¿Por qué nos pesa tanto cargar el sur?: 'Con el sur en la espalda' de Naufus Ramírez-Figueroa
por Guillermo Boehler
En Nordenhake
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Mi primer encuentro con la obra Naufus Ramírez-Figueroa fue en el 2016. Estaba a mitad de mis estudios en la Universidad de Costa Rica y empezaba a agarrar la onda del arte contemporáneo: del cuerpo en el espacio, de cómo lo personal es político, del video como medio, de lo abstracto como contingencia a la representación, la representación como la alternativa al discurso oficial. Ese año asistí a la X Bienal de Arte Centroamericano de Costa Rica, curada por Tamara Díaz Bringas. En una proyección de gran formato, en la sala 1 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, me encontré con Feather Piece (2013) de Naufus, video donde el artista performa frente a un fondo blanco y se perfora el brazo con plumas negras; una especie de ángel caído, un ángel que perdió su posibilidad de vuelo o un ser que quiere reivindicar su divinidad, a pesar de cualquier prejuicio que se le pueda atribuir.
Laguna.
Una vez más me encuentro con plumas y espinas. Un pájaro descansa en la rama de una ceiba de bronce negro (Ceiba branch). Ahora, vigila las capas hechas de colores y líneas talladas en la superficie de los cuadros; otros cuerpos que conforman un recuerdo, el trauma en bajo relieve cubierto de colores vibrantes y de un blanco que revela las figuras (Study of Cacaxtla mural#2, #3, #4, #5, #6 y #7).
Lo onírico, el escape, las rutas de salida, bronce negro que flota, escaleras (Erythrina Guatemalensis ladder), el descanso del “comemaíz”. La galería Nordenhake presenta la obra de Naufus en la exposición Con el sur en la espalda.
El recuerdo y la memoria activados por los cuerpos, mediados por ellos, ¿serán los cuerpos la tradición centroamericana del arte contemporáneo?, ¿latinoamericana, quizá? No es el momento para generar categorías, pero en el imaginario que me he construído, la obra de Naufus comparte escenario con Regina José Galindo, Patricia Belli, Priscila Monge y A1-53167 (Aníbal López). Aunque de diferentes generaciones, cargan una tradición de hacer al cuerpo recordar, de tomar la historia con las propias manos, esa historia de dolor, esa historia oficial que se ha repetido hasta el cansancio, que ha lastimado nuestra capacidad de sinapsis, que nos ha colocado sobre estrechas e inestables líneas rectas. Usan el cuerpo para denunciarla, romperla, descomponerla, ironizarla y cambiarla.
Vista de la exposición de Naufus Ramírez-Figueroa, ‘Con el sur en la espalda’. Cortesía de Nordenhake, Ciudad de México.
El anonimato y la universalización en la silueta, otra tradición latinoamericana. Recordemos a Ana Mendieta y antes de eso al siluetazo argentino, está en los cuadros de Priscila Monge y en los muñecos de Belli, en los grabados de Sila Chanto y en las “fantasmas” de la obra reciente de Galindo. En la serie de Estudios de los murales de Cacaxtla, las siluetas ganan color, se unen a través de líneas blancas, producen capas, se entremezclan en la abstracción que recuerda algunas obras anteriores de Naufus (por ejemplo, Dressmaker’s geometry 1#, 2#, 2021), sugiriendo ensamblajes entre las formas que los componen. ¿No está conformada así la memoria?
Laguna.
Vínculos atemporales de asociaciones que pueden ser patrones amorfos, síntomas, traumas, reconciliación, el tiempo que el artista vivió en México, la distancia con esta tierra, las andanzas que van a conformar su carrera artística, pueblos latinoamericanos, la distancia con nuestras herencias, una experiencia colectiva de migración, antepasados compartidos, masacres que deberían significar no sólo a Guatemala, sino también a México, vidas que se significaron a lo largo de Centroamérica y El Caribe, imaginarios compartidos, con otra sonoridad, transfigurados, dolores que no se traducen, que se confunden, un susto cruel, una guerra en la cual no estuvimos, un feliz encuentro con una historia infeliz, un pasado que fue inundado de cuerpos racializados y desplazados.
El color blanco que sostiene y define las formas de color como piezas de un rompecabezas mezcladas en una caja. Hay alguien que quiere recordar algo, pero en su ejercicio no puede dejar de enfocar lo que le acompaña y tampoco puede hacerlo solo. Las piezas desordenadas dan pistas, pero no dicen todo.
Naufus Ramírez-Figueroa, Estudio de los murales de Cacaxtla #7, 2024, acrílico sobre panel de madera tallada, 60 x 60 cm. Cortesía de Nordenhake, Ciudad de México
Al final, la historia se comporta como un vórtice: el Estudio de los murales de Cacaxtla #7 se cierra y se vuelve a abrir. Patrones de talla que dan valores a un mismo tono de color, que se mezcla entre elementos en emergencia por ser significados.
Laguna.
A pesar de que el montaje expositivo no suma al discurso de las obras, las piezas que conforman Con el sur en la espalda son el resumen de un proyecto que todavía no termina de revelarse. La obra pictórica de Naufus exige tiempo de observación y una mirada lúdica que permita abrir el juego de ensambles de la memoria, esos que surgen dentro de las composiciones para revelar el anacronismo que sostienen. Al mismo tiempo, los bronces negros, que reproducen las ramas de arboles de la región mesoamericana, son una invocación a un territorio compartido entre los pueblos anteriores a la conformación de los estado nación, así como el guiño a una ancestralidad religiosa que comparte símbolos, conocimientos y ritos. Entre la síntesis de las formas en los Estudios de los murales de Cacaxtla y la magia oculta de las ramas negras falta un vínculo, que quizá está enterrado en un recuerdo o en la pregunta que derriba el argumento de esta nota llena de tono nostálgico: ¿Por qué nos pesa tanto cargar el Sur?
El recuerdo está compuesto por lagunas que no se llenan solas: estímulos que disparan en todas direcciones, posibilidades de sentido, impresiones como la superficie de estos cuadros tallados como grabados, de estas formas sintéticas de cuerpos, escudos, huesos, viceras, guerreros y niños; bronce negro, sombra de árbol que se proyecta, magia ausente de vida o un árbol que falta, un mito que falta, una cura que falta a este malestar, ¿qué pesa más –en la espalda de Naufus, en la nuestra– esta obra hecha de madera y metal o la historia del Sur y sus vacíos? Es ahí, en esta pregunta, donde las siluetas y las sombras nos acompañan, en el espacio entre una forma y otra.