, 2020. Cortesía de la artista

Aunque continuaré este texto hablando un poco más del trabajo de Sofía Weidner, considero que hay varias ilustradoras más (cada una con sus particularidades) que parten de lo íntimo y personal para producir y entablar un diálogo en el ágora pública. Ellas hablan sobre problemas sociales, políticos, poéticos y lúdicos, utilizando el dibujo y la escritura —la ilustración—como medio de expresión. Pienso, por ejemplo, en Mariana @marmarmaremoto, en Ange Cano @angecanomx, en Antonia González @tramoya y en Amanda González @amandinalaandina, entre otras.

La intención de este texto no es encasillarlas en un medio o agotar su trabajo en unas cuantas líneas (que es amplio y complejo), sino resaltar una cualidad, una operación que encuentro en su práctica: partir de la subjetividad (de un trabajo crítico personal) para apuntar a lo común.

Personalmente, sus ilustraciones me transmiten una fuerza derivada de perder el miedo a entenderse a una misma, lejos de heroicidades (es decir, con los huecos, las dudas y los dolores), para compartir impresiones y problemas sociales que muchas veces se estructuran o son consecuencia de un entramado más amplio que incluye la violencia patriarcal del estado y su sistema educativo sobre los cuerpos y sobre la psique de lxs ciudadanxs.

La historia del arte y la crítica de arte local tienen por delante bastante trabajo para entender y dar cuenta de lo que sucede en la ilustración.

Sofía Weidner

@sofiaweidner

Sofía Weidner, Tristeza, 2020. Cortesía de la artista
Sofía Weidner, Tristeza, 2020. Cortesía de la artista

El trabajo de Sofía Weidner toca temas de salud mental: el miedo es un niño pequeño que cuando se siente amenazado y quiere que le escuchen grita. Si le rechazan grita más, si le abrazan, deja de gritar, y temas feministas: en sus ilustraciones explica, por ejemplo, en qué consiste el gaslighting o el hoovering. Aunque su producción no se reduce a uno o al otro, ambos son constantes.

Sus ilustraciones, tanto digitales como en otros medios, hacen uso de la línea para contornear formas que pueden o no contener color. Generalmente están acompañadas de textos poéticos o de información.

Sofía Weidner, Mente luna, 2015. Cortesía de la artista
Sofía Weidner, Mente luna, 2015. Cortesía de la artista

Del primer rubro traigo al frente una luna llena dibujada sobre un fondo de nubes con la siguiente frase en la parte de arriba: TAL VEZ TE SIENTES SOLO PORQUE TE HAS IDO DE TI MISMO. Recuerdo que la primera vez que la vi no fue en Instagram (medio importante de difusión del arte de Sofía y de otras ilustradoras), sino en un póster pegado en la pared de una calle de la Ciudad de México. Llamó mi atención porque el mensaje, que apela directamente al espectador, no coincidía con el tono de garabato lúdico más usual en estampas y carteles que artistas pegan en la calle.

Sofía Weidner, Personal de salud, 2020. Cortesía de la artista
Sofía Weidner, Personal de salud, 2020. Cortesía de la artista

Del segundo rubro y sobre el contexto actual, el COVID19, subrayo una ilustración que muestra a tres mujeres del sector sanitario y social con cubrebocas. La imagen incluye una estadística de la ONU que dice: “las mujeres representan el 70% del sector sanitario y social en el cuidado frente al COVID-19”. Estos datos simples cambian su función meramente informativa al acompañarse del dibujo, que muestra a sujetos particulares (no a nombres propios ni a personas específicas) con gestos singulares, movimientos y semblantes.

En sus ilustraciones también es común que personas, como una mujer o un gato, nos interpelen, a veces de forma humorística. El 27 de diciembre de 2019 la artista publicó en su cuenta la imagen de un felino que nos pregunta ¿OTRA VEZ RECALENTADO DE CROQUETAS?

Sofía Weidner, Recalentado, 2019. Cortesía de la artista
Sofía Weidner, Recalentado, 2019. Cortesía de la artista

Como mencioné anteriormente, me interesa la operación artística que conlleva el tránsito de lo íntimo a lo social en el trabajo de Sofía. Su producción comunica directamente mensajes, proponiendo un diálogo inmediato. Esta cualidad es relevante porque si bien cierra el paso a la indeterminación (valorada en términos artísticos en tanto puede permitir al espectador imprimir su propia interpretación) abre paso a la conversación, al trabajar con temas que son relevantes para el contexto.

Sin duda, esta brevísima descripción no tiene la intención de explicar el trabajo de la artista, sino de reconocerlo e introducirlo en una discusión crítica. Sofía no necesita este texto, sus ilustraciones son muy conocidas. Más bien, yo, como escritora de arte, necesito entender mejor su trabajo y el de sus colegas: el modo en el que producen y la forma en que se comunican con su público rebasa el ámbito museal y galerístico, poniendo al frente un modo de circulación simbólica que hay que seguir de cerca. ¿Cartas, quizá? Tal vez cartas públicas.

*1: MS Slavic 7. Dirigida por Sofia Bohdanowicz y Deragh Campbell. Productora Lisa Pictures, 2019. Reparto Deragh Campbell, Aaron Danby, Elizabeth Rucker, Mariusz Sibiga.

Película disponible en MUBI

En un plano subjetivo, vemos a Audrey Benac (Deragh Campbell) sentada en una mesa, tomando una cerveza, narrando sus pensamientos después de leer en la biblioteca de Harvard la colección de cartas que su bisabuela, Zofia Bohdanowiczowa, le había escrito a un amigo poeta.

*2: Kant mismo separó el ámbito lógico, del moral y del estético.

Publicado el 11 junio 2020