Existen teorías que afirman que el universo se originó tras una inmensa explosión. De un momento a otro, lo que era nada se volvió todo.
Hiram coloca sus piezas entre dos puntos de tensión: la creación y la destrucción. Nos presenta imágenes que oscilan entre lo primordial y lo apoteósico.
Las piezas que habitan la sala pertenecen a diferentes expresiones: dibujos, pinturas y esculturas.
Una de las paredes pintada de naranja matiza la sala con una luz cálida que se asemeja a los ambientes apocalípticos presentes en las obras bidimensionales. En los dibujos predomina el uso de lápiz de color y su composición abstracta retrata manchas transicionando del naranja al azul, pasando por el verde y amarillo.
En un pedestal hay un libro con páginas pintadas con escenas propias del espacio exterior, entre ellas destaca una frase: «No por pan desechar rosas», la cual refiere a la costumbre de procurar un estado de bienestar mediante el trabajo duro que la mayoría de las veces es absorbente, estresante y reduce el tiempo para el ocio y la relajación.
El artista relaciona estos conceptos contrastantes con las dicotomías inherentes a otras piezas: destrucción / reconstrucción, muerte / renacimiento. Una pieza que ejemplifica esta mirada es una escultura de madera que abarca de piso a techo, un escudo con remates de metal resiste el golpe de una lanza que se yergue verticalmente equilibrada en su punta.
Vista de la exposición ‘Saga’ de Hiram Constantino, Proyecto Caiman. Foto: Omar Elizarrarás
La lanza y el escudo son como un ouroboros en esta narrativa. Constantemente resisten el uno del otro en un intercambio constante, periódico y repetitivo que da paso a una historia interminable que se cuenta una y otra vez.
Dentro de la exposición también podemos encontrar esculturas de cerámica con forma del flor de loto, entre ellas destaca una que luce un poco diferente: en un pedestal un loto de color negro extiende sus tentáculos sobre una cama de cenizas, la flora ha tenido que adaptarse al escenario de destrucción que la enmarca.
Vista de la exposición ‘Saga’ de Hiram Constantino, Proyecto Caiman. Foto: Omar Elizarrarás
Hiram añade a sus trabajos elementos que provienen de su afición por el cómic y el manga. Desde el título, SAGA, nos permite intuir que las piezas están contenidas dentro de una narrativa que se desglosa en capítulos.
Algo especial que sucede en la lectura del cómic es que uno puede tomarse el tiempo deseado en cada panel, hundirse en los detalles. En la exposición los trabajos también están suspendidos en el tiempo y aparentemente en un momento crucial de la narración.
SAGA es una compilación del universo creativo del artista que nos permite identificar algunas de sus rutas y el comienzo de nuevas posibilidades.