Reflexiones sobre nuevos modelos colaborativos en el ecosistema del arte contemporáneo en la Ciudad de México a partir de la visita a laNao
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La semana pasada visité laNao, un espacio de apenas un año de trayectoria que ha conseguido posicionarse en el ecosistema del arte contemporáneo de la Ciudad de México. Nekane Irigoyen e Ismael Sentíes me recibieron en esta hermosa casa ubicada en el barrio de la Condesa para contarme más sobre su proyecto y las dinámicas que se han generado en este espacio.
laNao es una galería de arte que, sin pretender la ruptura total con las sinergias hegemónicas del mercado, ha encontrado una grieta en la que generar dinámicas menos comunes que implican la colaboración entre diversos agentes. Autodefiniéndose como un proyecto de gestión, vinculación y enlace —más que como una galería al uso—, el leit motiv de este proyecto es acortar distancias entre lo que parecen ser dos realidades muy distintas: las galerías y lxs artistas consolidados en el circuito del arte contemporáneo y lxs artistas emergentes y espacios independientes. “A veces, ambos mundos están muy separados, el del arte emergente y el de las galerías más consolidadas. laNao quiere ser este puente entre ambos.”*1
Es por esto que laNao trabaja a partir de la generación de redes colaborativas que implican, desde artistas y curadores, hasta galeristas y coleccionistas. Ejemplo de estas dinámicas son las exposiciones que actualmente se pueden visitar: Al tiempo del abrasoy Paisaje póstumo. Ambas presentan los trabajos que lxs artistas Alma Saladín, Andrea Bores, Chavis Mármol, Néstor Jiménez, Marco Rountree, Miriam Salado, Tania Ximena, Cecilia Barreto y Hugo Robledo realizaron durante su estancia en la residencia de arte Cobertizo. A las que se unen las colaboraciones con Proyectos Monclova, guadalajara90210, Proyecto N.A.S.A.L., Llano, Saenger Galería y Daniela Elbahara. “Esto sigue siendo una empresa y es nuestra forma de ganarnos la vida, sin embargo, eso no quiere decir que no podamos hacer las cosas diferente”*2, afirmó Nekane cuando le pregunté por la cantidad de personas y proyectos implicados en ambas exposiciones.
"Paisaje Póstumo", Cecilia Barreto y Hugo Robledo, curaduría: Manuel Sentíes. Cortesía de laNao. Foto: Aimée Suárez
Las diversas estrategias colaborativas que laNao ha tomado abren un campo de posibilidades múltiples, desplazando a criterios más comunes –como los comerciales o los personales–. Y lo hace, dentro del circuito mainstream del arte contemporáneo, lo que genera un quiebre mucho más interesante. El hecho de que laNao emerja con nuevos modelos de trabajo sin necesidad de habitar los márgenes, genera la desestabilización desde el mismo adentro. Cuando nos sabemos dentro de ciertas dinámicas y tomamos conciencia ubicada podemos entender mejor las relaciones de poder y sinergias. Otros espacios han optado por habitar el afuera para poder dejar atrás las dinámicas individuales, verticales y elitistas. Sin embargo, habitar la no-norma tiene sus desventajas.
Estudio de Andrea Bores, laNao. Cortesía de la artista
Cuando Nekane e Ismael me dieron el tiempo para recorrer la casa, subí al último piso para visitar el estudio de Andrea Bores. Ella es una de lxs cuatro artistas que se encuentra trabajando en un estudio dentro del propio espacio. Sus piezas más recientes incluyen el carbón y el añil, con los que pinta hipnóticos paisajes de texturas infinitas. Le pregunté por el espacio, la residencia y sus sentires en esta área mixta que es galería y estudio. Me explicó que, si bien produce su arte aquí, laNao no la representa. De hecho, no representa a ninguno de lxs otrxs tres artistas que también tienen su estudio en la casa. Esta es una forma más de generar capital social, comunidad, encuentros e intercambio mutuo.
De mi paso por laNao me llevé la esperanza de lo posible. No con la certeza de que su modelo concreto sea el exacto camino, el futuro deseado o la utopía que perseguir. La fuerza transformadora del proyecto no reside en lo inequívoco de sus sinergias, sino en la generación de la grieta, en la apertura del campo de posibilidades desde lo dado. Son estas las fracturas más poderosas, las que ayudan a imaginar nuevos modelos en el arte. Lo son porque desestabilizan la norma al mostrarla como contingente, en lugar de necesaria.